Capacidades y necesidades del mercado de trabajo en el marco de un cambio del modelo productivo basado en una economía sostenible

AutorIgnasi Camós Victoria
CargoProfesor Titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Girona.
Páginas155-169

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Introducción

La nueva* estrategia UE 2020 y el avance hacia un nuevo sistema productivo constituyen, sin duda alguna, un momento clave en el proceso de transformación de la UE y de sus Estados Miembros (EEMM).

En ambos casos una parte importante de los retos dependen de la capacidad de integración de los trabajadores, de su permanencia en activo y de la capacidad de movimiento o tránsito de éstos por el mercado de trabajo.

Para ello es importante profundizar en las necesidades formativas y adecuar las capacidades y habilidades ofrecidas a la ciudadanía a las exigencias del mercado de trabajo.

Pero no sólo debemos movernos en términos de prospectiva y de un mejor y más efectivo ajuste de oferta-demanda de empleo, se impone la necesidad de mejorar los sistemas e instrumentos de capacitación velando por su eficacia y por su evaluación permanente.

El avance hacia un nuevo sistema productivo en el que se prime la sostenibilidad es como una ventana abierta al mundo ya que frente a ella el abanico de posibilidades de aprovechar este reto son ilimitadas y dependerá de la voluntad de cada EEMM la capacidad de liderazgo frente a los retos emergentes.

El presente estudio pretende poner el acento en los cambios que va a comportar el avance progresivo hacia un nuevo sistema productivo, sus implicaciones sobre el empleo, abundando en la necesidad de adecuar la actividad formativa a estos cambios ya que ésta es parte de la garantía de éxito del avance hacia un nuevo modelo productivo o cuanto menos una condición necesaria para el mismo.

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Hacia un nuevo modelo productivo basado en una economía sostenible

La situación de crisis que ha afectado al conjunto de economías mundiales y que parece encontrarse ya, en mayor o menor medida, en un contexto de recuperación económica no sólo ha sido y es una crisis de origen financiero, que ha provocado desconfianza y falta de liquidez en los mercados financieros, repercutiendo en la actividad económica y en el consumo y produciendo consecuencias en al ámbito laboral con altos niveles de desempleo, es también y así debe ser considerada, una crisis también del modelo de crecimiento de los últimos años. Modelo de crecimiento que ha ensalzado valores cortoplacistas, de interés individual por encima del colectivo y que no ponían de relieve el esfuerzo como generador de riqueza.

En este contexto, es importante tener presente los innumerables riesgos que comporta basar la estructura productiva de una economía en sectores cuya demanda esté sujeta a condiciones excesivamente volátiles y, en ocasiones, a dinámicas con componentes especulativos, como las que se han dado en el sector de la construcción residencial en nuestro país.

Ahora, toca afrontar el corto, medio y largo plazo aportando una nueva visión, y fijando las bases para que el nuevo modelo de crecimiento basado en una economía sostenible incorpore valores como la transparencia, el compromiso de las personas directivas, la implicación de quienes trabajan, el esfuerzo y la adaptabilidad, la mejora permanente de las competencias profesionales, la innovación y la responsabilidad de las empresas.

En el caso de España la crisis ha puesto de manifiesto la fragilidad y escasa permeabilidad del mercado de trabajo ya que éste se ha visto enormemente debilitado como consecuencia de la segmentación existente y la fuerte destrucción de empleo en un sector central del crecimiento económico producido en los últimos 5-10 años.

Se impone, así pues, el cambio de nuestro modelo productivo, avanzando para ello hacía un crecimiento económico más equilibrado en su composición, más sostenible en el tiempo y basado en la economía del conocimiento que apueste por más y mejores empleos.

Se trata, en definitiva, de apostar por un entorno favorecedor para un nuevo modelo de crecimiento, asentado sobre la base de actividades con una clara vocación de futuro y con capacidad de generación de más y mejor empleo. Actividades que anteponen el retorno a medio y largo plazo a la ganancia cortoplacista e insostenible y que pongan en valor el necesario compromiso de responsabilidad de la acción económica frente al medio ambiente y que dan respuesta a las nuevas necesidades y demandas que plantea un mundo de crecimiento globalizado y una sociedad, como la española, cada vez más longeva, y que aspira a disfrutar de un mayor bienestar.

Tal y como se señala en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible en su artículo 2: «a los efectos de la presente Ley, se entiende por economía sostenible un patrón de crecimiento que concilie el desarrollo económico, social y ambiental en una economía productiva y competitiva, que favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, y que garantice el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales, de forma que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades»1.

Se trata de desarrollar actividades productivas sostenibles, con capacidad de generarPage 157más y mejores empleos, o lo que es lo mismo empleos estables y de más calidad, que requieren mayores niveles de cualificación.

Es ésta una tarea en la que están implicados una gran parte de los países occidentales quienes combinan acciones de protección del medio ambiente a favor de una lucha efectiva contra el cambio climático con otras en las que se pone el acento en el potencial de creación a medio y largo plazo de puestos de trabajo que la inversión en estos sectores puede generar2.

Un cambio que tiene relación con la diversificación de los sectores productivos potenciando aquellos que son emergentes y que aportan valor, como el de las energías alternativas, las TIC, la nanotecnología, la biotecnología, las industrias creativas y de contenidos, los servicios a las personas, etc. los sectores con empleos verdes y aquellos que siendo sectores maduros están en un proceso de transformación como la automoción, la química y la farmacia o el turismo, la investigación biomédica y la salud.

Es obvio que el cambio hacia un nuevo modelo productivo no se produce de forma automática ni por arte de magia, es por ello, necesario fijar las bases para que se vayan ajustando los patrones de crecimiento y por la apuesta firme y decidida por aquellos sectores emergentes con vocación de permanencia y que garantizan directa o indirectamente un potencial de empleo que debe permitir afrontar los retos de futuro en mejores condiciones que el presente o pasado.

Así, debe tomarse en consideración el impacto sobre el empleo que la apuesta por un nuevo modelo productivo comporta en un sentido amplio, por cuanto que vinculado a este nuevo modelo económico sostenible existen oportunidades de creación de empleo haciendo más sostenibles sectores económicos clave como las energías renovables, la edificación y la construcción, la industria básica, el sector socio-sanitario, el transporte o la gestión de los recursos naturales.

Pero también es previsible una sustitución o transformación de empleo en otros sectores, por ejemplo, con la mejora en la gestión y el tratamiento de los residuos, con la integración del transporte por carretera en sistemas logísticos globales, o con la creciente demanda de mayor cualificación en todos los ámbitos del sector de la construcción; así como una eventual reducción en aquellos sectores que tengan más difícil transitar a una economía sostenible.

De acuerdo con la previsiones apuntadas por la OIT, el empleo será afectado en por lo menos cuatro modos a medida que la economía se dirija hacia una mayor sostenibilidad.

- Se crearán nuevos empleos, como por ejemplo la fabricación de dispositivos para reducir la contaminación, que se sumarán a la existente producción.

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- Algunos trabajos serán sustituidos, como por ejemplo el cambio de combustibles fósiles a renovables, o el cambio de la fabricación de camiones a la de coches ferroviarios, o el cambio de las descargas o incineración de residuos al reciclado.

- Algunos empleos podrían ser eliminados sin ser sustituidos de manera directa, como cuando el embalaje de materiales sea restringido o prohibido y su producción interrumpida.

- Muchos trabajos existentes (como plomeros, electricistas, trabajadores de la metalurgia y de la construcción) serán transformados y redefinidos a medida que la exigencia de nuevas calificaciones, los métodos de trabajo y sus perfiles respondan a criterios más verdes3.

Todo ello no significa, ni mucho menos, una renuncia a las industrias tradicionales con potencial de futuro como el turismo, las finanzas, la ingeniería civil y la gestión de servicios, el sector agroalimentario, el textil, las industrias culturales o la economía social. Se trata de hacerlas más eficientes energéticamente, más integradas con el medioambiente y más innovadoras en sus procesos de producción.

Estando en un momento en el que es necesario redefinir ciertas estructuras, tanto a nivel global, como local, la adopción de los principios de una economía más sostenible constituye una oportunidad a corto, medio y largo plazo que no se puede desaprovechar.

En todo caso, la transición entre modelos productivos debe garantizar que quienes están sufriendo en mayor medida las consecuencias de la actual crisis incrementen sus oportunidades de empleo, evitando, de esta manera, el riesgo de exclusión social.

El anteproyecto de Ley de economía sostenible camina en este sentido: impulsar la renovación de nuestro sistema productivo e incidir a favor de una transformación de nuestro sistema productivo.

Tal y como anunció el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero en el marco de su participación en las jornadas de otoño de «The Economist»4 el Consejo de Ministros del viernes día 29 de noviembre se ha pronunciado formalmente sobre los resultados de este trabajo ya que se aprobó el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, así como también la Estrategia para el Crecimiento Económico Sostenible, un plan de acción global para impulsar el cambio del modelo. Esta Estrategia debe fijar los principios del nuevo modelo y sus objetivos, con un horizonte de una década, hasta 2020, delimitado a través de unos indicadores que permitirán evaluar y fiscalizar el desarrollo del plan previsto, y que ofrecerán un perfil suficientemente nítido de cuáles son los cambios, las reformas, que queremos introducir en nuestro sistema económico. Junto a ello, identificará los instrumentos y los escenarios de aplicación de las nuevas reformas.

Esta ley contempla una amplia batería de cambios modernizadores de la economía española, principalmente en tres ámbitos especialmente importantes ante la crisis económica en que nos encontramos: dotar de mayor transparencia al sector financiero, favorecer el dinamismo empresarial y desarrollar todos los sectores económicos que acompañan a la lucha contra el cambio climá-Page 159tico y en favor de la innovación en todos los campos de la economía española.

Pero la Ley es sólo una parte, aunque importante, de un todo: el cambio la renovación del modelo productivo que tendrá, sin la menor duda, proyección en el ámbito de las relaciones con y entre las Comunidades Autónomas, en el marco del diálogo social y, en lo relativo a la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones.

Entre las medidas que están ya previstas en el contexto de las medidas dirigidas a cambiar el modelo de crecimiento de la economía española hacia una economía sostenible cabe destacar la puesta en marcha en el año 2010 del FES, Fondo para la Economía sostenible. Este fondo se destinará a fomentar las inversiones en proyectos de sostenibilidad ambiental y tecnológica, así como en los servicios de atención a las personas dependientes o discapacitadas. Su concesión se hará por € 5.000 millones.

La financiación de los proyectos que se incluirán en este Fondo debe garantizar su contribución a la mejora de la productividad de la economía española en el largo plazo, no en vano, este Fondo debe permitir dar un impulso inmediato y de suficiente envergadura como para que el nuevo modelo productivo sostenible empiece a dar sus frutos a corto plazo, generando inversión y empleo, de los que se beneficie toda la sociedad española.

Desde el punto de vista del mercado de trabajo debemos aprovechar las oportunidades que este cambio va a comportar para incidir en aquellos sectores con potencial de creación de empleo como es, entre otros, el campo del proceso de transformación energética y la sostenibilidad ambiental y el campo del ahorro y la eficiencia energética. Debemos aprovechar estos y otros sectores para abogar por un empleo de calidad y estable que garantice una mayor fortaleza de nuestro sistema económico frente a los inevitables ciclos económicos.

Las competencias clave como una de las debilidades de nuestro sistema formativo

Para afrontar con mayores garantías de éxito el reto que comporta apostar decididamente por una renovación de nuestro modelo productivo es importante adecuar, entre otras cuestiones, los perfiles de los trabajadores y de quienes buscan empleo a las capacidades y habilidades que éste requiere ya que es ésta la mejor manera de garantizar que existe un ajuste real entre oferta y demanda de empleo y porque se incide sobre las oportunidades que se ofrece a la ciudadanía de encontrar trabajo o de fomentar su movilidad.

En este contexto, hoy más que nunca el manejo de competencias clave constituye un elemento central de la empleabilidad de las personas y de la gestión de las transiciones en el empleo. En el marco del avance hacia un modelo productivo en el que las actividades que se postulan como prevalentes presentan por encima de todo un elemento central que debe preservar la permanencia en activo, a saber, la capacidad de adaptación a los cambios permanentes.

Tal y como se establece en el documento de trabajo de la Comisión de Consulta sobre la futura estrategia «UE 2020»: «La adquisición de nuevas capacidades que estimulen la creatividad y la innovación, el desarrollo del espíritu empresarial y una transición fluida entre diferentes empleos serán elementos cruciales en un mundo que ofrecerá más empleos a cambio de una mayor capacidad de adaptación»5.

En la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente6 se definen estas competen-Page 160cias como una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuadas al contexto. De acuerdo con esta recomendación, las competencias clave son aquéllas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo.

El marco de referencia establece ocho competencias clave siguientes:

  1. comunicación en la lengua materna;

  2. comunicación en lenguas extranjeras;

  3. competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología;

  4. competencia digital;

  5. aprender a aprender;

  6. competencias sociales y cívicas;

  7. sentido de la iniciativa y espíritu de empresa, y

  8. conciencia y expresión culturales.

En la reciente Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones sobre: «Competencias clave para un mundo cambiante» que se enmarca en el Proyecto de informe conjunto del Consejo y la Comisión sobre la aplicación del programa «Educación y formación 2010, del 25 de noviembre de 20097 vuelve a retomarse el tema de las competencias clave ya apuntado en el año 2006 por el Parlamento europeo apuntándose las tendencias y retos que emergen en el marco de este mundo cambiante destacando el papel de la educación y la formación en que se basa del triángulo del conocimiento necesita ser reforzada. La innovación y el crecimiento será débil, sin una base amplia de conocimientos, destrezas y competencias que promueve el talento y la creatividad desde una edad temprana y se actualiza durante la edad adulta.

No en vano, el «triángulo» de la educación, la investigación y la innovación así como ayudar a todos los ciudadanos estar mejor calificados son cruciales para la competitividad, el crecimiento y el empleo así como para la equidad e inclusión social

La formación debe, así pues, orientarse no sólo a la transmisión de conocimientos también hacia el entrenamiento de destrezas, habilidades y actitudes profesionales ya que los empleadores hoy buscan que sus trabajadores están dotados de capacidades transversales, como aptitudes de comunicación o capacidad de análisis y de resolución de problemas.

Debe tenerse muy en cuenta la formación como instrumento de garantía de «empleabilidad» de los trabajadores en este contexto de cambio de modelo productivo si no queremos que exista un desajuste entre lo que el nuevo modelo demanda y las posibilidades de quienes deben participar en el mismo.

Nuestro sistema educativo adolece de un bajo nivel de competencias clave así se ha puesto de manifiesto en los sucesivas ediciones del informe Pisa, y así ha sido puesto de manifiesto en el informe del CES sobre el sistema educativo y el capital humano donde se trata de centrar la atención en los desajustes existentes entre la interacción entre el sistema educativo y el sistema productivo. El informe trata de la calidad de la educación en España en sus diferentes niveles, lo que se aborda, sobre todo, poniendo en relación la influencia del sistema educativo para generar una mayor productividad y riqueza, y los retornos que la inversión en educación tienen en el propio sistema productivo y en el bienestar social general8.

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La prosperidad económica y empresarial depende en última instancia de la creatividad de los empresarios, la capacidad de liderazgo de los directores pero también de las competencias profesionales y técnicas, el esfuerzo y la dedicación de los trabajadores.

La debilidad en la productividad se genera, en parte, por la débil competencia de las personas, es decir, el desajustado o bajo nivel de dominio de lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo. En ocasiones el dominio -competencia- no se ha actualizado o simple- mente no se ha adaptado a los cambios requeridos por el sistema productivo.

En sentido inverso, la disponibilidad de unos trabajadores con las competencias adecuadas y en los niveles aceptables se traduce en una mayor capacidad de reacción ante los nuevos retos emergentes

A pesar de los esfuerzos realizados tanto a nivel educativo como a nivel de formativo aún es elevado el número de jóvenes que abandonan de forma prematura el sistema educativo y persiste, aunque parece que se vislumbra una cierta luz, los desajustes entre los sistemas de formación reglada y formación para el empleo mantienen quienes mantienen aún hoy un cierto sesgo de compartimentación que debilita sus fortalezas conjunta.

La Comisión europea en su Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo del año 2006: Eficiencia y equidad en los sistemas europeos de educación y formación9 aboga por planificar la eficiencia y equidad de las estrategias de formación permanente si se tiene en cuenta que la inversión en formación es una inversión a largo plazo defendiéndose la idoneidad de que los EEMM desarrollen una cultura de la evaluación, deben elaborar políticas para el conjunto del aprendizaje permanente, que tengan plenamente en cuenta la eficiencia y la equidad, de forma combinada y a largo plazo, y complementen las políticas aplicadas en ámbitos conexos.

La reciente aprobación del Real Decreto 1224/2009, de 17 de julio, de reconocimiento de las competencias profesionales adquiridas por experiencia laboral (BOE, 25 de agosto) sin duda alguna, constituye un paso muy importante en el proceso de facilitar la empleabilidad de los ciudadanos, la movilidad, fomentar el aprendizaje a lo largo de la vida y favorecer la cohesión social, especialmente de aquellos colectivos que carecen de una cualificación reconocida, fomentando el reconocimiento de las competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral o de vías no formales de formación.

No en vano se va a permitir que aquellas habilidades y capacidades que hayan sido adquiridas de manera informal, una vez superado un determinado procedimiento sean reconocidas como válidas para quienes las ha adquirido y para quien ha de valorarlas.

Por su parte la aprobación del Real Decreto 229/2008, de 15 de febrero, por el que se regulan los Centros de Referencia Nacional10Page 162en el ámbito de la formación profesional y la puesta en marcha de éstos como instrumento para facilitar una formación profesional más competitiva y responder a los cambios en la demanda de cualificación de los sectores productivos deben ser, un instrumento más al servicio de una formación de calidad y ajustada a las necesidades muy cambiantes del sistema productivo.

No cabe duda que los pasos dados van en buena dirección pero va a ser necesario incrementarlos y , en especial, para mejorarse la eficacia de los mecanismos de previsión de las necesidades del mercado de trabajo que es del todo imprescindible para poder planificar y programar de manera más efectiva las ofertas formativas y las capacidades y habilidades necesarias11.

En un escenario de futuro marcado por la necesidad de que el capital humano esté en disposición de adaptarse a los cambios que va a vivir durante su trayectoria profesional hace necesario habilitarle no sólo en capacidades de aprender construidas sobre sólidas estructuras de conocimiento científico también en relación con un abanico de aptitudes que incluya, entre otros, la capacidad para trabajar e interpretar grandes cantidades de información, trabajar en equipo, desplegar la iniciativa personal, abordar situaciones inesperadas o comunicar mensajes en contextos de multiplicidad de emisores y receptores de información.

La formación en nuevas capacidades y habilidades vinculadas a este modelo productivo

En el contexto de un cambio en el modelo productivo los procesos de transición en el empleo solo podrán llevarse a cabo de manera fluida si los instrumentos que permiten los ajustes de competencia son eficientes y la formación para el empleo es la llave maestra.

En la actualidad, hablar de capacidades y competencias es algo más que hablar de formación en sentido convencional. Debemos avanzar en definir qué tipo de capacidades y competencias son necesarias para poder transitar por el mercado de trabajo, para evitar una salida prematura, y para que si ésta deviene, poder retomar de forma rápida y efectiva a la vía hacia la ocupación.

Para cambiar el modelo productivo (innovar, diversificar y extender nuevas maneras de producir) hacen falta nuevas competencias profesionales y aprendizajes permanentes.

La relación entre los sistemas formativos y el mercado de trabajo es una relación que hoy más que nunca se plantea en términos de competencias y aunque no es fácil su concreción ya que depende de variables complejas como son detectar las necesidades de formación del sistema productivo e intentar prever las evoluciones futuras, adelantarse a los cambios, innovar en métodos y formas de enseñar y aprender, está adquieriendo cada día un papel más relevante en la garantía de idoneidad de perfiles profesionales para hacer frente a las necesidades de mano de obra futura vinculada a sectores emergentes.

En este sentido, un elemento fundamental para aumentar la tasa de empleo y mejorar la calidad de los puestos de trabajo es la previsión de las necesidades de formación para mantener la empleabilidad de los trabajadores a lo largo de su carrera, teniendo en cuen-Page 163ta la evolución de sus capacidades y expectativas.

La empleabilidad debe, así pues, ser entendida como la capacidad que un individuo tiene o manifiesta de acceder a un puesto de trabajo y evitar que el tránsito entre empleo-desempleo-empleo se prolongue más allá de los tiempos necesarios para encontrar un nuevo empleo, evitando que la permanencia en situación de desempleo se convierta en estructural y duradera.

Este proceso de una adecuación de la oferta formativa al nuevo modelo productivo requiere partir de los objetivos y motivos específicos del trabajador para mejorar su competencia dirigiéndose a las referencias del propio trabajador que pueden -o no- coincidir con las dibujadas en las previsiones.

Promocionar nuevas fuentes de empleo, principalmente las referidas a los denominados empleos verdes ligados a la lucha contra el cambio climático (energías renovables, reciclaje y servicios de conservación del medioambiente), empleos blancos (vinculados a las nuevas demandas de atención social) y los empleos azules (vinculados a las nuevas tecnologías, principalmente a las tecnologías de la información y comunicación), exige también dirigir las acciones formativas hacia estas actividades vinculadas al nuevo modelo productivo.

En este sentido si nos centramos estrictamente en los empleos verdes y tomamos como referencia el documento titulado «Un Nuevo acuerdo Verde Global»12, Informe de Política aprobado en marzo del año 2009 el Programa de Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los Anexos resumen lo que sabemos de los componentes «verdes» de los diversos paquetes de incentivos que se han propuesto y de los resultados que se esperan de ellos en términos de empleo, promoción de la recuperación, y fomento de los objetivos de sostenibilidad.

Así se aboga por identificar aquellas áreas que son susceptibles de crear empleo de calidad y ecológico, en concreto: a) edificios energéticamente más eficientes; b) transportes sostenibles; c) energía sostenible; d) agricultura sostenible y agua dulce; y e) infraestructura ecológica.

En un sentido parecido la OIT en su informe titulado: Green Jobs: Towards Decent Work in a Sustainable, Low-Carbon World («Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible con bajas emisiones de carbono»), afirma que la transformación de modelos de empleo e inversiones como consecuencia de los esfuerzos por reducir el cambio climático y sus efectos generan nuevos empleos en muchos sectores y economías, y podrían crear millones de puestos más, tanto en los países industrializados como en países en desarrollo13.

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Aunque sin duda alguna el documento que más luces arroja sobre esta materia es el informe encargado por el Gobierno británico al DEFRA (Department for Environment, Food and Rural Affairs) en colaboración con DIUS (Department for Innovation, Universities and Skills) y BERR (Department for Business, Enterprise and Regulatory Reform) del Reino Unido (2009) que lleva por título «las cualificaciones para una economía eficiente en recursos y bajas emisiones de carbono», donde se constata que si bien hay evidencia en todos los órdenes de una demanda latente de cualificaciones para una economía de bajas emisiones de carbono, ésta no está siendo articulada por muchos empleadores ya que las empresas no tienen los niveles correctos de comprensión de las necesidades de cualificación y de sus implicaciones y en consecuencia de la importancia y beneficios potenciales de integrar estas capacidades en sus negocios14.

Tal y como en su momento apuntó el CEDEFOP en su informe sobre a partir de las previsiones de cualificaciones en el horizonte 2020: «Los resultados de las previsiones ponen de manifiesto la necesidad de que los responsables políticos adopten a su debido momento medidas destinadas a prevenir, o al menos mitigar, el riesgo de un desajuste entre la oferta y la demanda de cualificaciones, es decir, tanto su posible déficit como su posible excedente. Es necesario entender con más detalle las condiciones de trabajo, las necesidades en materia de cualificaciones y competencias y los perfiles en los segmentos de trabajo precario y en aquellos que requieren de un elevado nivel de conocimientos. Persiste la incertidumbre en relación con evoluciones específicas de la demanda de empleo y cualificaciones, por ejemplo sobre cómo interactúan la oferta y la demanda. Desde el punto de vista político, es importante saber si el desajuste de la oferta y la demanda de cualificaciones es temporal o transitorio (fricciones a corto plazo en el mercado laboral que desaparecen al cabo de un cierto tiempo) o si se trata de un fenómeno a largo plazo que requiere medidas específicas»15.

No afrontar hoy que se están sentando las bases del modelo productivo que ha de ser el motor de la economía durante las próximas décadas la necesidad de mejorar los mecanismos de previsión de las necesidades del mercado de trabajo y la adaptación de los sistemas de aprendizaje a los nuevos retos del futuro que implica cambiar las formas de enseñar y de aprender, puede, sin duda alguna, hipotecar el futuro del modelo productivo y, en especial, del capital que ha de servirlo: el capital humano.

Es, por tanto, imprescindible invertir en análisis, estudios orientados a la detección precoz de las necesidades en materia de cualificaciones pero también en adaptar los sistemas formativos a una realidad diferente de la que ha sido útil para su supervivencia durante los años precedentes.

Las nuevas capacidades para nuevos empleos y la política de la Unión Europea

La aprobación el 19 de diciembre del año 2008 de la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al ComitéPage 165Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones: Nuevas Capacidades para Nuevos Empleos. Previsión de las capacidades necesarias y su adecuación a las exigencias del mercado laboral16 ha supuesto un avance muy importante sobre esta materia por cuanto que en el marco del proceso de crisis financiera mundial, se asientan las bases sobre las que asentar la idea de que la mejora de las capacidades es fundamental para la recuperación de Europa a corto y a más largo plazo, así como para su crecimiento, productividad, empleo, capacidad de adaptación al cambio, equidad, igualdad de género y cohesión social17.

Esta Comunicación ha sido dictada en el marco de los documentos para la reflexión en torno a la Estrategia de Lisboa post 2010 (Estrategia UE 2020) para el crecimiento y el empleo y se integra en el Plan Europeo de Recuperación Económica adoptado por la Unión Europea en diciembre de 2008.

Así, en este contexto la Comisión europea propuso esta iniciativa orientada a mejorar la cualificación de los trabajadores, de acuerdo con las necesidades de los mercados de trabajo europeos. La Comunicación basa una parte importante de sus reflexiones, en especial, aquellas que se refiere a cualificaciones presentes y futuras al análisis prospectivo de la evolución del mercado laboral para 2020 efectuado por CEDEFOP.

La situación de crisis presente, el anhelo de una recuperación deseada y buscada por parte tanto de las Instituciones europeas como de todos los EEMM y el ya citado contexto de avance hacia una economía de baja emisión de carbono son elementos a partir de los cuales se articula la idea de que El desarrollo de nuevas capacidades y competencias para aprovechar plenamente el potencial de recuperación constituye una prioridad y un desafío tanto para los poderes públicos de la UE y de los EEMM como para los sistemas de educación y formación, las empresas, los trabajadores y los estudiantes.

En esta Comunicación de aboga, tal y como ya se ha citado en otro momento de este trabajo, por una mejora de la mejorar la supervisión y previsión de las necesidades del mercado laboral y las necesidades de capacidades para ayudar a las personas a volver al mercado laboral, facilitar su adecuación a las vacantes de empleo existentes y orientar el desarrollo de las capacidades para mejorar las perspectivas de empleo a largo plazo.

Gran parte del éxito de las políticas ya sean europeas o nacionales que en este ámbito se adopten pasan por promover una información más completa sobre las futuras nece-Page 166sidades en materia de capacidades y empleo y facilitar su adecuación y previsión.

A la espera del informe que en año 2010 debe presentar la Comisión europea, en colaboración con los EEMM en el que se evaluará la eficacia de las medidas previstas y puestas en marcha con ocasión de esta Comunicación, la verdad es que ésta ha servido de acicate para situar no sólo en la agenda europea también en las agendas nacionales el reto de la capacidades y habilidades vinculadas a las necesidades futuras de mercado de trabajo.

Esta Comunicación ha sido muy bien acogida por todos los interesados18.

Más allá del avance hacia un nuevo modelo productivo: La mejora del sistema formativo

Si bien es cierto que un nuevo modelo productivo debe tener una de sus bases en el ámbito de la legislación laboral y éste va a producirse bajo el paraguas de la ley de economía sostenible, hoy tiene, también, otros elementos sobre los que asentarse: las nuevas formas de aprender, de trabajar, de organizarse las empresas, etc. No se trata, por tanto, sólo de cambiar la legislación laboral. Un nuevo modelo productivo implica, en esta visión, entre otros: un nuevo mercado de trabajo, nuevas dinámicas de comportamiento de sus partícipes, nuevas formas de gestión de las empresas.

Esta concepción lleva a la necesidad de incidir sobre muy diferentes aspectos para renovar el mercado de trabajo en España:

- Adecuar los perfiles profesionales a las nuevas demandas del mercado mundializado.

- Disponer de una organización productiva con mayor flexibilidad y más capacidad de adaptación a los cambios.

- Explorar nuevas formas de trabajo.

El mundo del trabajo y las empresas ha sido objeto de profundas transformaciones durante los últimos años. Lo que hoy tiene o aporta valor, y nos permite ser competitivos, sea como profesionales o como empresas, es en la actualidad diferente de cómo era, de hecho, poco tiempo atrás.

La evolución ha sido muy rápida y sobre ella están incidiendo o van a incidir otras variables vinculadas los cambios derivados del avance hacia un nuevo modelo productivo.

Hoy, las formas de aprender y de trabajar en nada se parecen a la que existía hace ahora unos cuantos años. El valor que hoy se le da al factor tiempo y espacio de trabajo es muy diferente al que se daba hace unos cuantos años.

En el ámbito formación se impone la necesidad de acometer una serie de cambios, mejoras que faciliten su modernización y adecuación a la realidad presente. Muchas de estas mejoras inciden en la forma en que está concebida la formación en España y su adecuación a las necesidades del mercado de trabajo.

Es imperativo avanzar hacia formas nuevas de aprendizaje, más dinámicas, cortas y ajustadas a transmitir no tanto los conocimientos sino, de forma especial, las habilidades y capacidades clave necesarias para poder y saber desenvolverse en condiciones. Se impone la necesidad de profundizar los sistemas de evaluación de la formación y actuar en función de objetivos no tanto dePage 167usuarios. Se debe primar aquellas acciones formativas que acrediten que habilitan para un empleo sujeto a demanda. El tiempo de la formación generalista, amplia en términos de horas de dedicación pero vacía si nos referimos a eficiencia en cuanto a inserción y movilidad es ya pasado.

El cambio de modelo productivo, es in duda, un momento idóneo para adecuar nuestro sistema educativo, nuestras empresas y el capital humano a los retos que de éste se derivan. Ha de ser el acicate para que aquellas reformas aún pendientes para mejorar la competitividad de nuestro sistema de relaciones laborales se produzca en beneficio de este cambio hacia una modelo más sostenible económica, social y medioambientalmente.

A modo de reflexiones o síntesis final

A modo de conclusión final me gustaría hacer hincapié en algunas cuestiones que si bien han sido ya tratadas en el texto, merecen ser destacadas en esta parte final del mismo.

  1. Existe una relación muy directa entre las nuevas capacidades y los cambios en el modelo productivo.

    Sin duda alguna invertir en capacidades es clave para avanzar en los cambios en la estructura productiva. Desde una perspectiva coyunturalista invertir en capacidades no sólo es fundamental para la recuperación económica lo es también para afrontar con mayores garantías de éxito los retos que emergen en el medio y largo plazo, en especial, hacer frente al cambio de modelo productivo.

    El éxito, en gran parte, del nuevo modelo productivo, dependerá de la existencia de personas capacitadas para desarrollar las actividades que de él se deriven. De ahí la importancia de valorar el cambio de modelo en términos de creación de empleo y de la vinculación de estos nuevos empleos con las capacidades y habilidades de la ciudadanía.

    Debemos valorar las capacidades y habilidades como el elemento clave del crecimiento económico y del crecimiento de la productividad, así como de la creación de empleo.

  2. Debe evitarse la permanencia en situación de inactividad ya que incrementa la falta de capacidad y empleablidad.

    Vinculada a la idea de que la inversión en capacitación es clave para la recuperación económica y el cambio de modelo productivo, debemos tener en cuenta que la situación de crisis internacional que está teniendo un impacto considerable sobre el mercado de trabajo, puede dar lugar que parte del desempleo se convierta en estructural y persistente.

    La mejor manera de combatir este riesgo, en especial, por lo que respecta a los colectivos de parados de larga duración es a través de la capacitación y formación en actividades con demanda de trabajadores.

    La mejora de las capacidades es esencial a efectos de equidad, puesto que las personas poco cualificadas son más vulnerables en el mercado laboral y pueden ser las más perjudicadas por las consecuencias de la crisis.

    Es imprescindible apostar por acciones dirigidas a reducir al máximo el tránsito en la situación de desempleo ya que el tiempo de permanencia en esta situación desempleo genera un incremento importante de las dificultades de acceso y movilidad en el empleo.

    La permanencia en situación de desempleo amplia la discapacidad de quien se encuentra privado de trabajo y exento de oportunidades de empleo.

    La mejora de las capacidades es esencial a efectos de equidad, puesto que las personas poco cualificadas son más vulnerables en el mercado laboral y pueden ser las más perjudicadas por las consecuencias de la crisis.

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    Para hacer frente al aumento del desempleo y la permanencia en esta situación como tránsito hacia un nuevo empleo debe mejorarse la adecuación de las capacidades y aptitudes del conjunto de ciudadanos.

  3. Para poder atender bien las necesidades del mercado de trabajo y ajustar la oferta formativa es necesario disponer de instrumentos eficaces de detección de necesidades a medio y largo plazo de trabajadores capacitados.

    Gran parte de los ajustes que en términos de oferta-demanda de empleo deben efectuarse para dotar de eficacia al sistema depende de los instrumentos de detección de necesidades del mercado de trabajo. Hoy más que nunca son necesarios sistemas eficaces capaces de detectar estas necesidades para poder adaptar la oferta formativa hacia estas necesidades demandadas.

    Sólo si nos anticipamos a las necesidades y dirigimos el sistema formativo hacia éstas garantizaremos un efectivo ajuste entre oferta de trabajadores y puestos de trabajo disponibles y que no hayan puestos de trabajo vacantes por falta de personal cualificado.

  4. Debemos avanzar hacia un nuevo sistema de capacitación, en el que se primen las competencias transversales, generales y en el que se tenga en cuenta la capacidad de adaptación permanente a los cambios del sistema.

    Es importante tener en cuenta que el éxito de un «nuevo» sistema o modelo de capacitación depende no sólo de la capacidad que el sistema tenga de formar a profesionales aptos para cubrir las necesidades del mercado de trabajo en un horizonte de tiempo determinado, sino, especialmente, de la capacidad que el sistema acredite de formar a trabajadores que se sean capaces de adaptarse, con facilidad, a los cambios continuos en la forma de aprender y trabajar.

    El análisis de las tendencias del mercado de trabajo y su proyección en el futuro no debería ser un obstáculo para acometer cambios y ajustes en el sistema actualmente vigente de capacitación máxime cuando en la mayoría de los sistemas se aprecian una serie de déficits estructurales.

    El análisis permanente de las tendencias del mercado de trabajo es necesario para anticiparse a las demandas formativas pero hay que cambiar, también, los métodos, los contenidos, la duración de la oferta formativa.

    Para afrontar los retos que el futuro nos plantea es necesario cambiar las formas de aprender, redefinir las fronteras del aprendizaje, modificar los métodos e instrumentos de enseñanza, en definitiva, adaptar los sistemas de formación a la flexibilidad que los trabajadores necesitan para adaptarse a los cambios permanentes que una sociedad cada vez más competitiva exige.

    Necesitamos un sistema de capacitación que no se centre, exclusivamente, en las necesidades previstas para el mercado de trabajo, debe ser un sistema que ponga en valor los problemas y las necesidades de las personas para adatarse a un modelo productivo en constante y permanente evolución.

    La formación debe orientarse no sólo a la transmisión de conocimientos también hacia el entrenamiento de destrezas, habilidades y actitudes profesionales.

    En un escenario de futuro marcado por la necesidad de que el capital humano esté en disposición de adaptarse a los cambios que va a vivir durante su trayectoria profesional hace necesario habilitarle no sólo en capacidades de aprender construidas sobre sólidas estructuras de conocimiento científico también en relación con un abanico de aptitudes que incluya, entre otros, la capacidad para trabajar e interpretar grandes cantidades de información, trabajar en equipo, desplegar la iniciativa personal, abordar situaciones inesperadas o comunicar mensajes en contextos de multiplicidad de emisores y receptores de información.

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  5. El cambio de modelo productivo constituye un momento idóneo para acometer aquellas mejoras que sean necesarias en el mercado de trabajo y para poder avanzar hacia un mercado de trabajo más inclusivo, en el que se promueva que los trabajadores dispongan de las adecuadas competencias profesionales como uno de los principales motores del crecimiento y garantía de empleos estables y de calidad que permitan combatir la segmentación del mercado de trabajo y dotarle de estructuras más firmes que lo hagan permeable a los inevitables ciclos de la economía.

    Apostar por la capacitación de los trabajadores es también apostar por facilitar su movilidad y permanencia en activo ya que frente a las situaciones de crisis, la empleabilidad constituye, sin duda alguna, un instrumento idóneo de lucha contra el desempleo.

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    * El presente trabajo ha sido finalizado, escasos días después de la aprobación por parte del Consejo de Ministros del Anteproyecto de Ley de Economía sostenible y de su posterior presentación, en el marco de la Estrategia de Economía Sostenible, por parte del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero quien ha definido esta Estrategia como un plan global de reformas para apoyar la recuperación de la economía, renovando profundamente su patrón productivo al tiempo que se mejora su competitividad. Vid. más información al respecto en: http://www.la-moncloa.es/Actualidad- Home/2009-2/021209Zapatero.htm.

    [1] Se puede consultar el texto íntegro de este Anteproyecto de Ley en: http://www.la-moncloa.es/NR/rdonlyres/6FDFF88F-0B8C-4D66-B6AD-E50094495B2A /100104/091130LEYECONOMIASOSTENIBLE2.pdf.

    [2] Vid. al respecto el Informe sobre Trabajo en el Mundo 2009. Crisis mundial del empleo y perspectivas donde se dedica un capítulo, el 4º a este tema titulado: las políticas ecológicas y el empleo: doble dividendo? Tal y como se señala en el Resumen de la pre-edición en español: «Invertir en el medio ambiente es una fuente potencial de creación de empleo. Si se impusiera un precio a las emisiones de carbono, próximo al sugerido a nivel internacional, y si los ingresos resultantes se utilizaran para recortar los impuestos sobre el trabajo, en 2014 el empleo habría aumentado en un 0,5 por ciento. Ello equivale a más de 14,3 millones de nuevos puestos de trabajo netos para la economía mundial en su conjunto. Sin embargo, estos empleos no se crearán automáticamente. De hecho, casi el 38 por ciento de todos los empleos se encuentra en sectores que producen altas emisiones de carbono. Por consiguiente, se necesitan programas que promuevan transiciones en los mercados de trabajo y las competencias laborales necesarias para que estos nuevos empleos se conviertan en realidad. Han de aplicarse políticas verdes combinadas con las políticas de trabajo decente. Se puede consultar este Informe completo en su versión inglesa en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/Š-dgre- ports/Š-dcomm/documents/publication/wcms_ 118384.pdf.

    [3] En Opinión de la OIT estamos ante un doble desafío, el desafío ambiental y el desafío del trabajo decente. Vid, OIT, Empleos verdes. Hechos y Cifras: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/Š-dgre- ports/Š-dcomm/documents/publication/wcms_ 098486.pdf.

    [4] Vid. el texto completo de su intervención en: http://www.lamoncloa.es/Presidente/Intervenciones/Dis cursos/prdi20091123.htm.

    [5] Bruselas, 24.11.2009 COM(2009)647 final.

    [6] Vid. esta recomendación completa en versión en español en: http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexU- riServ.do?uri=OJ:L:2006:394:0010:0018:ES:PDF.

    [7] COM(2009)640 final.

    [8] Tal y como se señala en el Informe del CES 01/2009: «Sistema educativo y capital Humano», para muchos expertos, los malos resultados en competencias clave se deben a la alta de correspondencia entre el tipo de conocimiento que se imparte y el que se mide en las evaluaciones internacionales. Los informes PISA analizan, no los conocimientos teóricos, sino las competencias. De manera que muy probablemente los problemas del sistema educativo español se deriven, en parte, del tipo de conocimientos que se enseñan, con una elevada orientación teórica, claramente necesaria, pero con insuficiente grado de aplicabilidad práctica. Es por ello que los expertos aconsejan reorientar los actuales mode- los pedagógicos, basados en clases magistrales que enseñan para la reproducción de conocimientos, para hacerlos más acordes a las necesidades y requerimientos de la sociedad del conocimiento». Vid. informe citado p. 64 vid. informe en: http://www.ces.es/informes.jsp? last=S.

    [9] COM (2006) 481 08.09.2006 vid el texto completo de esta Comunicación en: http://eur-lex.europa. eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2006:0481:FI N:ES:PDF.

    [10] Este Real Decreto ha sido dictado en desarrollo de la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional y tiene por finalidad y tiene por finalidad regular los Centros de Referencia Nacional, considerando como tales los que realicen acciones de innovación y experimentación en materia de FP y que se especialicen en los diferentes sectores productivos a través de las familias profesionales recogidas en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.

    [11] Sin lugar a dudas una de las instituciones que en mayor medida esta volcada a examinar las habilidades necesarias para el futuro ya sea de forma general o sectorial: turismo, economía verdes, sector agroalimentario, agro-forestal, sanitario, etc., es CEDEFOP (Centro europeo para el desarrollo de la Formación Profesional) que entre sus cometidos tiene identificar las necesidades de cualificación. Vid., al respecto: http://www.cedefop.europa.eu/themes/theme_a/default.asp.

    [12] Tal y como se establece en el resumen ejecutivo del Informe: El «Nuevo Acuerdo Verde Global» (GGND, por sus siglas en inglés) presentado aquí tiene tres objetivos amplios. Primero, debe contribuir significativamente a la reactivación de la economía mundial, a la conservación y creación de empleos, y a la protección de los grupos vulnerables. Segundo, debe promover el crecimiento sostenible e incluyente y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), especial- mente el de acabar con la pobreza extrema para el 2015. Tercero, debe reducirse la dependencia del carbono y la degradación de ecosistemas, que son riesgos clave en el camino hacia una economía mundial sostenible. Vid., al respecto el informe completo en: http:// www.unep.org/greeneconomy/portals/30/docs/GGND-policy brief_Spanish.pdf.

    [13] El informe se concentra en «empleos verdes» en la agricultura, industria, servicios y administración que contribuyan a preservar o restablecer la calidad del ambiente. Hace además un llamado a adoptar medidas que garanticen «trabajo decente» con el fin de reducir la pobreza al mismo tiempo que se protege el ambiente. El informe hace un llamado a lograr «transiciones justas» para aquellos afectados por el cambio hacia una economía verde y para aquellos que deben adaptarse al cambio climático, facilitando el acceso a economías alternativas y oportunidades de empleo para empresas y trabajadores. De acuerdo con el informe, es esencial un diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores, no sólo para aliviar las tensiones y sostener políticas ambientales, económicas y sociales mejor informadas y más coherentes, sino también para involucrar a los interlocutores sociales en el desarrollo de estas políticas. Vid. el informe en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/ public/Š-dgreports/Š-dcomm/documents/publication/wcms_098503.pdf.

    [14] Vid. este estudio completo en: http://www.defra. gov.uk/environment/business/scp/pdf/LCREE-finalreport.pdf.

    [15] Vid. nota informativa de CEDEFOP El riesgo de un posible déficit de competencias en Europa Las futuras necesidades de Europa en materia de cualificaciones - Perspectivas de cara a 2020, p. 4.

    [16] Se trata de un texto que no ha sido publicado en el Diario oficial de la UE aunque el núnero de referencia es COM (2008) 868 final. Vid el texto completo en su versión en español en: http://ec.europa.eu/education/ lifelong-learning-policy/doc/com868_es.pdf Tal y como se establece en el último párrafo de esta Comunicación: «La iniciativa Nuevas Capacidades para Nuevos Empleos destaca la necesidad de unas políticas de educación y formación más eficaces y la modernización de los mercados laborales mediante políticas de flexiguridad. Propone un esfuerzo concertado para hacer una evaluación completa, en cooperación con los Estados miembros, las empresas y otras partes interesadas, de las futuras necesidades del mercado laboral y de las capacidades que se necesitarán. La iniciativa tiene por objeto contribuir a la recuperación económica y a la Estrategia para el Crecimiento y el Empleo, mitigar el impacto de la crisis actual en cuanto a empleo y capacidades y potenciar la competitividad y la equidad a largo plazo».

    [17] En un sentido muy parecido respecto a la cohesión social y la lucha contra la exclusión social se pronuncia la Comisión Europea en su documento de consulta pública sobre la Estrategia UE 2020: «Potenciar la educación es una de las formas más efectivas de luchar contra la desigualdad y la pobreza. Es imperioso intervenir urgentemente para reducir el elevado número de estudiantes con resultados insuficientes en capacidades básicas (lectura, matemáticas y ciencias) a fin de aumentar la empleabilidad de los jóvenes y de facilitar su incorporación al mundo del trabajo una vez concluida su escolarización. La prevención del abandono escolar reduce la exclusión del mercado laboral y el riesgo de una futura exclusión social. Hay que hacer mayor hincapié en los grupos vulnerables, la igualdad de género y la cohesión social a fin de garantizar que nadie quede excluido del acceso al conocimiento». Bruselas, 24.11. 2009 COM(2009)647 final, p. 5.

    [18] A título de muestra ved el Documento de la CES donde expresamente se establece: La CES acoge con interés la iniciativa »Nuevas competencias para nuevos empleos» donde se hace una primera evaluación del mercado de trabajo y de las necesidades en términos de competencias hasta 2020, dibuja el mapa de instrumentos de anticipación existentes en los planos nacional y europeo, y propone una aproximación más eficaz para asegurar la anticipación y la correspondencia entre la demanda y la oferta de mano de obra gracias a la relación entre las políticas de empleo, formación y educación» en: http://www.ugt.es/internacional/ResForm- Prof_UGT.pdf.

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