Cambios en el capital social posibilitados por las TIC

AutorRené van Bavel, Yves Punie e Ilkka Tuomi
CargoIPTS

Introducción1

El capital social se ha definido como 'las características de la organización social, por ejemplo, la participación cívica, las normas de reciprocidad y la confianza en los demás, que facilitan la cooperación en beneficio mutuo' (Putnam, 1993). Es un concepto que ha captado la atención tanto de los investigadores como de los políticos. En una sociedad existen relaciones significativas entre los niveles de capital social, así como indicadores positivos de sanidad, educación, crecimiento económico, delincuencia y eficacia de las instituciones oficiales, por citar algunos (Performance and Innovation Unit, 2002; Grootaert y van Bastelaer, 2001). Por tanto, desde una perspectiva política, la concienciación sobre el capital social ofrece muchas oportunidades en una gran diversidad de áreas políticas de la UE.

El capital social se define como 'las características de la organización social, por ejemplo, la participación cívica, las normas de reciprocidad y la confianza en los demás, que facilitan la cooperación en beneficio mutuo' Desde el punto de vista de las políticas de la Sociedad de la Información existen pruebas para sugerir que la amplia difusión de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), que ya no se limitan solamente a los primeros que las adoptaron, están teniendo un impacto sobre el capital social. Las TIC cada vez están más integradas en la vida cotidiana de las personas y en la actividad diaria de las organizaciones (tengan ánimo de lucro o no). Las TIC tienen capacidad para transformar, permitiendo que surjan nuevas formas de vida y de organización que no existirían sin ellas. El uso de las TIC en la práctica social y sus desafíos a las concepciones tradicionales del tiempo y del espacio presentan nuevos retos a la organización social, reorganizando aquellas estructuras y procesos que crean capital social. Una ojeada prospectiva sugiere que esta influencia de las TIC no hará sino incrementarse.

Desde el punto de vista de las políticas de la Sociedad de la Información existen pruebas para sugerir que la amplia difusión de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) está teniendo un impacto sobre el capital social Hoy en día nos encontramos en las primeras etapas del cambio social posibilitado por las TIC. Internet se encuentra todavía en pañales, como la televisión a principios de los 60. Los canales de comunicación interactiva y en línea ya no se limitan a los PC, sino que cada vez son más accesibles a través de múltiples aparatos. El acceso a la banda ancha inalámbrica y en líneas fijas proporciona conectividad multimedia las 24 horas del día. En consecuencia, las TIC están comenzando a incorporarse a la vida diaria de nuevas maneras, transformando el espacio y el tiempo, y reorganizando los cimientos de la interacción social.

Putnam (2000) expone que el capital social ha ido disminuyendo paulatinamente desde finales de la guerra mundial en Estados Unidos, y la preocupación por las razones y consecuencias de este declive ha impulsado el interés por el capital social como tema de investigación. Entre muchos otros, uno de los factores asociados a este declive, según Putnam, es el incremento de la cantidad de tiempo que la gente pasa viendo la televisión. La hipótesis es que el tiempo gastado delante del televisor es tiempo que se detrae de la participación en la sociedad civil. Por extensión, de acuerdo con esta idea, el uso extendido de las TIC puede dar lugar a una disminución de la participación ciudadana. La imagen que surge de este punto de vista es la de usuarios (sobre todo los jóvenes enganchados al ordenador) que cada vez interactúan más con los ordenadores, pero que tienen poco o ningún contacto con el mundo físico que los rodea. La consecuencia, según esta forma de ver las cosas, es que las TIC pueden ser el origen de un empobrecimiento generalizado de las relaciones sociales y de la cohesión social, como sugirió la idea de personas 'jugando a los bolos solas' propuesta por Putnam. Además, esta situación podría contribuir a crear una sociedad civil cada vez más fragmentada e individualizada, caracterizada por una menor participación en las elecciones y en los asuntos públicos.

Se ha acusado a la televisión de ser la responsable del declive del capital social en las últimas décadas, bajo la idea de que el tiempo que se pasa delante del televisor es tiempo que se detrae de la participación en la sociedad civil Sin embargo, esta idea pesimista puede fácilmente ponerse en duda. Investigaciones recientes sugieren que las TIC actúan como catalizar de formas alternativas de relación entre las personas, y por tanto favorecen la aparición de 'nuevas' formas de sociedad civil. La importancia de las instituciones tradicionales va disminuyendo mientras que la colaboración social informal va adquiriendo cada vez mayor importancia. Esta observación da lugar a dos formas diferentes de entender el impacto de las TIC en el capital social. Una perspectiva ve a las TIC como transformadoras del capital social y la otra las ve como suplemento del mismo (Quan Haase y Wellman, 2004).

Con el fin de destacar el hecho de que ciertos aspectos del capital social están específicamente configurados por las TIC surge un término útil, el capital social interconectado (van Bavel et al., 2004). Esta idea permite discutir, respecto al capital social, las implicaciones de vivir en una sociedad cada vez más interconectada. Además, como se ha expuesto anteriormente, la confianza en las TIC solamente irá aumentando con el tiempo, con lo que el concepto de capital social interconectado será más relevante en el futuro.

Las TIC pueden actuar como catalizador de formas alternativas de relación entre las personas, y por tanto favorecen la aparición de 'nuevas' formas de sociedad civil Para tener en cuenta las formas en que esta tendencia hacia la omnipresencia de las TIC afecta al capital social es necesario profundizar más. Quan Haase y Wellman (2004) sugieren que el capital social puede referirse, por una parte, a la participación ciudadana (redes y relaciones sociales organizadas) y, por otra parte, al contacto social (patrones de comunicación interpersonales). Las tecnologías de la comunicación hacen posible el contacto social y también destacan formas más institucionalizadas de compromiso social y cívico. El objetivo de este artículo es revisar las dos.

Transformación del capital social

El capital social interconectado destaca las interconexiones entre personas que comparten intereses. Pero, a medida que los intereses se extienden a nivel mundial y se hacen independientes de la proximidad física, las interconexiones entre las personas del entorno (físico) próximo, como los vecinos, pueden irse descuidando. Este cambio se hace eco del actual debate en las ciencias sociales, que comenzó en el siglo XIX, respecto a los cambios en la vida social debidos a los avances económicos y tecnológicos. Hay quien opina que la vida social se ha 'perdido' a causa de la aparición de la sociedad industrial, mientras que otros, mirando más allá de la localidad como característica que define a la comunidad, apuntan a transformaciones en la vida social y a la aparición de una comunidad 'liberada' (Quan Haase y Wellman, 2004).

Siguiendo estas ideas, a algunos autores les ha preocupado que, al facilitar conexiones sociales independientes del tiempo y del espacio, las TIC podrían crear una sociedad dominada por grupos de interés encerrados en sí mismos, lo que llevaría asociada una disminución en la participación en la sociedad en general. Esta posibilidad a veces se denomina 'balkanización del interés público'.

Uno de los temores es que al liberarse las conexiones sociales de las limitaciones de tiempo y espacio, las TIC podrían crear una sociedad dominada por grupos de interés encerrados en sí mismos, lo que daría lugar a la denominada 'balkanización del interés público' Además, se piensa que las nuevas formas de participación son diferentes de las tradicionales, donde los participantes tienen que aceptar compromisos y necesitan aceptar ideas o proyectos con los que pueden no estar enteramente de acuerdo. De hecho, la democracia representativa tradicional, donde los votantes deben plegarse a la voluntad de la mayoría, es un ejemplo destacado. Las nuevas formas de participación ciudadana a través de las TIC pueden exigir menos compromiso (es decir, permiten una participación menos 'pegajosa') y, para algunos autores, tal tendencia puede también ser motivo de preocupación.

Suplemento del capital social

Las TIC, sin embargo, también crean nuevas formas de generación y asignación de capital social. Desde este punto de vista, las TIC ofrecen otras formas de fortalecer la sociedad civil, impulsando los intentos de construir una comunidad, dando lugar a un mayor compromiso social, estableciendo diferentes tipos de relaciones entre las personas, y contribuyendo al asentamiento de una sociedad civil 'glocal' (es decir, global y local a la vez).

Desde otra perspectiva, las TIC ofrecen un medio de fortalecer la sociedad civil, impulsando los intentos de construir una comunidad conectada simultáneamente a nivel mundial y local Frissen (2003) proporciona pruebas del papel activo de las TIC para estimular la participación cívica, como por ejemplo, un proyecto de comunidad en línea en respuesta a las tragedias locales (Jongeren.volendam.nl), una página web que se enfrenta a los estereotipos étnicos y que promueve la integración social entre los ciudadanos nacionales y los inmigrantes (Maghreb.nl), y organizaciones mundiales basadas en la web que se oponen a la globalización (Indymedia.org). En un marco político tradicional, Howard Dean, en su campaña para las elecciones presidenciales en EE.UU., utilizó Internet para reclutar cientos de miles de simpatizantes en solo unos meses, dándoles la posibilidad de dejar oír su voz en la fijación de la agenda política (Jett and Välikangas, 2004). Más recientemente, Internet y los teléfonos móviles han posibilitado la coordinación de las protestas de última hora, la noche anterior a las elecciones, contra el gobierno español, tras el ataque terrorista en Madrid en marzo de 2004.

Facilitar el intercambio de conocimiento

Desde la perspectiva de las políticas de la Sociedad de la Información, es particularmente relevante examinar el papel del capital social interconectado en el intercambio de conocimiento. Se suele distinguir entre conocimiento tácito y explícito (véase Duguid, 2003). El conocimiento explícito está 'descontextualizado' de su entorno práctico, de manera que permite su representación y abstracción. En consecuencia, puede intercambiarse y difundirse de manera relativamente fácil y los sistemas de información convencionales desempeñan aquí un papel significativo. El conocimiento tácito, por el contrario, está incorporado en la práctica, es difícil de representar en forma de datos en los sistemas informáticos y no se difunde fácilmente. La transferencia de los componentes tácitos del conocimiento normalmente requiere aprendizaje social y la socialización en prácticas concretas.

Generar y transferir conocimiento tácito exige interacción social. La repetición de interacciones da lugar a estructuras sociales que suelen denominarse comunidades de prácticas. Se pueden describir como entidades sociales que generan sus ideas específicas del mundo y las interpretan, y que mantienen los procesos de aprendizaje social necesarios para que el conocimiento específico de cada comunidad tenga sentido.

Las comunidades de prácticas son entidades sociales que generan sus ideas específicas del mundo y las interpretan, y mantienen los procesos de aprendizaje social necesarios para que el conocimiento específico de cada comunidad tenga sentido Históricamente se ha tenido la idea de que las comunidades de prácticas eran estructuras sociales relativamente localizadas (lo que significa que los miembros suelen estar próximos unos a otros). Requieren que haya confianza entre sus miembros, lo que a menudo exige contactos frecuentes cara a cara. Es posible, no obstante, que las TIC sustituyan este contacto, establezcan confianza y permitan la creación de comunidades de prácticas 'virtuales'. Aunque algunas investigaciones sugieren que las TIC pueden desempeñar un papel más importante en el mantenimiento que en la creación de capital social y de comunidades (Steinmueller, 2003), también hay cada vez más pruebas contra esta afirmación.

A medida que las redes informáticas se van convirtiendo en redes que facilitan la comunicación a través de los ordenadores, las características de uso de los ordenadores varían. Los ordenadores tradicionalmente se han utilizado como máquinas procesadoras de información que manipulan datos. Ahora se están convirtiendo en un elemento clave en la comunicación social y en el intercambio de conocimiento. El uso de los ordenadores para comunicación, por tanto, también facilita su empleo en proyectos compartidos. Se incorporan a las prácticas sociales y así permiten la transferencia de conocimiento tácito y relativo a la práctica en las comunidades de prácticas. Por ejemplo, las comunidades basadas en Internet -como las que utilizan software de código abierto (Linux)- se han convertido en entornos para el aprendizaje social.

Las comunidades de prácticas actúan como lugares de conocimientos especializados. Cuando el capital social se entiende como la capacidad para movilizar recursos materiales y de conocimiento, el acceso a las comunidades de prácticas se convierte en fuente vital de capital social. Por definición, los miembros de la comunidad tienen un acceso relativamente bueno a estos recursos. Quienes pertenecen a varias comunidades suelen desempeñar un papel importante a la hora de transferir de un dominio de aplicación a otro los recursos incorporados socialmente. En la bibliografía sobre capital social, se suele decir que esas personas tienen capital social 'polivalente' y que rellenan los 'agujeros estructurales' de las redes sociales.

El conocimiento puede fluir entre las comunidades de prácticas cuando se codifica en representaciones concretas El conocimiento puede fluir entre las comunidades de prácticas cuando se codifica en representaciones concretas. Un término, por ejemplo 'territorio digital', es utilizado para significar algo muy concreto dentro de una comunidad que se especializa en el tema, y es interpretado de forma similar por los que comparten el mismo conocimiento tácito. Los miembros de una comunidad de prácticas saben cómo descodificar una representación y también conocen sus limitaciones. Sin embargo, el intercambio de conocimiento entre las comunidades de prácticas habitualmente requiere su adaptación por parte de las personas que participan simultáneamente en varias comunidades y que rellenan sus agujeros estructurales.

El conocimiento también se transfiere entre las comunidades de prácticas en forma de 'objetos fronterizos' que pueden ser documentos, dibujos, prototipos, etc.

El conocimiento también se transfiere entre las comunidades de prácticas en forma de 'objetos fronterizos'. Pueden ser documentos, dibujos, prototipos, información en forma de bases de datos, artefactos materiales y, por ejemplo, productos. Los objetos fronterizos producen conocimiento explícito al incorporarlo en los objetos que fluyen entre las diferentes prácticas sociales. Estos objetos fronterizos, por tanto, también estructuran y limitan las posibilidades de movilizar los recursos sociales. Las TIC pueden desempañar un papel cada vez más importante en el aprendizaje social y en el intercambio de conocimientos en las comunidades de prácticas, sobre todo ahora que las infraestructuras de red y el acceso a las redes cada vez están más difundidos. Pero todo esto no se va a producir de forma automática. Es necesario superar el actual paradigma centrado en la funcionalidad y en la apariencia externa, y complementarlo con consideraciones sociales explícitas.

Las futuras TIC, como ya se expresó en la idea de Inteligencia Ambiental (AmI) podrían ser relevantes para ese fin (ISTAG, 2001). Los productos y servicios de la AmI serán, según esta idea, sensibles al contexto, intuitivos y adaptables. Tendrán, por tanto, la capacidad de integrar y comunicar el conocimiento tácito más fácilmente que las actuales tecnologías. En este entorno, el aprendizaje social podría ser más fácil, ya que puede reunir a personas con distinta formación y procedentes de diferentes comunidades de prácticas. El entorno inteligente desempeñará el papel de facilitador y hará las adaptaciones necesarias.

En los llamados Scenarios for Ambient Intelligence in 20102 de ISTAG se describe un ejemplo ilustrativo del potencial de la AmI para apoyar el aprendizaje espontáneo y establecer una 'memoria de aprendizaje colectivo'. Los escenarios que se crearon y se ensayaron con más de 35 expertos describen futuros posibles de los entornos de la Inteligencia Ambiental e identifican también las tecnologías clave importantes, los temas sociopolíticos y una agenda de investigación en C+T para poner en práctica la AmI (ISTAG, 2001). Uno de los escenarios fue 'Annette y Salomón'. Describe una reunión de un grupo de estudios medioambientales que está dirigido por un mentor humano pero que está facilitado por un 'Ambiente' que conoce las preferencias personales y las características de los participantes (reales y virtuales). El escenario implica avances técnicos importantes, por ejemplo, una gran 'anchura de banda emocional' para presencia compartida y tecnologías de visualización, y adelantos en las técnicas pedagógicas asistidas por ordenador. Pero también presenta una idea social desafiante de la AmI al servicio de estimular la vida de la comunidad mediante intereses compartidos.

Conclusiones

La creciente omnipresencia de las TIC invita a examinar su impacto sobre el capital social. En lo que respecta a la participación ciudadana, y al contrario de las explicaciones monocausales, las TIC parecen tanto transformar como complementar el capital social. En cuanto a contacto social, las TIC pueden desempeñar un papel vital a la hora de crear y mantener una comunidad de prácticas y facilitar el intercambio de conocimiento dentro de ella. Sin embargo, las TIC se enfrentan al reto de relacionar varias comunidades de prácticas y transferir el conocimiento que está incorporado y creado en la práctica social -un campo en el que la Inteligencia Ambiental es particularmente esperanzadora. Palabras clavecapital social, tecnologías de la información y la comunicación, comunidades de prácticas, sociedad civil, conocimiento tácito

Notas

  1. Este artículo está basado en las conclusiones del taller 'Las TIC y el capital social en la sociedad del conocimiento', celebrado en Sevilla el 3 y 4 de noviembre de 2003 (véase el informe completo en Van Bavel et al., 2004).

  2. véase http://www.cordis.lu/ist/istag.htm ReferenciasDuguid, P., Incentivizing practice. Comunicación presentada en el taller 'ICTs and Social Capital in the Knowledge Society', Sevilla, España, 2003.

Frissen, V., ICTs, civil society and local/global trends in civic participation. Comunicación presentada en el taller 'ICTs and Social Capital in the Knowledge Society', Sevilla, España, 2003.

Grootaert, C., y van Bastelaer, T., Understanding and measuring social capital: a synthesis of findings and recommendations from the Social Capital Initiative. Washington, DC: Banco Mundial. Iniciativa de capital social. Documento de trabajo nº. 24, 2001.

ISTAG, Scenarios for Ambient Intelligence in 2010, Editado por Ducatel, K., Bogdanowicz, M., Scapolo, F., Leijten, J. y Burgelman, J-C., IPTS-ISTAG, CE: Luxemburgo, 2001. www.cordis.lu/ist/istag Jett, Q., y Välikangas, L., The gamble of open organizing. Tuck School of Business en Dartmouth, Center for Digital Strategies. Documento de trabajo 04-1, 26 de enero de 2004.

Performance and Innovation Unit, Social Capital: A discussion paper. Londres: PIU, 2002.

Putnam, R., The prosperous community: social capital and public life. The American Prospect, 4(13), 1993, pp. 11-18.

Putnam, R., Bowling Alone: The collapse and revival of American community, Nueva York: Simon Schuster, 2000.

Quan-Haase, A. y Wellman, B., How does the Internet affect social capital. En M. Huysman y V. Wulf (eds.), Information Technology and Social Capital, 2003.

Steinmueller, W. E., Communities of practice and their effects on performance and functioning of organisations. Comunicación presentada en el taller 'ICTs and Social Capital in the Knowledge Society', Sevilla, España, 2003.

Van Bavel, R., Punie, Y., Burgelman, J.-C., Tuomi, I. y Clements, B., ICTs and social capital in the knowledge society. Technical Report Series, EUR 21064 EN. Sevilla, España: IPTS, 2004.

Agradecimientos

Nos gustaría dar las gracias a los participantes en el taller sobre las TIC y el capital social en la sociedad del conocimiento (3-4 noviembre 2003, Sevilla, España), por la calidad de sus intervenciones y su entusiasmo durante el taller y por los comentarios constructivos que hicieron al borrador del informe de dicho taller. Un especial agradecimiento también a Jean-Claude Burgelman y Bernard Clements.

Contactos

René van Bavel, Instituto de Prospectiva Tecnológica Tel.: +34 95 448 83 67, fax: +34 95 448 82 08, correo electrónico: rene.van-bavel@jrc.es Yves Punie, Instituto de Prospectiva Tecnológica Tel.: +34 95 448 82 29, fax: +34 95 448 82 08, correo electrónico: yves.punie@jrc.es Ilkka Tuomi, Instituto de Prospectiva Tecnológica Tel.: +34 95 448 82 47, fax: +34 95 448 82 08, correo electrónico: ilkka.tuomi@jrc.es

Sobre los autores

René van Bavel es economista por la Universidad de Queen, Canadá, y doctor en Psicología Social por la London School of Economics. Antes de incorporarse al IPTS en octubre de 2003 fue profesor de Psicología Social en la Universidad de Cambridge. Sus principales líneas de investigación son el pensamiento y el comportamiento económicos, la psicología social de las nuevas tecnologías, las representaciones sociales, el riesgo, el capital social y la metodología de la investigación.

Yves Punie es doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Libre de Bruselas (VUB). Antes de incorporarse al IPTS como investigador en mayo de 2001 fue investigador senior en el SMIT (Estudios sobre Medios, Información y Telecomunicaciones, VUB). Entre otros, Yves Punie ha trabajado sobre los aspectos sociales y tecnológicos de la Inteligencia Ambiental en la vida diaria, sobre el futuro de los medios, sobre el capital social en la sociedad del conocimiento y sobre privacidad, seguridad e identidad en la Sociedad de la Información del futuro (véase http://fiste.jrc.es).

Ilkka Tuomi es licenciado en Física Teórica por la Universidad de Helsinki y doctor en enseñanza de adultos por la misma universidad. Su investigación más reciente se ha centrado en la innovación, el código abierto, las TSI y la sociedad del conocimiento. Antes de trabajar en el IPTS como científico visitante estuvo en la Universidad de California, Berkeley y desde 1987 a 2001 en el Centro de Investigación de Nokia, últimamente como investigador principal en el campo de la Sociedad de la Información y la Gestión del Conocimiento. Índice Revista 85 Las opiniones expresadas en The IPTS Report no reflejan necesariamente las de la Comisión Europea. © ESC-EEC-EAEC Bruselas-Luxemburgo, 1995-2004 Se autoriza la reproducción, excepto para fines comerciales, una vez obtenida la aprobación del Editor. La CE no asumirá la responsabilidad del uso que se haga de esta información.

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