Calidad del suelo y planificación territorial en el marco de la evaluación de impacto ambiental

AutorJosé Allende Landa
  1. INTRODUCCION

    La preservación de la calidad del suelo, además de adquirir una urgencia en su dimensión planetaria, donde se manifiesta de manera particularmente virulenta en la creciente desaparición de la selva tropical y zonas boscosas del planeta, así como en la desertificación a gran escala y erosión deterioro generalizado del suelo productivo, presenta una dimensión estratégica inmediata en la escala local regional.

    Es en esta última perspectiva en la que se centrará el presente trabajo, enfocando la importancia del recurso natural suelo más que desde el punto de vista de soporte de vegetación (suelo edáfico) y del resto de los organismos vivientes, de soporte de actividades humanas económicas, residenciales, de ocio y esparcimiento, en definitiva de usos del suelo definidos y controlados por la Administración.

    La protección del suelo se entiende aquí con una perspectiva diversa, pero específicamente centrada en los suelos de los amplios entornos que tipifican hoy a los asentamientos urbanos.

    Es pues en la escala regional y subregional donde se presentan las mayores posibilidades de incidir de inmediato sobre la creciente degradación de los suelos a través de la incorporación de las consideraciones ambientales en los instrumentos de planificación territorial o de política de ordenación del territorio.

    De esta manera centramos una faceta crucial que ofrece la protección del suelo a través de la incorporación activa y positiva de esta variable en las estrategias y planes territoriales que proporciona el variado abanico de instrumentos que maneja la política de ordenación territorial. Ciertamente esta política que incide directamente sobre la estructura territorial a través del control, más o menos incisivo, de los usos del suelo, es marco de referencia privilegiado para abarcar de manera integrada las distintas políticas sectoriales y, consecuentemente, resulta ideal para incorporar los criterios y objetivos de una política ambiental activa 1 y preventiva, particularmente en el tema que nos ocupa, la protección y regeneración del suelo.

    Desde este enfoque limitado parece necesario hacer algunas reflexiones sobre el papel específico del instrumento pro ceso instaurado recientemente por la política ambiental de la CEE y que denominamos Evaluación de Impacto Ambiental. Cada vez más, y casi sin haber tenido tiempo de experimentar el procedimiento en su escala actual de proyectos públicos y privados, se revela urgente su incorporación, con ciertas modificaciones, a aquellas escalas de decisión superiores enmarcadas en los planes, programas e incluso políticas. Y aquí es donde su entronque con la política de ordenación del territorio y específicamente con sus instrumentos, adquiere una inequívoca relevancia.

    Consecuentemente el tratamiento del ensamblaje preservación de la calidad del suelo con la evaluación del impacto ambiental, va a exigir necesariamente reflexiones que afecten en particular a:

    1. Una concepción del suelo que además de su componente de espacio natural, agrícola y forestal, se centra aquí en esa compleja dimensión de servir de soporte a las actividades humanas.

    2. La ordenación del territorio como política de carácter integral en el control de los usos del suelo.

    3. La instrumentación del análisis del impacto ambiental en aquella faceta que afecta a ese frágil recurso que es el suelo en los espacios de intensa actividad humana, como son las ciudades y su entornos regionales.

  2. EL SUELO Y SUS USOS EN EL MARCO DE LA PLANIFICACION TERRITORIAL

    La degradación del suelo se hace particularmente visible en las áreas urbanas y en sus entornos, donde cada vez más se desarrollan multitud de actividades que desbordan los límites físicos de la ciudad tradicional. La dispersión de actividades en la penumbra regional de cualquier ciudad es va una constante con consecuencias frecuentemente degradadoras de los espacios naturales y rurales de esas regiones. La periurbanización descontrolada y la «urbanización» dispersa sobre espacios valiosos naturales de los entornos urbanos han llegado a provocar cierta alarma incluso en organismos como el Consejo de Europa, y en la propia CEE.

    La Resolución de la 8.ª Conferencia Europea de Ministros de Ordenación del Territorio del Consejo de Europa trató el problema precisamente en su última reunión de octubre de 1988, en Lausana, bajo el epígrafe de «El suelo, fundamento límite de nuestro desarrollo» (Ref.). Su gran preocupación radica en que el suelo soporte de actividades se está extendiendo excesivamente a costa, claro, del suelo espacio agrícola forestal y del suelo espacio natural, por lo que insta a encontrar nuevos medios y políticas que reduzcan las presiones y conflictos que están degradando el suelo y que devuelvan a las áreas urbanas la vitalidad y riqueza que caracterizaba el uso multifuncional y polivalente de su espacio.

    Desde su defensa de la preservación de la, calidad del suelo, la CEMAT recomienda como opciones para el futuro, la consecución de una serie de objetivos:

    - Desarrollar nuevas formas de urbanización, de producción, de transporte, de recreo y de producción de energía, que persigan la utilización racional del territorio así como el mantenimiento y restauración de la multifuncionalidad del suelo. El mensaje es nítido, incorporar criterios ambientales de preservación de la calidad del suelo en las políticas sectoriales, programas y planes.

    - Revitalizar el tejido urbano existente y optimizar su utilización. Se critica pues la «monofuncionalidad residencial» implícita en La Carta de Atenas abogando ahora por la multifuncionalidad de usos en las áreas urbanas y la recuperación del corazón de la ciudad, en contraste con la creciente periurbanización que degrada los entornos de las metrópolis. Desde esta perspectiva reurbanizar la ciudad se convierte en uno de los mayores desafíos de la ordenación del territorio.

    En su intento de hacer renacer las ciudades y pueblos Iv ofrecer una verdadera alternativa a la periubanización, proponen recrear un tejido urbano diversificado incorporando actividades económicas generadoras de empleo en los propios barrios residenciales, con el objetivo de reducir los desplazamientos cotidianos. Consecuentemente se incide en que una mejor protección de los suelos en relación con las funciones residenciales pasa, visto lo precedente, por:

    - Mantener en la ciudad a la población que trabaja en ella, haciendo de la ciudad un espacio agradable para vivir.

    - Tratar de mantener las aglomeraciones en sus actuales dimensiones, junto a, una política de renovación y rehabilitación de su hábitat.

    - Luchar contra el éxodo rural.

    La filosofía que prevalece es pues la de economizar suelo y racionalizar los usos de los suelos ya comprometidos sobre todo en la industria y los servicios, recuperando lo que denomina «barbechos» industriales y reconquistando terrenos e inmuebles de servicios semiabandonados, etc.

    - Reducir, tanto como sea posible, la urbanización de las tierras aún «verdes» y su incidencia sobre la naturaleza. Este objetivo entronca con las anteriores consideraciones al priorizar la actuación en los límites urbanos tradicionales sobre la conquista de nuevos espacios en los entornos vírgenes de las urbes.

    También incide sobre las implicaciones actuales de las actividades de turismo y ocio que tienen un efecto, a menudo negativo, sobre ciertas áreas por tratarse de frágiles ecosistemas. Por ello propone un desarrollo cualitativo que se oriente más a utilizar respetuosamente las infraestructuras existentes que a multiplicar las instalaciones.

    Cuestiona la función y el emplazamiento tradicional de las infraestructuras de transporte, que deben reorientarse a facilitar la reducción considerable de los movimientos diarios y a una mejor utilización del suelo, favoreciendo los transportes públicos, reordenando las vías de comunicación y recuperando ciertas arterias para otros usos de utilización mixta en la que coexistan peatones y ciclistas junto al vehículo privado.

    - Otro de los objetivos sobre el que incide la CEMAT afecta a la reducción de los efectos negativos, sobre el suelo, generados por las actuales prácticas agrícolas y forestales, así como reacondicionar espacios naturales y seminaturales en un marco que enfatiza garantizar la conservación del medio rural en su conjunto a través de planes de ordenación rural que propicien una utilización racional y moderada del suelo.

    El documento insiste, finalmente, en que no se trata de «conservar» sino de propiciar una «gestión activa» del suelo existente lo que comporta, en el nivel local, la reutilización y reorganización de la superficie construida manteniendo en lo posible a la población en la ciudad, que debe convertirse de nuevo en un espacio habitable y no representar únicamente un lugar de trabajo.

  3. LA PROTECCION DEL SUELO EN EL MEDIO AMBIENTE URBANO

    La Resolución de la Conferencia Europea del CEMAT de 1988 acaba de tener, en junio de 1990, un significativo soporte en el seno de la Comisión de las Comunidades Europeas de Bruselas a través de la Comunicación Informe al Consejo y Parlamento que lleva por título Libro Verde sobre el Medio Ambiente Urbano (Ref.). Un refrendo muy claro de las tesis y recomendaciones de la CEMAT centrado en la es cala urbana.

    Dicho informe recoge y profundiza en la crítica a la especialización funcional de los usos del suelo (residencial, industrial, ocio, etc.) propiciada por La Carta de, Atenas, que destruye la riqueza del hábitat urbano y la propia naturaleza dinámica de las ciudades. La permisividad del planeamiento ante el vehículo privado aparece como uno de los causantes principales del deterioro el medio ambiente urbano, por lo que se recomienda favorecer la incorporación del transporte público en los planes de uso del suelo y de transporte, con el objetivo de no incrementar el tráfico urbano.

    El informe enfatiza el principio de que los Estados Miembros y las autoridades locales propicien y favorezcan que las consideraciones...

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