Las bandas juveniles

AutorSalvador Iglesias Machado
Cargo del AutorDoctor en Derecho. Profesor del Centro Asociado de la UNED en Tenerife
Páginas15-86
I 1. Introducción

El pasado día 5 de abril de 2005 se presentó en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley, sobre actuaciones para prevenir e impedir la aparición y consolidación de grupos de jóvenes violentos y organizados, cuyo resultado, de 312 votos emitidos, 311 fueron a favor y uno en contra, con lo que se inicia, ya formalmente, la elaboración de un Plan integral contra la violencia juvenil.

En los últimos tiempos, han aparecido en España multitud de noticias y referencias a la posible constitución de pandillas o bandas juveniles, que en sus actuaciones han ido dejando un reguero de acciones violentas desde las amenazas hasta presuntos homicidios, que mantienen a la ciudadanía y sus gobernantes en vilo.

El 28 de octubre de 2003, a las 17.45 horas, cuando la calle se llenaba de grupos de alumnos a la salida de las clases, murió apuñalado un joven de origen colombiano, Rony Tapias, a las puertas del instituto San José de Calasanz de Barcelona, en el barrio de Camp de l´Arpa, donde estudiaba. Le acompañaba un amigo brasileño que resultó herido leve.

Parece ser que sus asesinos, pertenecientes a los Ñetas, lo confundieron con un componente de otra banda rival, los Latin Kings. El padre de la víctima, un afamado mecánico de bicicletas de ciclistas profesionales, declaró en televisión que su hijo era un buen estudiante, amante de su casa y de los deportes y que su sueño era ser abogado para defender las causas de los inmigrantes.Page 16

Al día siguiente, los padres de alumnos, profesores y compañeros del instituto, se concentraron frente al centro de enseñanza y un portavoz leyó un comunicado en el que se consideraba el suceso como "fruto de una violencia generalizada en Barcelona, ajena a los centros de enseñanza" y en el que se instaba a los poderes públicos a "analizar los motivos profundos de esta violencia y a aplicar políticas sociales valientes para erradicarla".

Algunos de sus compañeros coincidían en asegurar que Rony era un buen chico, muy pacífico, que no pertenecía a ninguna banda e incluso algunos se aventuraron a señalar a los posibles autores entre las bandas Latin Kings o Los Nietas. "Los mismos chicos que últimamente se dedican a robar a los alumnos del colegio y les obligan a entregarles sus bambas o sus chaquetas". Otros alumnos denunciaron que la banda de Las Nietas se solía reunir en una discoteca próxima y llevaban armas "navajas, cadenas y hasta bates de béisbol".

Las autoridades, en un principio, se resistieron a reconocer la autoría en esas bandas para reducir la alarma social. Cuando tras las primeras averiguaciones se comprobó que los autores eran miembros de la banda Las Nietas, se llevaron a cabo diversas reuniones en el Ayuntamiento de Barcelona, que destinó a un grupo de especialistas de la Guardia Urbana para seguir de cerca los movimientos del grupo y su evolución.

Desde la Policía Catalana (Mozos de Escuadra), un portavoz afirmó que "Los Latin Kings", la banda que parece más organizada y numerosa, "están a un paso de convertirse en un grave problema para todos. Como no los frenemos a tiempo, en cuatro días llevarán pistolas y pueden hacer mucho daño".

Si bien estos hechos fueron el detonante, ya hacia tiempo que los diversos cuerpos de seguridad recibían quejas de los vecinos de las grandes ciudades, alertando sobre el tema.

Poco después se produjo otro terrible episodio con resultado mortal, fue con ocasión de una ceremonia de iniciación de un Latin King en la ciudad de Rubí, cercana a Barcelona. El pandillero asesinó a pu-Page 17ñaladas a un muchacho de nacionalidad marroquí, Alí El Maddahi. Las ceremonias de iniciación suelen consistir en recibir una paliza a patadas por parte de los componentes de la banda en la que se pretende integrar, o cometer un delito, que en sus países de origen puede consistir en un asesinato. Hasta ahora no se conoce en España ningún caso de estos últimos.

El día 2 de mayo de 2005, en la calle Villafuente del barrio madrileño de Villaverde con 150.000 habitantes, de los que el 15% son extranjeros, murió apuñalado Manu, de 17 años, que cayó muerto tras una pelea con otro joven dominicano. La víctima era diestro en Kick-boxing, pero su adversario sacó una navaja de 11 cms. En esta ocasión, al contrario que en Barcelona, la gente del barrio, especialmente los jóvenes, se echó a la calle en protesta por la inseguridad que generan las bandas de jóvenes extranjeros con gritos de "Fuera los negros", "No queremos que nos invadan", "Venganza".

Pegaron e insultaron a todo inmigrante que se encontraban en su camino, destrozaron mobiliario urbano, escaparates y prometieron vengarse. Los padres fueron más bien espectadores de la violencia de sus hijos, pero la justificaban, su queja se concretaba en que sus hijos ya no podían bajar a la calle, no podían ir al parque porque las bandas de inmigrantes se habían hecho dueñas del espacio y, frecuentemente, volvían con heridas producidas en refriegas con esos grupos.

La madre del dominicano detenido presunto autor del crimen, de 19 años, afirmó que él no pudo hacerlo. Es el mayor de diez hermanos, la madre, que hace seis años reside en Madrid, se dedica a la limpieza de casas, no puede controlar a sus hijos que merodean ociosos por las calles del barrio.

En Granada, el presidente de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía, Antonio Viruez, ha expresado su preocupación, en las recientemente celebradas jornadas de "La Estrategia Andaluza de Educación Ambiental en el Escenario del Movimiento Vecinal", por "el fenómeno que preocupa y que también aparece en Granada, el de las bandas de jóvenes que se manifiestan de forma violenta y de las que el Defensor del Pueblo Andaluz ya alertó el pasadoPage 18 años". Pidió a los poderes públicos que "frene las palizas y acciones delictivas que comete este tipo de bandas", para lo que solicitó que se aumentaran las plantillas policiales. Criticó la Ley del Menor.

En Sevilla proliferan bandas a las que se llama "canis", que se dedican a robar prendas de marcas de prestigio, que llevan otros jóvenes y que provocan peleas. Según Crónica, del suplemento de El Mundo del 8 de mayo de 2005, en la pasada Feria de Abril hubo 75 peleas provocadas por estos grupos.

En Valencia, a principio de 1995, en el Instituto Ramón Llull, se produjo una reyerta en uno de los recreos de grandes proporciones, en la que participaron bandas de jóvenes rusos, españoles y chinos. Incluso llegó a utilizarse una katana con la que algunos resultaron heridos.

Los cuerpos policiales prefieren no dar carta de naturaleza a las bandas juveniles como grupos organizados delictivos, optan por referirse a ellos como grupos de jóvenes de los que algunos acaban por cometer actos delictivos. Consideran que en España ni el ambiente ni las circunstancias político-sociales son favorables para el mantenimiento activo de este tipo de bandas y que la mayoría de ellos no son delincuentes ni pretenden serlo, que llega un momento en que conseguirán un trabajo, formarán una familia y se apartarán del grupo.

En la Memoria de la Fiscalía General del Estado sobre la actividad delictiva, dada a conocer el 14 de septiembre de 2004 por su titular, Cándido Conde-Pumpido, uno de los aspectos que resaltó como más negativos fue el referente al incremento de delitos contra la vida cometidos por menores (179 el año 2004, el 61% de incremento respecto al 2002). El Fiscal General del Estado hizo hincapié en este problema, dijo que estos jóvenes organizados en grupos, atemorizan y violentan a otros menores con prácticas "cuasimafiosas". Efectivamente, bandas juveniles agresivas se han instalado preferentemente en Madrid y Barcelona bajo la disciplina de los "Latin Kings" o los "Ñetas", que, nutridas fundamentalmente por menores latinoamericanos, han dado carta de naturaleza en España a este tipo delincuencial al que estábamos ajenos. "La novedosa presencia constituye -según el Fis-Page 19cal- una fuente permanente de preocupación para las autoridades judiciales y policiales".

I 2. Un fenómeno incipiente aún

La policía calcula que existen hoy en España unos 2000 jóvenes integrados en las bandas callejeras con edades comprendidas entre los trece y veintitrés años, siendo la mayoría de ellos sudamericanos. Sólo en Madrid se conocen 40 bandas con unos 600 componentes y en el área metropolitana de Barcelona se calcula que existen unos 400. En declaraciones de un subinspector de los Mozos de Escuadra recogidas por Nuevo Orden se señala1: "Es un fenómeno urbano y produce efectos de mimetismo. La situación de marginalidad y la falta de oportunidades que puedan vivir algunos jóvenes. Se desarrollan y desaparecen según las expectativas de futuro de los chicos". El mando policial señala un rasgo común en todos los grupos: "Las familias están desestructuradas y proceden de la inmigración. Que una familia esté desestructurada puede deberse a que parte de sus integrantes sigan en su país de origen. A que los padres no puedan hacerse cargo de sus hijos, a que estén separados o divorciados, o que algún miembro de la familia reciba malos tratos. El ambiente, tanto social como económico, les resulta hostil". Afirma que entre este tipo de grupos juveniles se acentúa "la admiración por la valentía, la defensa a muerte del compañero, un supuesto compromiso de por vida...Todos ellos son elementos épicos". La opinión de este directivo policial es que "Hay que estar alerta pero no alarmados".

En Madrid, según Nuevo Orden2, el ámbito de actuación de estos grupos se circunscribe a la capital en los distritos del sur y...

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