Avila Navarro, Pedro: La Sociedad Anónima.Editorial Bosch. Barcelona, 1997. 5 tomos con un total de 2.417 páginas.

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas1777-1779

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    AVILA NAVARRO, PEDRO: La Sociedad Anónima. Editorial Bosch. Barcelona, 1997. 5 tomos con un total de 2.417 páginas.

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Cuando los socios se limitan a aportar a la sociedad un capital, sin comprometer ni su actividad, ni su crédito, ni su patrimonio, tenemos una sociedad anónima. Por eso se ha dicho que esta modalidad societaria es un capital elevado a persona jurídica, sin que sea posible hallar un dato más personal. La insolidaridad de los socios con el negocio y aún la posibilidad de que sean rigurosamente desconocidos, al darse las acciones al portador, justifican la denominación de esta forma social. Es, pura y simplemente, una sociedad anónima.

Con estos acertados trazos definitonos inicia este monumental libro su autor, Pedro Avila Navarro, Registrador de la Propiedad de Barcelona y Notario en excedencia, que, tanto desde su actuación profesional como en las clases que imparte en la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de Abogados de la capital de Cataluña, está realizando una destacada y encomiable labor de enseñar y plasmar por escrito lo que sabe, facilitándose la consulta.

Hace poco comentábamos su estimable estudio sobre el Registro Mercantil y acabamos de resumir otro libro sobre la sociedad de responsabilidad limitada, lo que muestra que la labor últimamente desarrollada por Pedro Avila es realmente abrumadora y nos hace preguntarnos cómo podrá sacar tiempo para escribir tanto y tan bien

Vamos ahora con la recensión de este libro, que ha de ser de forzosa síntesis, ya que no resulta nada fácil resumir la doctrina contenida nada menos que en cinco tomos con casi las 2.500 páginas.

En el tomo I se estudia la constitución de la sociedad, con los obligados estatutos, las aportaciones que hacen los socios y las acciones que reciben a cambio. Caracteriza a esta sociedad el autor diciendo que es digna de las mayores alabanzas y de las más duras críticas, pues ha sido indudablemente un gran elemento de progreso al acometer empresas para las que serían incapaces el empresario individual y otras formas sociales por su necesaria limitación de medios; por el contrario, los frecuentes engaños, estipulaciones y fraudes que a veces concurren en su entorno han dado lugar al descrédito del anonimato y a pensar que constituye un privilegio odioso que se limite la responsabilidad de quienes sólo buscan una ganancia ilimitada.

Tras reseñar sus antecedentes y los caracteres de la legislación vigente, pasa al concepto legal y la diferenciación entre anónimas y limitadas, resaltando que en éstas hay menos limitaciones y requisitos, lo que ha hecho que en la actualidad predominen las limitadas en la práctica; no obstante, la ley exige la forma de anónimas en algunas de ellas, que se relacionan. La configuración legal de estas sociedades se completa...

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