Las aventuras de Barry Wildebeest, el detective retrofuturista: El triste swing de Amanda

AutorJorge Ramiro Pírez Suárez
Páginas45-47
Las a ve nt ur as d e Barr y Wi ldebeest,
el de te ct iv e retrofuturista:
El triste swing de Amanda
Hace mucho tiempo conocí en Post-New York a una hermosa
y misteriosa mujer llamada Amanda Manderlay. Amanda tenía una
voz dulce que caía sobre mis oídos como chocolate fundido cuando
me susurraba al oído zalameras promesas de amor. Todos dicen que
Barry Wildebeest nunca ha amado, pero se equivocan, he amado
tanto que hoy en día me queda muy poco por sentir.
Amanda era una mujer atractiva, de sonrisa triste, ojos azules
que ocultaban un océano de sufrimiento y cabellos dorados que
brillaban con la indómita fuerza de un sol. Pero Amanda llevaba
maquillaje para ocultar las heridas de su rostro, las de su alma que-
daban reflejadas en su mirada.
Amanda Manderlay tenía veinte años cuando la conocí. Una
noche en el Kitty Club donde ella bailaba bajo el pseudónimo de
Mandy Sun. Yo pasaba las noches en el club, bebiendo alguna que
otra copa, mientras trataba de resolver algún que otro caso. Como
por ejemplo, el del multi-millonario Augustus Manderlay, dueño de
una gran empresa multinacional de Inteligencia Artificial y futuro
marido de Amanda.
Augustus pensaba que su primera mujer, Maria Lee, le engaña-
ba con otros hombres y me contrató para investiga; la realidad era
algo mucho más siniestra, pero esa es otra historia. Una noche, el
maestro de ceremonias anunció la llegada de una nueva cabaretera
a la que presentó como Mandy Sun. Después de su actuación, me
acerqué a ella y le dije que hacía mucho tiempo que no me dolía el
corazón de ver a una mujer bailar. Nos sentamos en una de las me-

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