Influencia de los avatares en la gestación de las profesiones en la asunción de responsabilidades

AutorLuis Javier Cuenca López
Páginas57-81
57
CAPÍTULO II.
INFLUENCIA DE LOS AVATARES EN LA GESTACIÓN
DE LAS PROFESIONES EN LA ASUNCIÓN DE
RESPONSABILIDADES
I. LOS FACULTATIVOS TÉCNICOS FRENTE A SUS
RESPONSABILIDADES PROFESIONALES
1. Ya expresamos con anterioridad nuestra opinión sobre que la gestación de
las distintas profesiones técnicas tituladas y su desarrollo histórico tienen
una in uencia determinante en la atribución actual de responsabilidades a
sus profesionales ejercientes.
Para comenzar creemos que debemos definir las profesiones a que nos vamos
a referir y sus características más significativas, ya que es relevante para el estudio
de las responsabilidades que deberán asumir los técnicos por razón de su ejercicio
profesional.
Desde este mismo instante podemos afirmar que somos de la opinión de que las
responsabilidades que cada técnico tiene que asumir son, o deben ser, una función
directa de sus competencias y, más propiamente, de sus atribuciones profesiona-
les. Lo contrario se encuentra en desacuerdo con el sentido común y, en muchas
ocasiones, no es otra cosa que una simple injusticia, aunque de la Ley parezca
extraerse lo contrario. En nuestra opinión las profesiones técnicas tituladas a las
que nos estamos refiriendo –fundamentalmente la Arquitectura, la Arquitectura
Técnica y las diversas Ingenierías–, aunque nacieron, en su configuración reciente,
como consecuencia de las crecientes necesidades de la Administración Pública, en
paralelo con una serie de Cuerpos Funcionariales que fueron creándose a partir del
siglo XVIII36, existían desde hacía siglos y se habían constituido como profesiones
liberales.
El ejercicio liberal de la profesión de Aparejador, como el de otras profesio-
nes técnicas tituladas, fue tradicionalmente el más significativo, aunque, con el
transcurrir del tiempo, el aumento de la complejidad técnica y jurídica y otras
circunstancias devenidas, han dado lugar a la mercantilización de las profesiones
liberales y, en consecuencia, a otras formas más o menos novedosas de ejercicio
profesional.
36 Vid. MUÑOZ MACHADO, S.; PAREJO PAREJO, L; y RUILOBA SANTANA, E.: La libertad de ejercicio
de la profesión y el problema de las atribuciones de los técnicos titulados. Madrid - 1983. Ed. IEAL. Cap. II. 1; págs.
37 y ss.
Luis Javier Cuenca López
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El concepto de profesión liberal, a pesar de que todos creamos conocerlo
perfectamente, presenta algunas dificultades para elaborar una definición unívoca
y precisa37.
CAZORLA GONZÁLEZ-SERRANO38 nos propone un método para su defini-
ción que estimamos muy acertado: en primer lugar, definir el término profesión y,
a continuación, ver las propiedades que le aporta el término liberal, y que vamos
a extractar diciendo:
“Podemos entender por profesión: Todo trabajo humano con fines productivos, de
naturaleza intelectual, que constituye el objeto de la misma, que se ejerce con autonomía
de su prestación.
En cuanto al término liberal: A la anterior de nición provisional le añade la característica
de la «inestimabilidad» de la prestación, o lo que es lo mismo, el elemento desinteresado que
subyace en la actuación del profesional liberal. La actuación del profesional liberal no se
guía por la obtención de una ganancia económica, sino que su sabiduría se destina a resolver
problemas humanos de forma desinteresada. Por eso una nota característica de las profesiones
liberales es la de no estar sujetas a un salario, sino a unos honorarios (ad honorem).
Una segunda característica que introduce el término liberal al de profesión, es la libertad
con su triple manifestación de libertad de organización, independencia o autonomía en la
prestación del servicio profesional y la responsabilidad derivada de la actuación autónoma
y libre del profesional sobre la base del «intuito personae»39”.
Con todo lo anterior, podríamos definir la profesión liberal como: «Todo trabajo
humano, con fines productivos, de naturaleza intelectual que constituye su objeto, que se ejerce
con autonomía de su prestación, teniendo la característica de la inestimabilidad, cuya presta-
ción se realiza con libertad organizativa, libertad de criterio y sometida a la responsabilidad
del profesional sobre la base del intuito pesonae».
De la anterior definición debemos destacar que la profesión liberal se contra-
pone al oficio (manual generalmente) y por ello, algunas de sus características
enunciadas requieren una más completa explicación:
La inestimabilidad, es decir, ese elemento diferenciador mediante el cual se en-
tiende que el fin de la actividad profesional no es el carácter lucrativo de la misma,
pertenece a la concepción clásica de profesión liberal y, en efecto, el fin esencial
del ejercicio de las profesiones liberales siempre ha sido el resolver problemas de
los seres humanos, poniendo todo el conocimiento del profesional al servicio de
la solución de los problemas de su cliente, sin perjuicio de que, después, como ser
humano que debe subsistir, pueda percibir unos honorarios justos, como respuesta
a su sabiduría y conocimientos (competencias) puestos al servicio de la solución del
problema de su cliente.
37 Nos reconocemos poco proclives a la práctica de la «interpretatio», como suele gustar a las personas
formadas dentro del ámbito jurídico-cientí co.
38 Vid. CAZORLA GONZÁLEZ-SERRANO, L.: El régimen de responsabilidades de las sociedades profesionales.
Navarra 2010. Ed. Aranzadi, S. A. (Thomson Reuters), primera edición. Ciur Menor (Navarra), págs. 26 y ss.
39 Se puede entender como: “en consideración a la persona”.- Caracteriza a aquellos contratos en los que
la personalidad del profesional es un elemento esencial debido a sus cualidades, conocimientos particulares
y a la naturaleza del servicio que se contrata.

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