Atrapados en el tiempo. Notas introductorias sobre temporalidad y precariedad del empleo en España

AutorFernando Rocha Sánchez
Cargo del AutorSociólogo. Director de Estudios de Empleo, Relaciones Laborales y Economía Social de la Fundación 1º de Mayo
Páginas21-34

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Introducción

El debate sobre la temporalidad del empleo en España ha cobrado un renovado vigor en el contexto de la “Gran Recesión” de 2008. La razón es que, desde diferentes sectores académicos, políticos y empresariales, se ha identificado este fenómeno como uno de los principales factores determinantes de la mayor sensibilidad del desempleo ante el cambio en el ciclo económico ?particularmente intensa entre determinados colectivos como las personas jóvenes? y por tanto de la “insostenibilidad del modelo laboral español”1.

La controversia sobre esta temática dista mucho de ser novedosa sin embargo, y de hecho tiene un largo recorrido que se remonta hasta los años setenta del pasado siglo (Toharia, 2005). De ahí que, ante la enésima e interesada reactivación de esta polémica ?y la reiteración de argumentos y posiciones? sea inevitable sentir una cierta sensación de déjà vu, similar a la experimentada por el protagonista de la película “El día de la marmota2.

Asumiendo en todo caso el reto planteado en esta obra conjunta, el contenido del presente texto se estructura en una doble dimensión. La primera parte, más convencional, realiza una breve caracterización de los perfiles de la temporalidad del empleo en España a inicios de 20133. La segunda parte busca aportar algunos elementos de reflexión

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que permitan enriquecer un debate habitualmente constreñido a unos parámetros excesivamente trillados y escasamente fructíferos, tanto en términos teóricos como de intervención política.

1. Los perfiles de la temporalidad del empleo en España

El volumen total de empleo asalariado con contrato temporal en España en el primer trimestre de 2013 se situó en torno a las tres millones de personas, lo que supone una tasa de temporalidad del 22,1% (tabla 1).

Tabla 1. Personas asalariadas por tipo de contrato en España, según sexo. 2013 (miles)

Tipo de contrato Ambos sexos Hombres Mujeres
Indefinido
Permanente a lo largo del tiempo
Discontinuo
10.601,9 5.547,9 5.054,0
10.346,2 5.473, 4.873,0
255,7 74,7 181,0
Temporal
Para obra o servicio determinado
Eventual por circunstancias de la producción
Cubre la ausencia total o parcial de otro trabajador
No sabe
Estacional o de temporada
Verbal, no incluido en las opciones anteriores
De aprendizaje, de formación o práctica
Otro tipo
En periodo de prueba
3.010,8 1.467,9 1.542,9
571,9 276,5 295,
121,8 61,5 60,3
236,6 130,5 106,1
28,2 17,8 10,4
323,0 100,5 222,5
1.163,0 654,0 509,0
188,6 55,8 132,8
105,3 37,9 67,4
272,3 133,4 138,9
Total
Tasa de temporalidad %
13.612,7 7.015,8 6.596,9
22,1 20,9 23,4

Fuente: EPA (primer trimestre de 2013).

Esta fotografía fija permite resaltar dos aspectos generales. El primero y más relevante lo constituye el nivel de la tasa de temporalidad, con un descenso de ocho puntos porcentuales respecto del inicio de la crisis, y situándose de hecho en un valor similar al registrado en 1988.

La notable caída de la temporalidad del empleo producida en esta etapa se explica en gran medida por el ajuste sectorial de la crisis. Concretamente, por el fuerte impacto sufrido en algunos sectores como la Construcción y el Comercio que presentan unas características comunes

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?demanda inestable y estacional, atomización empresarial, peso significativo de puestos de trabajo de baja cualificación, altas tasas de temporalidad del empleo? que motiva que la adaptación de las empresas ante el cambio en el ciclo económico se haya realizado fundamentalmente vía ajuste automático y masivo del empleo (Rocha y Aragón, 2012)4.

El segundo aspecto es que la tasa de temporalidad del empleo sigue siendo significativamente elevada en comparación a la de otros países del entorno europeo. Así, a finales de 2012 España registraba la segunda posición más alta en el ranking de temporalidad del empleo de la Unión Europea ?tan sólo superada por Polonia? con un valor nueve puntos superior a la media comunitaria5. Ello pone de manifiesto que la persistencia de un elevado volumen de temporalidad del empleo continúa siendo, a pesar del significativo retroceso registrado desde el inicio de la presente crisis, un problema estructural del mercado de trabajo en España.

A partir de este diagnóstico, cabe resaltar que la temporalidad del empleo en España ?dentro de su elevado nivel general? tiene una incidencia desigual en función de las características personales de los trabajadores.

El análisis empírico permite destacar cuatro factores principales de discriminación de la contratación temporal6: (a) la edad, existiendo una relación inversa entre el porcentaje de asalariados temporales y la edad, que además es persistente en el tiempo. Ello determina que los jóvenes menores de 30 años sea el colectivo más afectado, con una tasa de temporalidad del 47% (y del 82% en el caso de los jóvenes de 16 a 19 años) (b) el sexo, alcanzando las mujeres una tasa de temporalidad 2,5 puntos superior a la de los varones; (c) la nacionalidad, registrando los trabajadores extranjeros una tasa de temporalidad (36%) significativamente superior a la media, que es especialmente elevada en el caso de los procedentes de países no comunitarios; y (d) la formación, constatándose una mayor incidencia de la temporalidad entre los trabajadores con niveles más bajos (con un valor del 27% entre los trabajadores

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con Educación primaria, y del 26% entre los que tienen Primera etapa de secundaria).

La temporalidad del empleo presenta asimismo una incidencia diferente en relación a las características de los puestos de trabajo. Así, un rasgo claramente definitorio de este fenómeno en España es su elevada concentración sectorial, destacando seis ramas de actividad con una tasa de temporalidad superior a la media: Agricultura, ganadería y pesca (56%); Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (34,5%); Construcción (33,8%); Hostelería (33%); Hogares (29,8%); Actividades sanitarias y de servicios sociales (25,2%); y Educación (23,4%).

Otro aspecto es la mayor incidencia registrada entre las ocupaciones con requerimientos más bajos de cualificación y/o con una fuerte presencia en sectores con altos niveles de temporalidad, tales como: Peones (50,6%); Trabajadores cualificados de la construcción (37%); y Trabajadores no cualificados de servicios (28,4%).

Un tercer elemento es la duración de los contratos temporales, destacando el hecho de que un 33% de los trabajadores asalariados temporales tienen contratos con menos de 6 meses de duración. Un hecho que apunta a que el mercado de trabajo presenta no sólo una elevada tasa de temporalidad, sino asimismo un alto índice de rotación de los contratos.

En conexión con este punto, es importante remarcar por último que en la última década se ha registrado asimismo una significativa reducción de la duración de los contratos indefinidos. Los resultados de un estudio sobre esta temática ponen de relieve que la nueva contratación indefinida celebrada entre 2006 y 2011 ha registrado un importante volumen de inestabilidad, especialmente debida a despidos (Cebrián y Moreno, 2012)7Este fenómeno se explicaría fundamentalmente porque dicha contratación fue a parar a puestos de trabajo más inestables en sectores altamente procíclicos y de baja productividad (como la construcción y servicios tradicionales como el comercio y la hostelería). El corolario de ello es que el concepto de temporalidad y/o inestabilidad no tiene que ver únicamente con el tipo de relación contractual, sino con lo que se denomina temporalidad empírica: la duración efectiva de la relación contractual, con independencia del tipo de contrato que se tenga (indefinido o temporal).

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2. Más allá de la temporalidad: el reto de la precariedad laboral

El discurso neoliberal sobre la crisis en España enfatiza que la mayor intensidad de la misma en relación al contexto europeo ?en términos de destrucción de empleo? se explica fundamentalmente por la exce-siva rigidez de las instituciones laborales, que habría impedido a muchas empresas hacer frente al cambio de ciclo con medidas distintas al ajuste del empleo.

Las críticas a las rigideces del marco laboral español no son precisamente originales, al contrario, vienen reiterándose sistemáticamente desde hace décadas. Pero resulta interesante destacar el progresivo desplazamiento de la atención a una cuestión que es actualmente considerada desde diversos sectores como el principal problema estructural del mercado de trabajo español: la dualidad entre los trabajadores con contratos indefinidos (insiders) que gozarían de una mayor protección y derechos ?incluida la tutela sindical? y los trabajadores con contratos...

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