La arquitectura no es cuestión de género

AutorÁngela Bersabé De la Rosa - Mª. Dolores Mora Bueno
Cargo del AutorArquitecta, Diseñadora, Asesora de Marketing Inmobiliario, Futura profesora - Ingeniera de la Edificación, Piloto de drones, Especialista en virtualización y restauración virtual. Diseñadora 3D
Páginas443-466
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LA ARQUITECTURA NO ES CUESTIÓN DE GÉNERO.
Ángela Bersabé De la Rosa97.
Mª. Dolores Mora Bueno98.
“Para la mayor parte de la historia,
“Anónimo” era una mujer”.
Virginia Woolf
1. RESUMEN
En este trabajo, se tratan varios temas subyacentes de la figura de la mujer en la arquitectura tomando
como punto de partida la invisibilidad de su propia figura. Se profundizará en las consecuencias que ha
desencadenado la invisibilidad cuestionando la universalidad de la historia hasta nuestra actualidad ya
que se asienta sobre un conocimiento del pasado que omite parte del mismo y que acarrea carencias hasta
nuestros días. Así pues, se hará un análisis de la trayectoria de la mujer en la Arquitectura a nivel
nacional e internacional para mostrar parte de esa historia olvidada, exponer los factores que alimenta n
la desigualdad existente y heredada y se explicará la necesidad de la profesión de abrazar esa parte
omitida para poder seguir encauzándose hacia un óptimo futuro de inclusión.
Además, se realiza una exposición de dos experiencias personales en este ámbito para daros a conocer
vivencias reales y que podáis entender también como se vive la profesión siendo mujer.
Esta exhibición de historia, ideas, reflexiones y experiencias es a su vez un reclamo de r econocimiento y
autoría para las muchas personas a las que se les negaron, para las que fueron anónimo, nombre de
hombre, o se les robó su autoría.
2. INTRODUCCIÓN
La arquitectura es un ámbito que abarca la totalidad de nuestra existencia. La vida se vincula a un hogar,
a una casa, a un lugar construido al igual que un trabajo se da en una oficina, un edificio, otro lugar
construido…Así las mujeres han tenido que ir acondicionando los lugares para tener un hueco fuera del
hogar ya que a través de la domesticidad se intentó reprimir la evolución de la mujer en el mundo laboral.
97 Arquitecta, Diseñadora, Asesora de Marketing Inmobiliario, Futura profesora.
98 Ingeniera de la Edificación, Piloto de drones, Especialista en virtualización y restauración virtual. Diseñadora 3D
Ana Bersabé de la Rosa Dolores Mora Bueno
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Desde el pasado se puso en circulación una concepción de lo doméstico que oculta valores reaccionarios
como seguridad o dominación patriarcal, construcciones culturales que se van desestabilizando cada vez
más con el empoderamiento que hoy en día va consiguiendo el género femenino.
A través de esta manipulación se acondicionó desde el interior del ser femenino haciéndole creer que era
menos legítimo hasta el interior de la vivienda donde habitaba de tal manera que la mujer no tuviera o
sintiera la necesidad de salir fuera de casa. Y si se daba el caso que saliera para trabajar se encontraba
con espacios que no estaban dispuestos para desarrollar sus labores en igual de condiciones que los
hombres. Esos espacios eran pensados únicamente por hombres y para ellos mismos así se contribuía a
encajar el lugar de la mujer en la vivienda y no fuera de ésta.
Haciendo un repaso en la historia de la Arquitectura y de la historia en general, vemos que el carácter
universal que nos quieren transmitir es inválido ya que las actuaciones femeninas apenas han sido
recopiladas y también forman parte de la historia. Este reclamo histórico debe entenderse desde la
complejidad del sistema en el que el problema está inscrito. No podemos re escribir la totalidad de la
historia hasta el presente, pero a partir de ahora sí que deberíamos basar los nuevos planteamientos
teniendo en cuenta la existencia de distintas realidades, creando un discurso donde sí exista la mujer y
poco a poco ir corrigiendo algunos datos, siendo conscientes y poniendo en valor el reconocimiento de las
algunas personas olvidadas, de algunas mujeres olvidadas.
A través de la historia de la Arquitectura, podemos ver como se perpetuaron algunas valoraciones
patriarcales que van más allá de las diferencias de clase, raza, género, que decretan que la mujer es
inferior, sometiendo y rebajando al género femenino a un lugar inexistente o de marginalidad.
Esta trayectoria ascendente ha tenido muchos momentos de estancamiento, momentos dignos de
reflexionar. Ya lo decía Bader Ginsburg en el drama On The Basis Of Sex, “
Cuando estudiaba derecho no
había baños de mujeres. Me sorprende que nunca nos hayamos quejado”
(Leder, 2019). En estas palabras
vemos lo naturalizado que estaba que la mujer no tuviera acondicionado un lugar fuera del hogar donde
pudiera cultivarse en estudios superiores o desarrollar trabajos de mayor valía intelectual, pequeños
detalles en la distribución de los espacios que denotan la represión de un colectivo desfavorecido, el género
femenino.
La invisibilidad de la mujer en la arquitectura se extrapolaba a todos los niveles de su existencia ya que
si estaba afectada como usuaria a un lugar de marginalidad como profesional ni parecía existir.
Favorablemente hemos evolucionado hasta hoy día dónde la aplicación del feminismo más palpable dentro
de este sector se ha exteriorizado en el urbanismo de género.
El progreso ha desembocado no solo en el re pensamiento de los espacios interiores sino también en las
propias ciudades desde la perspectiva de todo tipo de personas vulnerables o con otras necesidades. Este
avance ha sido distendido, ya que se ha desarrollado en un sistema atrofiado, estancado, para nada

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