La armonización de impuestos en una Europa libre

AutorJuan Antonio Martínez Muñoz
CargoUniversidad Complutense de Madrid
Páginas29-47

Page 29

I Introducción

La idea de que inexorablemente hay que pagar los tributos está tan fuertemente asumida por la población de muchos países, desde luego en casi todos los del mundo occidental, que es vista como un hecho natural; la consecuencia más significativa es que los gobiernos apenas tienen que hacer esfuerzo recaudatorio. Parece incluso mentira que en el pasado el pagar impuestos haya supuesto algo tan gravoso para la gente.

En los últimos años se ha ido consolidando la eficacia del sistema tributario por la incorporación de medios informáticos y por el empleo de nuevas habilidades de control social. En efecto, no sólo se han perfilado los dispositivos técnicos que permiten recaudar con precisión, sino, sobre todo, los persuasivos mecanismos propagandísticos, hasta tal punto que conducen a una automática y mecánica aceptación de los dictámenes de los expertos en la materia y de los tributos que de ellos se derivan. Todo ello ha hecho que el pago de impuestos se vea como una expresión de libertad democrática pese a su carácter impositivo que no admite objeción de conciencia ni desobediencia civil, y cuyo incumplimiento está severamente castigado. En cierto modo el actual estado fiscal es resultado de un proceso de siglos; básicamente se ha consolidado en los últimos 500 años con un constante refinamiento de los procedimientos fiscales paralelo al incremento de la presión fiscal y a la implantación de un determinado sistema metapolítico. Pese a la evidente resignación con que se acepta, probablemente motivada por la idea de que muy poco o nada se puede hacer contra una maquinaria depredadora tan poderosa y represiva, ello no evita que se haga una denuncia constante, por los mismos gobiernos que recaudan tan eficazmente, de la evasión fiscal. Lo curioso es que no sabemos si realmente es cierta dicha evasión, sea como una razonable escapatoria ante un asfixiante sistema extorsionador o como mero fraude al sistema de solidaridad, y tampoco si se trata tan sólo de un mecanismo más de presión psicológica sobre el contribuyente; Page 30 de la misma manera que desconocemos si todo el mundo paga los impuestos por igual o determinados individuos especiales tienen algún tipo de «privilegios» tributarios, como llevan a suponer ciertos indicios; impide que lo sepamos la densa opacidad del sistema recaudatorio.

No obstante, la actual situación no es del todo satisfactoria. La generalización del tributo (característica del socialismo) oculta la referencia al precio (característica del capitalismo) los efectos más perniciosos de este tipo de ocultación se evidenciaron en la Unión Soviética, pero ahora es algo que la máscara ideológica que se propaga con esos mismos impuestos impide ver. La fuerte convergencia de los sistemas tributarios de los países occidentales oculta sus diferencias con respecto a otros países del mundo, y puede ser usada como mecanismo de protección de minorías que disfrutan el bienestar que proporciona la recaudación forzosa que pagan los débiles. También esconde, en muchas ocasiones, un fuerte desequilibrio entre regiones de un mismo país, que a veces se denuncia sin que sirva para nada. Ante todo supone una balanza fiscal que produce resultados desfavorables para determinados grupos sociales en función de una determinada orientación ideológica de los manipuladores del sistema. La posibilidad que todo el sistema recaudatorio esté al servicio de determinados grupos «mafiosos» que instrumentalizan el estado en beneficio de sus propios intereses, de un confuso entramado ideológico económico, no se disipa nunca. Solventar estas dificultades es lo que me lleva a plantear una propuesta «alternativa».

La propuesta de sistema tributario que formulo se refiere a la Unión Europea debido a que reúne condiciones para una propuesta fiscal innovadora: por una parte es un espacio social relativamente homogéneo en el que, a pesar de esa homogeneidad, hay importantes diferencias culturales y, de otra parte y pese a su larga historia, se encuentra en un proceso de configuración política no cerrado o concluido del todo. El reciente fracaso del proyecto de constitución debería abrir las puertas a una perspectiva más innovadora que aquél «iluminado» intento del pasado de modo que esté más en sintonía con la verdadera naturaleza de Europa que se pone de manifiesto en su historia.

Voy ha exponer la propuesta tributaria brevemente, mostrando con ello su simplicidad; también para evidenciar que constituye por ello una alternativa al enmarañado sistema tributario vigente caracterizado Page 31 por una enorme complejidad, no en vano su correcto aprovechamiento exige estudios de postgrado y máster especializados, algo que no está al alcance de la mayoría amplia de la población europea.

Creo que debo pedir disculpas por hacer una propuesta tan pretenciosa, máxime teniendo en cuenta mis modestos conocimientos de los complejos sistemas fiscales democráticos de la Unión Europea, cuyo funcionamiento está operado por una burocracia tan amplia y tan especializada como bien retribuida, considero que es la más coherente con mi propuesta de estatutos personales y con el modo correlativo de entender la libertad social implicado en los mismos.

II Presupuestos Teóricos

Se trata de una propuesta tributaria referida a la Unión Europea, espacio donde hay una gran complejidad cultural junto con una cierta homogeneidad política, si bien podría extenderse con facilidad y adquirir una proyección más amplia, podría abarcar a todo Occidente, incluyendo, además de Europa, ambas partes de América, tanto la del Norte como la del Sur. La propongo para Europa porque constituye un espacio geográfico y cultural en el que hay una amplia multiplicidad de organizaciones políticas con sus diferentes perspectivas acerca de los tributos y que, a la par, hace que se mantenga la lucha de las regiones y los Estados por el monopolio tributario. Es también un escenario en el que hay una fuerte estatalización de la economía y de la vida social, pero en el que todavía queda un resto del viejo sentido europeo de la libertad que se manifiesta en la libertad de empresa, la propiedad y la familia y un vago recuerdo de lo que fue la libertad individual. Por lo demás, se encuentra en un proceso de reorganización política que, si no estuviera manipulado, debería estar abierto a nuevas propuestas en todos los campos, incluido el tributario. Un proceso de conformación política similar al que está en marcha en Europa, aunque con menos velocidad que el del viejo continente, se está produciendo en Sudamérica. Pese a que debería ser más sencillo por la mayor similitud cultural, parece claro que si dicho proceso no avanza se debe al sistema de caciques más o menos revolucionarios que esquilma a los pueblos de la América hispana con sistemas tributarios similares al vigente en Europa, pero que los pueblos hispanos de América no pueden soportar. En los Estados Unidos y Canadá la situación es otra, la mayor libertad social, que proporciona el régimen Page 32 de libre mercado y de iniciativa social permite formas incipientes de lo que propongo, y, por otra parte, la organización política está más consolidada y no está sometida a un continuo replanteamiento.

2.1. El actual sistema tributario

Podría parecer que toda discusión sobre los tributos está resuelta con los sistemas vigentes y que carecería, por ello, de sentido hacer una propuesta alternativa; de hecho, llevamos décadas donde en la práctica sólo se retocan aspectos de detalle, eso sí, se hace continuamente, con una cadencia que produce delicados ajustes de la maquinaria recaudatoria casi imperceptibles, pero que impiden que cualquiera pueda conocer cuánto tiene que pagar de impuestos a corto plazo. Nada más lejos de la realidad como, veremos, que esa resolución. El sistema tributario en vigor presenta algunos inconvenientes y efectos perversos que son destacables:

  1. La capacidad tributaria se ha venido considerando, casi sin discusión, como un atributo de la soberanía del Estado moderno, gestado en los últimos 500 años, en clara diferencia del mundo medieval, donde prevalece el carácter sinalagmático de las prestaciones, incluidas las políticas y sus implicaciones económicas. Es indudable que esa atribución proporciona un enorme poder y riqueza a quienes la detentan, una parte de la cual dedica a la «justificación teórica», con tintes marcadamente propagandistas, del propio sistema depredador. Además va unida a otros monopolios semejantes, como el de fabricación de moneda, la administración de justicia, etc., que refuerzan el protagonismo del poder político. La implantación de un sistema tributario necesita un público cautivo que sufrague más que las empresas políticas del poder, que no existen propiamente, el mantenimiento de su estatus y su propia persistencia política, especialmente la de la amplia casta dirigente.

  2. Lo que lo anterior significa en relación con la extensión de los conflictos sociales y políticos es evidente hasta el extremo que sorprende que no haya sido planteado claramente: acentúa el conflicto exponencialmente. A nadie se el oculta que muchos de los conflictos políticos -la inmensa mayoría-, sean abiertos o latentes, proceden de la persistencia o emergencia de poderes públicos que se basan y sustentan, o al menos lo pretenden, en sistemas tributarios Page 33 ajenos a cualquier idea de contraprestación o reciprocidad. No es difícil imaginar que el que va a detentar la capacidad de apropiarse de bienes ajenos sin contraprestación, esto es...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR