Argentina: Discriminación y el Proyecto Genoma Humano.

AutorGustavo Choua, Federico Malato, José Luis Agüero
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Trabajo sobre discriminación y el Proyecto Genoma Humano. El mismo consiste en un análisis sobre el estado de la cuestión en la República Argentina, y apunta a realizar planteos para desarrollar en profundidad tan delicado tema. Asimismo abarca la cuestión de la posible discriminación en el ámbito de los seguros, en la responsabilidad, y el aspecto penal. Dicho trabajo fue presentado en el Posgrado de Alta Tecnología que dicta el Departamento de Post Grado de la Pontificia Universidad Católica Argentina, para el seminario de Seguros.

1) Prolegómenos.-

No es desconocido el tema de la discriminación y las consecuencia nefasta que ella trajo para la humanidad. En su concepción clásica apuntó a la persecución u odio hacia las denominadas razas inferiores, trasladándose con posterioridad a cuestiones religiosas, diferencias sexuales, etc.. Sin perjuicio de la amplia bibliografía existente sobre el tema, en el presente delinearemos algunos conceptos para la cabal comprensión del tema tendiente a vincularlo con la posibilidad de que a causa de los datos genéticos se produzcan actos discriminatorios.

Asimismo abordaremos la cuestión del Proyecto Genoma Humano y la revolución que sus resultados han producido, alertando en particular el problema que puede traer aparejado en el campo de los seguros.

Trataremos de delinear la responsabilidad de las aseguradoras frente a actos discriminatorios sobre la información genética. Y por último veremos si dichas empresas pueden incurrir en delitos.

Sin perjuicio del análisis a realizar debemos advertir que no sacaremos conclusión apodícticas, sino que simplemente pretendemos revisar el estado de la cuestión, y si es el caso, proponer (solo proponer) algunas bases para un análisis mas profundo.

2) Discriminación.-

El término 'discriminar', según el diccionario de la Real Academia Española ([1]), deriva del latín discriminare que significa separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra. Hasta aquí el concepto resulta neutro, es decir que carece de carga valorativa.

Sin embargo, el concepto de discriminación que debemos manejar en este caso es el referente a la situación en la que una persona o grupo de personas es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios. Estos prejuicios pueden obedecer al hecho de pertenecer a una categoría social distinta; sin embargo los actos discriminatorios mas comunes tiene su origen en la raza, la orientación sexual, la religión y la discapacidad ([2]).

Ahora bien, en Derecho cuando se hace referencia al término discriminación (del latín discriminatio, discriminationis, o sea efecto y acción de discriminar) se evoca al trato de inferioridad dado a una persona o grupo de personas por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de filiación o ideológicos, entre otros ([3]).

Mas precisamente podemos definirla como '...toda conducta u omisión de autoridad pública o de particulares que distinga, excluya, restrinja, menoscabe o prefiera de manera arbitraria por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad, caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica o cualquier otra circunstancia que implique distinción, exclusión, restricción, preferencia o menoscabo, y que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos en la esfera política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública' ([4]).

Las modernas Constituciones prohíben la discriminación, a partir de la proclamación de la igualdad de los ciudadanos ante la Ley. Es más, uno de los llamados derechos fundamentales es precisamente la no-discriminación por razón de nacimiento, sexo, raza o cualquier condición personal o social. En la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948 este derecho se encuentra reconocido expresamente.

Encontramos distintos actos discriminatorios, los que pueden clasificarse como ([5]):

  1. Racismo y xenofobia.

  2. Homofobia o rechazo a las orientaciones sexuales distintas a las mayoritarias.

  3. Discriminación a personas discapacitadas o enfermos.

  4. Discriminación a las mujeres (machismo).

  5. Diferenciación según el estrato social.

  6. Discriminación religiosa.

  7. Racismo y xenofobia: El racismo es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión. El término 'racismo' se aplica tanto a esta doctrina como al comportamiento inspirado en ella y se relaciona frecuentemente con la xenofobia (odio a los extranjeros) y la segregación social, que son sus manifestaciones más evidentes. A principios del siglo XX tuvo lugar una toma de conciencia internacional del fenómeno del racismo. Los procesos de Nuremberg a los criminales de guerra nazis crearon una situación psicológica y política decisiva en la voluntad de las naciones para erradicar el racismo.

    La ciencia ha rechazado el concepto de raza poniendo en evidencia su carácter subjetivo, basado en prejuicios. Antropólogos, biólogos, genetistas y sociólogos han demostrado que la noción de raza carecía de sentido en la medida en que el género humano es uno e indivisible.

  8. Homofobia: La homofobia es un estado psico-social que se define por tener odio a los homosexuales. La homofobia pertenece al mismo grupo que otras enfermedades parecidas, como el racismo, la xenofobia o el machismo. Este grupo de estados se conoce con el nombre genérico de fascismo, y se fundamenta en el odio al otro, entendido éste como una entidad ajena y peligrosa, con valores particulares y extraños, amenazadores para la sociedad, y -lo que es peor- contagiosos.

    La homofobia, como las demás variantes del fascismo, prepara siempre las condiciones del exterminio. Pasiva o activamente crea y consolida un marco de referencias agresivo contra los gay y las lesbianas, identificándoles como personas peligrosas, viciosas, ridículas, anormales, y enfermas, marcándoles con un estigma específico que es el cimiento para las acciones de violencia política (desigualdad legal), social (exclusión y escarnio públicos) o física (ataques y asesinatos).

    Estas personas (los homosexuales), como toda persona humana, son sujetos de derechos fundamentales, como derecho al trabajo, a una vivienda, etc. Con todo, esos derechos no son absolutos ya que pueden ser limitados legítimamente por la ley a causa de comportamientos externos objetivamente desordenados que atenten contra el bien común o contra los más débiles (ya sea física o moralmente).

    Esta reducción de derechos no absolutos se practican en muchos casos: en determinadas enfermedades contagiosas, enfermos mentales, individuos socialmente peligrosos, etc. De este modo, existe una discriminación justa: existen ámbitos en los que no se da discriminación injusta cuando se tiene en cuenta la tendencia sexual, por ejemplo: en la adopción o custodia de niños o en la contratación de profesores o instructores de educación física.

  9. Discriminación a discapacitados y enfermos: Los discapacitados a veces tienen dificultad para ciertas actividades consideradas por otras personas como totalmente normales, como viajar en transporte público, subir escaleras o incluso utilizar ciertos electrodomésticos. Sin embargo, el mayor reto para los discapacitados ha sido convencer a la sociedad de que no son una clase aparte. Históricamente han sido compadecidos, ignorados, denigrados e incluso ocultados en instituciones.

    Los discapacitados, en el ejercicio de sus derechos, han luchado por establecer los siguientes principios: ser evaluados por sus méritos personales, no por ideas estereotipadas sobre discapacidades; conseguir que la sociedad realice cambios que les permitan participar con más facilidad en la vida empresarial y social (facilitar el acceso con sillas de ruedas al transporte público, a edificios y a espectáculos) y, finalmente, integrarse con la población capacitada.

    Así como se discrimina a los discapacitados físicos o mentales, también se hace lo mismo con los que padecen alguna enfermedad, y el ejemplo más común en este caso es el de los infectados por el virus del HIV/SIDA.

    En la actualidad, los enfermos de HIV/SIDA son uno de los grupos más grandes de marginados. Se los discrimina de todas las formas imaginables:

    -niños y adolescentes expulsados de sus hogares por sus propios padres.

    -estudiantes expulsados de los colegios para 'proteger' a los demás alumnos. Y hasta marchas de padres exigiendo la expulsión de los mismos para velar por la seguridad de sus hijos.

    -la prensa amarillista que dedica gran parte de su tiempo a hacer del sufrimiento de los enfermos un objeto del sensacionalismo.

    -discriminación en la denominación, al llamarlos 'sidosos', 'sidáticos', 'sidóticos', etc., cuando el término correcto sería 'enfermo de SIDA'.

    -la discriminación social por parte de algunos, al afirmar que el SIDA es una 'enfermedad justiciera', que viene a limpiar al mundo de homosexuales, drogadictos y prostitutas.

    -personas que aún son aptas para el trabajo, que aún así son expulsadas de sus empleos.

    -profesionales que niegan su atención 'por miedo a infectarse'.

  10. Discriminación a las mujeres (sexismo, machismo): El machismo es una discriminación sexual, de carácter dominante, adoptada por los hombres.

    Se ha escrito profusamente de los devastadores efectos del machismo en nuestra sociedad, en lo referente a la discriminación contra la mujer. El hombre que ha sido educado en una cultura machista aprendió desde temprana edad a respetar, admirar o temer a otro varón tanto física como intelectualmente. Sin embargo su 'cultura' le enseñó a ver a la mujer en términos de valores o atributos físicos: instrumento de placer, objeto de exhibición y reproductora de la especie. Su admiración o atracción hacia la mujer se basa, principalmente, en una concepción biológica de la misma.

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