Recepción e influencia de la Areopagítica de John Milton en la ideología colonial y revolucionaria norteamericana: de Franklin a Jefferson

AutorMaría Nieves Saldaña
Páginas661-696

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I Introducción

Sin duda, entre la extensa literatura defensora de la libertad de expresión y de prensa destaca el discurso que el conocido poeta republicano John Milton (1608-1674)1 dirigió al Parlamento de Inglaterra el 24 de noviembre de 1644, en plena Revolución Puritana, con el singular título de Areopagitica. A Speech

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for the Liberty of Unlicensed Printing to the Parlament of England2, ocupando en la historia del pensamiento político un puesto comparable a las Cartas sobre la Tolerancia de John Locke, las reflexiones de Spinoza contenidas en el Tratado Teológico-Político, o el ensayo Sobre la Libertad de John Stuart Mill3.

En efecto, el discurso que Milton escribió en defensa de la extinción del férreo sistema de censura vigente en la Inglaterra de mediados del siglo XVII constituye el ensayo fundacional de la tradición del libre debate4, el primer escrito de la modernidad que contiene una defensa explícita de la libertad de expresión bajo la manifestación de la libertad de prensa5, representando la génesis del argumento más esgrimido en el moderno proceso de conceptualización de la libertad de expresión, esto es, el libre embate de mentes y opiniones como medio para alcanzar la ulterior conquista de la verdad y la libertad, habiendo generado una extensa literatura crítica en la doctrina euro-atlántica6.

Realmente, como ya he analizado en estudios previos, la Areopagítica es mucho más que un mero alegato a favor de la libertad de prensa. En efecto, en la estructura axiológica que fundamenta la defensa miltoniana de la libertad de

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expresión se entrelazan tanto los clásicos principios del humanismo racionalista, esto es, la libre autorrealización individual a través del conocimiento y el ejercicio de la razón, autorrealización racional que visiona al individuo como sujeto moralmente autónomo capaz de discernir entre el bien y el mal, sujeto dinámico sometido al continuo devenir que implementa la incesante conquista de la verdad y de la libertad, como el emergente énfasis que la incipiente doctrina republicana hizo recaer sobre el humanismo cívico de corte maquiavélico, esto es, la necesaria conjugación de la dimensión individual y colectiva de la libertad, la inevitable integración de la libertad individual en el dinamismo de la igualitaria realización pública. Así, la defensa de la libertad de prensa que Milton articula en la Areopagítica implementa un concepto plural de libertad, individual y colectivo, privado y público, dinámico y abierto, en la medida en que el ejercicio libre y racional de la libertad de expresión no sólo contribuirá a la autorrealización individual sino también al progreso colectivo, constituyendo así el dinamismo político y social presupuesto fundacional de la argumentación que Milton sostiene en la Areopagítica7.

Interconexión de conceptos diferentes que auguraban la permanencia y universalidad de la Areopagítica, alcanzando influencia incluso entre los pensadores de la misma Revolución Puritana y en la ideología republicana y Whig inglesa de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. En efecto, las doctrinas areopagíticas constituirán presupuesto argumental no sólo para la literatura toleracionista que de la Revolución Puritana representan los escritos de William Walwyn, John Lilburne, Richard Overton, Gilbert Mabbott y John Goodwin8, entre otros, sino también para Whigs defensores de la libertad de expresión como Charles Blount, William Denton y Matthew Tindal9. Asimismo, los principios areopagíticos vuelven a resonar en las doctrinas defensoras de la libertad de prensa del primer tercio del siglo XVIII, como reflejan los escritos de

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Daniel Defoe y Anthony Collins10, y, especialmente, en los conocidos artículos periodísticos que en defensa de la libertad de expresión y de prensa John Trenchard y Thomas Gordon publicaron en las llamadas Cato’s Letters entre 1720 y 1723, que alcanzarían notable repercusión en la defensa de la libertad de prensa en las colonias norteamericanas11.

Por esto no sorprende que la Areopagítica fuese reeditada y reimpresa y que cruzara las fronteras oceánicas para guiar los pasos de aquellos lucharon en el período colonial y revolucionario norteamericano por la libertad de prensa. En efecto, a finales del siglo XVII la fama de John Milton se había extendido ampliamente por las colonias de manera que a principios del siglo XVIII, en 1714, la Universidad de Yale disponía de una completa colección de la prosa y de la obra poética miltoniana, y a través de la generosidad Thomas Hollis, gran admirador de Milton, la Universidad de Harvard recibió una gran parte de lo que llegaría a ser la mayor biblioteca miltoniana en el continente americano12. Así, el ensayo a favor de la libertad de prensa es, sin duda, el escrito de prosa miltoniano más frecuentemente reeditado, siendo reimpreso con frecuencia en el siglo XVIII13. En efecto, la primera edición separada de la Areopagítica data ya de 1738 (A. Millar, London), con Prefacio del poeta James Thomson, cuando peligraba el renacimiento del inquisitorial sistema de censura inglés, tres años después del célebre proceso colonial por libelo sedicioso contra el impresor Peter Zenger de Nueva York, alcanzando notable circulación por las colonias. Ese mismo año, se reedita la colección de prosa miltoniana por el anticuario Thomas Birch, A Complete Collection of the Historical, Political, and Miscellaneous Works of John Milton: Correctly printed from the Original Editions. With an Historical and Critical Account of the Life and Writings of the Author; containing several Original Papers of His, Never before Published (2 vols., London, 1738). En 1753, el conocido editor republicano Richard Baron reeditó los dos volúmenes de prosa de John Milton, que circularían por las colonias norteamericanas, alcanzando así las doctrinas de la Areopagítica eco entre los pensadores y escritores coloniales. Y a medida que nos acercamos al período revolucionario, los escritos de prosa miltonianos son frecuentemente reeditados y reimpresos, especialmente la Areopagítica. Así, se reimprime la edición original en 1772 (Bladon, London) y en 1780 se publica la edición de

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Francis Blackburne, Remarks on Johnson’s Life of Milton. To Which Are Added, Milton’s Tractate of Education and Areopagitica (London). Cierra la centuria revolucionaria la reimpresión para Deighton de 1791 (London) y la edición de James Losh de 1792, motivada, quizás, por las conexiones francesas de Losh, ya que las doctrinas políticas miltonianas estaban ejerciendo notable influencia en célebres revolucionarios franceses, como el Conde de Mirabeau, quien, como analizaremos en las últimas páginas, publicará en 1788 una adaptación francesa de la Areopagítica en los meses previos a la convocatoria de los Estados Generales14.

Por todo no sorprende la influencia que ejerciera el pensamiento político de John Milton —como he analizado en un estudio previo15— en la ideología colonial y revolucionaria norteamericana, y que las doctrinas de la Areopagítica constituyesen fuente de inspiración no sólo para los primeros ensayos y panfletos que surcaron las colonias frente a la aplicación restrictiva del common law en materia de libelo sedicioso, como reflejan los artículos periodísticos de uno de los editores más célebres del período colonial, Benjamín Franklin, los ensayos de James Alexander y la defensa de Andrew Hamilton en el Caso Zenger, sino también los escritos de aquellos que adoctrinaron a la Revolución, especialmente, los sermones del pastor protestante Jonathan Mayhew y los escritos del padre fundador de la independencia norteamericana, Thomas Jefferson. En efecto, Jefferson fundamenta su discurso sobre la libertad de prensa en los principios areopagíticos sobre el libre encuentro de ideas y opiniones y en su virtualidad para alcanzar la verdad, como reflejan sus Notas sobre Virginia de 1785, su Proyecto de Ley sobre Libertad Religiosa del Estado de Virginia de 1779 y el documento en el que el virginiano atacaba la constitucionalidad de la Ley de Sedición, las Resoluciones de Kentucky de 1798, anticipando Jefferson la formulación del futuro “Mercado de las Ideas” que el juez Oliver Wendell Holmes hiciera célebre en la génesis de la configuración judicial de la Primera Enmienda a principios del siglo XX. Por todo no sorprende que un pasaje de la Areopagítica sea el frontispicio que a principios del siglo XXI adorna la entrada de la Biblioteca Pública de Nueva York, «pero un buen libro es la preciada vitalísima sangre de un espíritu magistral, adrede embalsamada y atesorada para un vivir más duradero que la vida»16.

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II La génesis de la concepción moderna de la libertad de expresión: la areopagítica de John Milton

Sin duda, la concepción moderna de la libertad de expresión es inaugurada por el discurso que John Milton dirigió al Parlamento de Inglaterra el 24 de noviembre de 1644, en plena Revolución Puritana, con el sugerente título de Areopagitica. A Speech for the Liberty of Unlicensed Printing to the Parlament of England17, incluido por uno de los principales estudiosos de la Primera Enmienda de la Constitución norteamericana, Zechariah Chafee, entre los cuatro escritos más relevantes que en defensa de la libertad de expresión se hayan escrito18. Y no le falta razón a Chafee, porque los planteamientos que formuló Milton en la Areopagítica son tan reales y actuales en la Inglaterra puritana de 1644...

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