El Archivo Histórico Universitario de Zaragoza a través de sus fuentes documentales

AutorGuillermo Vicente y Guerrero
Páginas679-711

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I Introducción

Al iniciar la presente investigación 1, cuyo esencial objetivo se cifra en la agrupación, comprensión e interpretación de los materiales útiles para una aproximación a las principales corrientes de pensamiento jurídico que discurrían en la Facultad de Derecho de Zaragoza a lo largo del siglo XIX 2, encaré, con carácter previo, el análisis de las diversas fuentes bibliográficas y documentales que, procedentes principalmente de la Biblioteca de dicha Facultad de Derecho, de la Biblioteca General Universitaria de Zaragoza y, muy especialmente, de su correspondiente Archivo Histórico Universitario, resultaban imprescindibles para satisfacer la mencionada labor.

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No obstante, de especial dificultad me resultó, por su incomprensible dispersión y falta de catalogación, el examen de los fondos universitarios archivísticos zaragozanos. Para afrontar su estudio tuve que improvisar una personal tipología, diferenciando entre fuentes administrativas (expedientes personales del profesorado de la Facultad de Derecho) 3, fuentes jurídicas (los diversos estatutos y reglamentos de la Universidad de Zaragoza y las normas universitarias estatales) 4 y fuentes históricas (Libros de Gestis, acuerdos claustrales, colaciones de grados, Libros de Aprobaciones, Libros de Matrículas e Inventarios de documentación) 5.

Paralelamente, fui comprobando la ausencia de estudios sobre la trayectoria del Archivo Universitario de Zaragoza 6 durante sus más de cuatrocientos años de historia 7, reducidos éstos exclusivamente a las impagables ediciones de Ángel Canellas de los inventarios documentales de 1603 8 y de 1769 9, a un capítulo en la excelente Historia de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza de Manuel Jiménez Catalán y de José Sinués y Urbiola 10 y a dos breves artículos Page 681 del anterior responsable del Archivo, Jesús Alegre 11, y de su actual directora, Remedios Moralejo 12. Bibliografía ciertamente escasa para una institución instrumentalmente básica, tanto para el análisis de la propia Universidad Caesaragustana concebida en su totalidad como para el estudio particularizado de sus distintas Facultades.

En este sentido, la pretensión de examinar la vida académica, escolar e intelectual de la Facultad de Derecho y de su profesorado a lo largo del siglo XIX pasaba, necesariamente en mi opinión, por una utilización innegociable de los expedientes personales de su cuerpo docente, de los diversos acuerdos y reuniones claustrales, de los registros de matrículas, grados y aprobaciones. Toda una serie de fuentes de muy difícil utilización y, en cualquier caso, incomprensiblemente dispersas en el Archivo zaragozano. Por todo lo anterior, me decidí a profundizar sobre el mencionado Archivo Histórico Universitario de Zaragoza, como peaje necesario y previo a la posterior catalogación y estudio del pensamiento jurídico político decimonónico surgido al amparo de la Facultad de Leyes Caesaraugustana.

Sin embargo, ya desde el principio entendí que el análisis de su trayectoria necesitaba recurrir inexcusablemente a las propias fuentes documentales que el mismo Archivo Universitario había ido generando, prescindiendo de esta forma de interpretaciones pretendidamente globalizantes que constantemente unían la suerte del Archivo zaragozano con el de la Biblioteca Universitaria o, incluso, con el de la propia Universidad de Zaragoza en su conjunto. Así, el recurso a los Libros de Gestis, a los inventarios de documentación o a las Memorias anuales de la propia Biblioteca Universitaria se me antojaron francamente indispensables.

El planteamiento general del presente estudio pretende pues enfocar el análisis del Archivo Histórico Universitario de Zaragoza no a través del seguimiento de los avatares de la institución universitaria zaragozana entendida en su totalidad sino, más bien, mediante el estudio de sus propias fuentes documentales archivísticas, cuya infrautilización sólo puede ser hoy dibujada con Page 682 los delgados trazos de la incredulidad, un número más en la escala de desconocimientos que rodean la historia de la Universidad de Zaragoza 13.

Sin embargo, la investigación sobre el devenir del Archivo Histórico Universitario de Zaragoza no está todavía concluida. No obstante, a lo largo de las páginas siguientes voy a realizar una presentación, necesariamente de carácter sintético, de las mencionadas fuentes documentales, ofreciendo algunas observaciones que tal vez puedan resultar de cierto interés para todos aquellos que, desde los parcelados terrenos del Derecho, la Política, la Historia, la Medicina, las Artes, la Teología o la Filosofía, pretendan sumergirse y navegar, cual holandeses errantes, en las oscuras e inhóspitas aguas del Archivo Universitario de Zaragoza 14.

II Los libros de gestis

En primer lugar hay que destacar el importante papel que juegan, en cualquier investigación de carácter histórico sobre la Universidad de Zaragoza, sus valiosísimos Libros de Gestis, indudablemente la principal fuente documental archivística de valor histórico referida a la Universidad Caesaraugustana 15. Efectivamente, en 92 volúmenes se encuentra reunida una irreemplazable relación histórica, detallada y magníficamente documentada de los distintos sucesos que han ido conformando el devenir de la mencionada Universidad desde octubre de 1671 a octubre de 1858, si bien existen importantes pérdidas que más adelante detallaré.

Los Libros de Gestis aparecen estructurados en dos apartados perfectamente diferenciados, a menudo con paginación distinta, finalizando siempre con la correspondiente certificación rubricada por el Secretario de la Universidad, a la vez Notario de número y Secretario de la ciudad, verificando todas las reuniones y resoluciones claustrales, colaciones de grados y expedientes en general, agrupando todos ellos de forma metódica, siguiendo un criterio cronológico, a lo largo de sus diversos folios.

En su parte primera, siempre iniciada con los correspondientes índices y con la jura y toma de posesión del oficio de Rector, se da noticia de las diferentes asambleas y acuerdos del Claustro universitario Caesaraugustano a lo Page 683 largo del curso académico, habitualmente del 18 de octubre (día de San Lucas) al 17 de octubre del año siguiente, así como de los nombramientos y diligencias de las diversas oposiciones a cátedras y de las tomas de posesión subsiguientes a éstas.

Entre tales resoluciones aparecen a veces acuerdos referidos al funcionamiento del Archivo, comisiones para la realización de inventarios de documentación y, muy especialmente, estipulaciones encaminadas al control efectivo de la documentación. Igualmente resulta frecuente la inclusión de importantes originales o copias de cartas y papeles enviados al Claustro zaragozano para su discusión y debate, lo que permite ir reconstruyendo, sirvan como ejemplos paradigmáticos, la mayor parte de los trabajos de elaboración de los diversos índices documentales, los sucesivos traslados de emplazamiento del propio Archivo o las medidas concretas encaminadas a salvaguardar la documentación contenida en sus armarios.

En su segunda parte, los Libros de Gestis realizan un completo recorrido por las distintas colaciones de grados de bachiller, licenciado, maestro y doctor 16, así como por las cátedras obtenidas en el seno de la Universidad Caesaraugustana 17, consignando tanto los títulos menores de bachilleres como los mayores de licenciados, maestros en artes o doctores de las cinco Facultades zaragozanas 18, incluyendo frecuentemente, ya en el siglo XIX, las papeletas y documentos correspondientes rubricados por el propio Secretario de la Universidad 19.

No obstante a mediados del siglo XIX y, más concretamente, a partir del curso 1844-1845 con la aplicación del Plan Pidal 20, indudable culminación, en mi Page 684 opinión, de un proceso centralizador 21 insoportablemente avasallador 22 de funestas consecuencias para las dos viejas Universidades aragonesas 23, los Libros de Gestis también pierden, pues dejarán de recoger las reuniones claustrales y sus correspondientes resoluciones, limitándose a reseñar las diversas colaciones de grados. En este último período cambiarán igualmente su título, que pasará a denominarse Libros de Actas de Grados, nombre que mantendrán ya hasta su definitiva desaparición en 1858.

Al comienzo de este epígrafe he señalado que, desgraciadamente, la colección de los Libros de Gestis de la Universidad de Zaragoza no está completa. Ello se debe, en mi opinión, a tres hechos de una indiscutible importancia. En primer lugar a la Guerra de Sucesión por el trono de España a principios del siglo XVIII, y a las consecuencias no sólo jurídicas y políticas sino también culturales y sociales que lleva aparejadas, para Aragón, el triunfo del candidato castellano Felipe V de Borbón (resulta muy elocuente que faltan todos los libros que van de octubre de 1694 a julio de 1721) 24.

En segundo lugar, a la especial fiereza demostrada por las tropas francesas a lo largo de su segundo sitio contra Zaragoza durante la Guerra de la Independencia 25, actitud que desembocará en la destrucción del propio edificio universitario el 18 de febrero de 1809 26, estocada final al corazón de una heroica ciudad materialmente en ruinas 27 y, por consiguiente, en la pérdida de la Page 685 mayor parte de los fondos bibliográficos y documentales que se conservaban en su Biblioteca y Archivo...

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