Aproximación al estudio de la sociedad de masas y de su derecho: el principio general del desarrollo socioeconómico

AutorB. Fosar Benlloch
Páginas1483-1520

Page 1483

La sociedad de masas
I Noción de masa

En frase de Ortega y Gasset 1, "Masa es todo aquel que no se vaora a si mismo-en bien o en mal-por razones especiales, sino que se siente "como todo el mundo" y, sin embargo, no se angustia, se siente a su sabor al sentirse idéntico a los demás"... "La división más radical que cabe hacer en la humanidad es ésta de dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cadaPage 1484 instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre si mismas, boyas que van a la deriva".

Masa es lo contrario de pueblo orgánicamente constituido, es el resultado de la descomposición del orden político, es la agregación amorfa de hombres iguales, despersonalizados. En términos de filosofía aristotélica, diríamos que hombre masa es aquel en los que los rasgos genéricos de la naturaleza humana prevalecen sobre su radical personificación individual.

La masa se caracteriza por su uniformidad, su carencia de estructuras propias jerarquizadas, su manipulación desde fuera, singularmente por los todopoderosos medios de comunicación de masas y su falta de responsabilidad.

II Perfiles doctrinales de la teoría de las musas y de las minorías

La teoría de las masas y de las minorías surge en el siglo XIX como una reacción de algunos espíritus selectos frente al igualitarismo de la ideología revolucionaria. En este sentido, se enmarca la noción del héroe, el elegido del destino de Carlyle, protagonista y motor fundamental de la historia, del que las masas dóciles son simples secuaces. Gaetano Mosca fue el primero en trazar una distinción sistemática entre minoría selecta y masas, aun empleando otros términos y en intentar la construcción de una nueva ciencia de la política sobre esta base. "En todas las sociedades-desde las que ofrecen un desarrollo escaso y han alcanzado apenas los albores de la civilización hasta las más avanzadas y poderosas-existen dos clases de gentes: una, que gobierna, y otra, que es gobernada. La primera clase... ejerce todas las funciones políticas, monopoliza el poder y goza de las ventajas que éste entraña, mientras que la segunda... es dirigida y regulada por la primera de un modo, ora más o menos legal, ora más o menos arbitrario y violento" 2.

Friedrich 3 ha llamado la atención sobre el hecho de que las doctrinas europeas del siglo XIX, relativas al gobierno de una minoría formada por individuos superiores (doctrinas que abarcaban la filosofía del héroe de Carlyle y la visión del superhombre de Nietzsche, así como los estudios más prosaicos de Mosca, Pareto yPage 1485 Burckhardt, eran "todos vastagos de una sociedad que contenía todavía muchos vestigios feudales y que esas doctrinas representaban otros tantos intentos diferentes de revivir viejas ideas de jerarquía social y de interponer obstáculos a la difusión de las nociones democráticas".

La teoría de las minorías selectas pretendía refutar la marxista de las clases sociales en dos puntos esenciales: en primer lugar, quería mostrar que la concepción marxista de una "clase dirigente" es errónea, poniendo de manifiesto la continua circulación de la minorías selectas, que impide, en la mayor parte de las sociedades, y especialmente en las sociedades industriales modernas, la formación de una clase dirigente estable y cerrada; y, en segundo lugar, probar que una sociedad sin clases es imposible, ya que en toda sociedad hay y debe haber una minoría que efectivamente gobierna.

La visión de Ortega y Gasset, como es lógico en un filósofo de su talla, no se plantea el problema en términos estrictamente políticos. "La división de sociedad en masas y minorías excelentes no es, por tanto, una división en clases sociales, sino en clases de hombres y no puede coincidir con la jerarquización en clases superiores e inferiores... En rigor, dentro de cada clase social hay masa y minoría auténtica...". Sin embargo, el prejuicio aristocrático del filósofo es evidente: "existen en la sociedad operaciones, actividades, funciones del más diverso orden, que son por su misma naturaleza especiales y, consecuentemente, no pueden ser bien ejecutadas sin dotes también especiales. Por ejemplo..., las funciones de gobierno y de juicio político sobre los asuntos públicos. Antes eran ejercidas estas actividades especiales por minorías calificadas -salificadas por lo menos en pretensión-. La masa no podía intervenir en ellas: se daba cuenta de que si quería intervenir tendría congruentemente que adquirir esas dotes especiales y dejar de ser masa. Conocía su papel en una saludable dinámica social..." 4.

La teoría de referencia se halla más matizada en Toynbee. Este historiador sostiene que el origen del crecimiento de las civilizaciones se halla en individuos que son más que meros hombres; pueden hacer lo que a los hombres les parecen milagros, porque ellos mismos son superhumanos en un sentido literal y no meramente figurado. Para Bergson, los místicos son los creadores superhumanos porPage 1486 excelencia y encuentra la esencia del acto creador en el momento mismo de la experiencia mística. La personalidad creadora se ve impelida a transfigurar a sus compañeros hombres en compañeros creadores, recreándolos a su propia imagen. Pero estas personalidades creadoras nunca constituyen más que una pequeña minoría. Las personalidades superiores no son más que una levadura en la masa de la humanidad ordinaria. La masa Imita, aun deformándolo, el mensaje de la minoría creadora: por medio de la imitación, de la docilidad a la minoría, participa de los bienes de la civilización 5.

La teoría de las minorías selectas y su consecuencia, la descalificación de las masas y de la sociedad de masas para el autogobierno en todos los órdenes de la vida, ofrece graves riesgos en el plano político: su proclividad a fundamentar los fascismos de toda índole, y en un plano menos grave, los riesgos del elitismo, la idolización de las minorías y el desprecio de las masas, y el alejamiento sine die de un necesario proceso de desmasificación de la sociedad. Por otra parte, es anticientífica, pues pretende ser consustanciales a la naturaleza humana las diferencias entre los hombres y su contraposición en minoría y masa.

Pero lo cierto es que, según Bottomore 6, "no siendo la desigualdad ni la igualdad fenómenos naturales que los hombres tengan que aceptar simplemente, la defensa de una y otra no consiste en la alegación de un argumento científico, basado enteramente en cuestiones de hecho, sino en la formulación de un ideal moral y social. Nosotros podemos optar por la igualdad, y la justificación última de nuestra opción no es en sí misma ninguna cuestión de hecho, sino la pretensión razonada de que la persecución de la igualdad puede dar lugar a la creación de una sociedad mejor".

Un autor tan ponderado como Joan Regla 7 afirma que "cualesquiera concepciones basadas en valoraciones minoritarias, aristocráticas, implican los peligros inherentes al 'elitismo', a la 'idolización', o, si se prefiere, al autoconvencimiento de que el mundo se divide en dos categorías de personas: las destinadas por unPage 1487 puro carisma que graciosamente recae sobre ellas a gobernar, lato sensu, y las de las que sólo sirven para obedecer... Evidentemente, esta especie de racismo-biológico, político, moral, religioso-no se agota en la mentalidad puritana y la 'predestinación de tejas abajo' según la conocida tesis de Max Weber. El 'supermán' o el 'ubermensch' y el 'Manifest dentiny' o el 'Herrenvolk' para invocar ejemplos norteamericanos y alemanes en los planos individual y colectivo tienen sus correspondientes adeptos en todas las latitudes".

III La teoría de las minorías y masas, caradterísticas de una fase histórica de depresión

Joan Regla 8 distingue, dentro de la mayor estabilidad de las estructuras sociales, los movimientos cíclicos, los cambios coyunturales que representan las fluctuaciones positivas y negativas, expansión o depresión. Son las fases A y B, según la terminología de Francois Simiand. Las fases A, de expansión coyuntural, facilitan las cosas: el equilibrio social, con unas clases medias potentes que hacen de amortiguador entre la minoría de privilegiados, y la masa de humildes; una cierta flexibilidad política por parte del Estado tal vez directamente proporcional al grado de riqueza de los ciudadanos; una tendencia al clasicismo y a la libertad en el mundo de la cultura y al cosmopolitismo y a la distensión en las relaciones internacionales. Al contrario, las fases B de depresión son más idóneas para la polarización social -para la contraposición entre minorías y masas, añadimos nosotros-con la ruina de la clase media y su proletarizacióh; la autocracia o la dictadura; la cultura dirigida, el barroco de' evasión y las introspecciones como...

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