Alimentos entre parientes y subsidiariedad de la protección social

AutorRegina Gaya Sicilia
CargoUniversidad Autónoma de Madrid
Páginas1635-1639

RIBOT IGUALADA, Jordi: Alimentos entre parientes y subsidiariedad de la protección social, ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, 196 pp.

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Hace algunos meses publicaba la Fundación Argentaria un interesante estudio. Su título resulta más que elocuente: «Familia y sistema de bienestar. La experiencia española con el paro, las pensiones, la sanidad y la educación». Los autores -Víctor Pérez-Díaz, Elisa Chuliá y Berta Álvarez-Miranda, sociólogos-señalan que el sistema de bienestar descansa en cuatro pilares: el Estado protector, las empresas de servicios remunerados, las asociaciones no lucrativas y la familia, siendo esta última -con datos que resultan apabullantes- la primera red de seguridad y la más activa proveedora de bienestar social en nuestro país. El pasado mes de julio, con ocasión del anuncio por parte de la Directora General de Asuntos Sociales de la inminente aprobación del Plan Integral de Apoyo a la Familia, el profesor Iglesias de Ussel escribía en un periódico de tirada nacional: «Sin el funcionamiento de la familia española, el Estado entraría en quiebra inmediata. Es quien cuida y cría a menores; da cobertura al paro; sostiene el retrasado acceso al trabajo de los jóvenes y la prolongación de la escolaridad y sus carencias; funciona como oficina de empleo para la búsqueda de trabajo; hace frente al crecimiento de nuevos problemas sin adecuada cobertura pública, como droga o sida; cuida de personas con minusvalías o atiende a mayores, sin ayudas y con calidad superior al sector público». Estas referencias ponen de manifiesto una realidad particularmente viva en España: la de la solidaridad familiar. Y ponen también de relieve un marco de preocupaciones e intereses que por fin se abre paso en los ámbitos científico y político.

Quiero situar en estas coordenadas el extraordinario libro del que en esta reseña doy noticia. Digo extraordinario en el sentido literal de la expresión y porque no es habitual toparse con una monografía en la que se aunen la oportunidad (pues aparece en un momento en que la familia recupera el protagonismo que nunca debió perder), el interés del tema tratado (que se centra en problemas de verdadera incidencia social), el acierto en la metodología seguida (pues un estudio adecuado y global de cualquier problema familiar reclama necesariamente interdisciplinariedad) y el rigor intelectual.

El trabajo del profesor Ribot se integra en el proyecto de investigación «Nuevas estructuras de familia y problemas de las relaciones de dependencia en la evolución reciente del Derecho de Familia», desarrollado en la Universidad de Girona, y persigue la clarificación de una cuestión reiteradamente propuesta pero nunca hasta ahora afrontada y resuelta. La formulaban Diez Picazo y Gullón en los siguientes términos: «Hay en el Derecho vigente en la actualidad, dos líneas que no son absolutamente coherentes: aquella para la cual la atención de las personas necesitadas se produce como obligación jurídica exclusivamente dentro del círculo familiar y si se lleva a cabo fuera de él es caridad, beneficencia u oficio de piedad y aquella otra para la cual la obligación jurídica es básicamente una obligación pública, pues sólo ella justifica un Estado social entendido como Estado de bienestar. El problema estriba en establecer las líneas de enlace entre uno y otro tipo de obligaciones y el orden de prioridades». A la tarea subrayada se aplica Jordi Ribot, quien en la «Introducción» de su monografía declara el objetivo que se propone: «examinar qué papel reserva la normativa vigente a las obligaciones civiles de los parientes, en el marco del desarrollo legal en España de un completo sistema de protección social. Cómo se integran en el ordenamiento civil las medidas basadas en la subsidiariedad de la protección social, cuáles son sus límites técnicos y qué razones -jurídicas y no estrictamente jurídicas- desa-Page 1636consejan adoptar medidas de esta naturaleza». Adelanto ya lo sorprendente de sus conclusiones...

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