Agravios sufridos por Diego Medina García, presidente del Tribunal Supremo español de la Segunda República

AutorManuel Cachón Cadenas
Páginas59-79
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AGRAVIOS SUFRIDOS POR DIEGO MEDINA
GARCÍA, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPREMO
ESPAÑOL DE LA SEGUNDA REPÚBLICA
Manuel Cachón Cadenas
Catedrático de Derecho Procesal
Universidad Autónoma de Barcelona
I. INTRODUCCIÓN
El profesor Ernesto Pedraz Penalva ha sido uno de los máximos expertos en el tema de la
administración de justicia durante la última guerra civil española1. Por ello, me ha parecido
oportuno que el escrito destinado al libro que se publicará en memoria de este querido com-
pañero y amigo esté dedicado a un punto concerniente a ese ámbito. En efecto, en el presente
trabajo me ocupo del itinerario vital de Diego Medina García, Presidente del Tribunal Supremo
español durante la Segunda República, haciendo referencia especialmente a los agravios que ese
magistrado padeció por parte de los dos bandos enfrentados en la guerra civil, como les sucedió
a otros muchos españoles, integrantes de eso que se ha dado en llamar la Tercera España. Diego
Medina presidía el Tribunal Supremo al producirse la sublevación militar de julio de 1936, lo
que quiere decir que se encontraba en la cima de la organización judicial española en aquel
momento tan decisivo para el curso de nuestra historia.
La gura y la trayectoria vital de Diego Medina no son demasiado conocidas. Al igual
que ha ocurrido con otros altos magistrados de aquella época, la memoria de Diego Medina
parece haber sido borrada de nuestra historia. Más allá del reducido círculo formado por los his-
toriadores y juristas especializados en el tema de la administración de justicia durante la guerra
civil española y por otros estudiosos interesados en el mismo asunto, el nombre de Diego Me-
dina resulta prácticamente ignoto. De ahí que sea conveniente tratar de reconstruir brevemente
su itinerario vital, y, sobre todo, las humillaciones que, desde el inicio de la guerra civil hasta el
nal de sus días, le fueron inigidos, primeramente por el Gobierno de la República, y, después
de la guerra y con mayor intensidad, por parte del régimen franquista.
Otra razón de alcance general que hace aconsejable adentrarse en la vida de Diego Me-
dina radica en el hecho de que apenas existen biografías de magistrados del Tribunal Supremo
de la República que procedieran de la carrera judicial, y no de la Universidad o de otras profe-
siones jurídicas2. Contamos tan sólo con breves semblanzas biográcas, que, desde luego, son
1 Vid., por ejemplo, los siguientes trabajos suyos sobre este tema: PEDRAZ PENALVA, E., «La Administra-
ción de Justicia durante la guerra civil en la España `Nacional´», en Revista Universitaria de Derecho Procesal,
1988, nº1, pp. 35-71, y 1989, núm. 2, pp. 37-67; ID., «La Administración de Justicia durante la guerra civil
en la España `Nacional´(Jurisdicciones ordinaria y especiales)», en AA VV, Justicia en guerra. Jornadas sobre
la administración de justicia durante la guerra civil española: instituciones y fuentes documentales, Madrid 1990,
pp. 317-372.
2 El excelente libro que Antonio Serrano González publicó en su día sobre José Castán fue un trabajo pione-
ro en este ámbito (vid. SERRANO GONZÁLEZ, A., Un día de la vida de José Castán Tobeñas, Tirant Lo
NUEVOS HORIZONTES DEL DERECHO PROCESAL MANUEL CACHÓN CADENAS
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muy valiosas3.
II. CARRERA PROFESIONAL DE DIEGO MEDINA ANTES
DEL ADVENIMIENTO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA
Los datos sobre la carrera profesional de Diego Medina que ofrezco a continuación provienen,
en su mayor parte, del expediente personal de dicho magistrado, conservado en el Archivo
Histórico Nacional4.
Diego Medina nació en Montoro (Córdoba) el 3 de marzo de 1866. Siguió estudios
de Derecho en la Universidad de Madrid5. A los veinte años obtuvo el título de Licenciado en
Derecho Civil y Canónico, que le fue expedido el 15 de julio de 1886.
Inicialmente, ingresó en la Administración Pública, en la que desempeñó diversas fun-
ciones. El 14 de julio de 1886 fue nombrado Ocial de primera clase de Administración, con
destino en la provincia de Valencia, aunque no llegó a tomar posesión de ese puesto, porque,
mediante Real Orden de 18 de julio del mismo año, fue nombrado Ocial de segunda clase del
Ministerio de la Gobernación. Después de trabajar en la Dirección General de Administración
Local, ejerció el cargo de Secretario del Gobierno Civil de Cáceres.
Mientras tanto, preparó las oposiciones para ingresar en la carrera judicial. El 2 de agosto
de 1890, con veinticuatro años, accedió al Cuerpo de Aspirantes a la Judicatura, obteniendo
el puesto número 11 en las correspondientes oposiciones. Fueron nombrados Aspirantes a la
Judicatura 202 opositores. La lista en cuestión se publicó en la Gaceta de Madrid del 11 de
agosto de 1890. Cabe decir, como curiosidad, que de los 10 opositores que precedieron a Die-
go Medina en aquella lista, sólo uno, Félix Ruz Cara, que obtuvo el puesto número 7 en las
oposiciones, llegó a magistrado del Tribunal Supremo6. Volveré a hacer referencia a Féliz Ruz
Blanch, Valencia 2000). Pero Castán era un magistrado que no procedía de la carrera judicial, sino de la
Universidad.
En los últimos años se han publicado dos biografías sobre Mariano Gómez, que fue también magistrado del
Tribunal Supremo de la República y, además, presidió ese Alto Tribunal durante la guerra civil: una es de
MARZAL RODRÍGUEZ, P., Una historia sin justicia. Cátedra, política y magistratura en la vida de Mariano
Gómez, Publicacions de la Universitat de València, Valencia 2009; y otra se debe a MIRALLES SANGRO,
P., «Al servicio de la Justicia y de la República». Mariano Gómez (1883-1951), Editorial Dilex, S.L., Madrid,
2010. Pero, al igual que José Castán, Mariano Gómez no procedía de la carrera judicial, sino que era catedrá-
tico de Universidad.
Uno de los pocos estudios biográcos referidos a magistrados del Tribunal Supremo de la República que
provenían de la carrera judicial es el breve trabajo que Federico Vázquez Osuna dedicó a la gura de Francisco
Javier Elola: vid. VÁZQUEZ OSUNA, F., «Francisco Javier Elola Díaz-Varela, la lealtad de un magistrado al
Estado de derecho hasta las últimas consecuencias», en Jueces para la democracia, núm. 48, 2003.
3 En este sentido son especialmente relevantes las notas biográcas que Pascual Marzal Rodríguez dedica a los
diversos magistrados que formaron parte del Tribunal Supremo de la Republica: vid. MARZAL RODRÍ-
GUEZ, P. Magistratura y República. El Tribunal Supremo (1931-1939), editorial Practica de Derecho S.L,
Valencia, 2005, pp. 225 y ss.
4 Archivo Histórico Nacional (en adelante, AHN), FC, Ministerio de Justicia, Magistrados y Jueces, leg. 1001,
exp. 13604, expediente personal de Diego Medina García.
5 AHN, Universidades, leg. 4431, exp. 8.
6 Vid. la nota biográca referida a este magistrado que le dedica MARZAL RODRÍGUEZ, P. Magistratura y
República. El Tribunal Supremo (1931-1939), op.cit., pp. 260-261.

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