La empresa agraria. Su regulación jurídica, de Antonio Soldevilla Villar.

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas1712-1714

    SOLDEVILLA VILLAR, ANTONIO: La empresa agraria. Su regulación jurídica Tesis doctoral, dirigida y prologada por José Luis de los Mozos Universidad de Valladolid, 1982, un tomo de 326 págs.

Aquí tenemos otro libro sobre materia jurídico-agraria Esto es una noticia a estas alturas Porque si repasamos los catálogos de novedades de las librerías jurídicas, podremos ver que en las preferencias de los autores actuales predominan, casi hasta el copo, los estudios constitucionales, publicistas o financieros, como si el Derecho del presente o del porvenir se hubiese de articular tan sólo a base de las autonomías, de los partidos, de los sistemas electorales o de estudios económicos o de mercados y demás figuras similares

Por otro lado, originales o traducidos, nos invaden estudios sobre instituciones tan nuevas como extrañas casi siempre con marchamo sajón, como el leassing, el marketing y demás zarandajas, porque ahora lo que Page 1713 «viste» es presumir de que se habla en «pichinglis» y se domina la materia en algo tan despersonalizado como la informática Se intenta apli caria nada menos que a programar y dirigir las relaciones jurídicas y humanas, cuando el papel de las maquinas debe ser sólo el auxiliar al hombre pero no engullirselo inmisencordemente, tal como nos amenazan

En cambio, la agricultura nació con el hombre, le ha acompañado siempre y sólo acabara cuando el desaparezca del universo mundo No pasa nunca de moda y en todo momento la necesitaremos para comer Asi nos lo decía el romano español Lucio Junio Moderato Columela, filósofo nacido en Cadiz el año 3 antes de Cristo y que dedico su vida al cultivo y estudio del campo «Sin agricultura es evidente que no pueden subsistir ni alimentarse los mortales» Casi veintiún siglos después de haberlo escrito en De re rustica, sigue resonando como actual su queja «Hay en nuestros días escuelas de retóricos y no digamos de geometras y de músicos , pero de la agricultura no he conocido persona que se dedique a enseñarla, ni discípulos que la estudien»

En los tiempos de la Ilustración, bajo la privanza de Godoy, apareció en España un Semanario de Agricultura dirigido a los párrocos, a los que se acudía como medianeros para que pudiese llegar la ciencia al campo, justificando el rodeo en la triste realidad de que «los que labran, no leen, y los que leen, no labran»

Contrastando con lo que nos decían Columela y los ilustrados, ahora si hay, aunque pocos, quienes se dedican a esta materia Antonio Solde villa, el autor del libro que vamos a comentar, es de esos pocos que viven, estudian y enseñan la agricultura junto a sus varios títulos y merecimientos de nivel universitario, resalta en sus publicaciones los de «agn cultor y ganadero», asi, sencillamente, porque los considera tan dignos de respeto como los...

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