¿Agoniza la Ley Hipotecaría?

AutorDomingo Tarrio
Páginas681-683

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Así se pretende hacer creer, no ya mediante afirmaciones concretas, sino prestando especialisima atención a su reforma, desde fiace tiempo, por prestigiosos publicistas de Derecho inmobiliario. Mucho hemos reflexionado sobre tal extremo, y nuestra mano tiembla al trazar estas líneas, que quizá alcancen la distinción y aprecio de figurar al lado de otras autorizadas por nuy respetables firmas, va que sólo podemos consignar el resultado de nuestras reflexiones : otorgúeseles, al menos, el valor de la imiparcialidad y el de la no despreciable experiencia.

Innegable es que la Ley Hipotecaria goza vida exhuberante en varias regiones de nuestra Nación. Esto ocurre precisamente en aquellas a las que se atribuye el más alterado de cultura y riqueza. Si adoleciese la Ley Hipotecaria de esenciales defectos que la hiciesen incapaz de cumplir los fines para que se dictó, sería precisamente en esas regiones donde miuestra ley carecería de vida, porque la realidad, imponiéndose con fuerza irrebatible, habría causado su inaplicación por desuso. No es lógico, pues, buscar las causas de esa neurosis hipotecaria en la ley misma ni en los organismos que aplican sus preceptos.

No negamos que esa ley, como todas, como todo lo humano, sea perfectible y que con el curso de los tiempos sea precisa alguna adición o modificación exigida por las necesidades de la vida misma ; pero los jurisconsultos saben cuanta parsimonia conviene en esto, pues es grande el peligro de tocar o retocar la ley Si lodos y cada uno de los preceptos hipotecarios tienen aplicación y desenvolvimiento en las más florecientes regiones de nuestra nación, ¿cómo vamos a creer en esa agonía de la ley y sus organismoPage 682mos como fin debido a una enfermedad constitucional de aquélla o de éstos? Retocando esencialmente esa ley o cambiando el régimen de su aplicación orgánica, ¿no se corre el riesgo de que complicando su práctico funcionamiento, vaya degenerando y llegue la perturbación del actual estado jurídico, con daño irremediable para los intereses públicos y privados?

Forzoso es reconocer la vida lánguida que arrastra en otras regiones ; pero al reflejar la pluma, justamente, el ambiente que en ellas se aspira, no se reclama el tratamiento que, a mi ver, está indicado por los hechos.

Carácter, cultura, costumbres, clase de terreno, producción, sistemas de cultivo, moralidad, un número, en fin, considerable de factores concurren al fenómeno de que una misma ley viva rebosante de...

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