Tiempo libre y consumo en los adolescentes un estudio sobre los estudiantes de 8º de EGB de albolote (granada)
| Autor | Juan Carlos de Pablo Ramírez/Rafael Martínez Martín/Daniel Romero Fernández |
| Cargo | Departamento de Sociología Universidad de Granada |
| Páginas | 53-59 |
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El municipio de Albolote está situado en la provincia de Granada, justo en el área metropolitana de la ciudad, lo que implica estar inmerso en un proceso de transformación propio de otros entornos similares. Según datos de 1994, tiene una población de 11.350 almas. Sus habitantes se dedican principalmente a actividades manuales (obreros, albañiles) y semimanuales (mecánicos, electricistas, actividades relacionadas con la construcción o en los polígonos industriales vecinos), aunque la población se incrementa continuamente con la llegada de profesionales, que buscan en el pequeño pueblo de la periferia una calidad de vida que cada vez es más difícil encontrar en la ciudad. La mayor parte de las mujeres se dedican a su hogar, aunque puede que muchas realicen tareas en el servicio doméstico.
El presente trabajo, realizado a partir de una iniciativa de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC), ha tratado de explorar algunas de las actividades que realizan los escolares de Albolote. Para ello, fueron seleccionados los alumnos de 8o curso de EGB (de 13 y 14 años de edad, aunque también los hay mayores), que estudian en los cuatro colegios públicos del municipio. De esta manera, se abarcaba el 100% de la población objeto de estudio, formada por 126 alumnos, de los cuales 52 son chicos (41%) y 74 chicas (59%). Se pretendía saber cuánto tiempo libre tenían los chicos, si estaban o no satisfechos, qué actividades eran las preferidas por ellos, así como algunos comportamientos relativos a las compras y al consumo. Los datos fueron recogidos mediante un cuestionario, que los chicos respondieron en clase.
Uno de los grandes logros del actual siglo es lo que se ha venido en llamar el tiempo libre o actividades de ocio, luchando contra el recorte de las jornadas laborales. Como sugería Castillo Castillo (1982) no es fácil que la generación actual llegue a comprender del todo la magnitud del cambio que ha tenido lugar en la sociedad en la que han vivido sus padres, y en la que ellos comienzan su andadura vital. A los 13 y 14 años de edad, los estudiantes de 8o se enfrentan cada día nada menos que a una media de 4.3 horas de tiempo libre, que de hecho es la respuesta de casi la mitad de los encuestados (los que afirman tener 4 ó 5 horas suman el 45%). Durante los fines de semana, esta cifra sube -sumando el sábado y el domingo- hasta un total de 16 horas, lo que implica unas posibilidades inmensas. Son los varones los que afirman -en ambos casos- disponer de más tiempo libre que las chicas. En seguida surge el interrogante acerca de lo que pueden hacer estos jóvenes con tal cantidad de tiempo libre. La Tabla 1 recoge sus respuestas sobre las actividades que realizan, tanto los días corrientes como los fines de semana. Las respuestas se han organizado a partir de las tres primeras actividades enumeradas de forma espontánea. Lo primero que llama poderosamente la atención es la gran uniformidad existente entre las actividades de tiempo libre de los chicos y chicas del estudio. Las actividades que superan el 10% son escasísimas, y prácticamente las mismas -ver la televisión, salir con los amigos, hacer deporte-para los dos tipos de tiempo libre, si exceptuamos los viajes con la familia y las visitas al cine o la discoteca, exclusivos de los fines de semana. Las aficiones en el sentido tradicional de la palabra, como algo que cultiva a la persona que lo realiza, son minoritarias, y en ningún caso se señalan otras distintas de las convencionales, citadas en la Tabla 1. Las diferencias se introducen en el análisis por sexos: mientras sólo un 33.1% de los chicos incluye la televisión entre sus actividades de tiempo libre, el 64.9% de las chicas lo hace como una de sus actividades favoritas. El descenso de la «teleadicción» durante los fines de semana -el porcentaje baja de 48.8 a 26.4%- no parece que se deba a que se vea menos televisión -menos tiempo-, sino más bien a que en ellos se tiene la oportunidad de realizar otras actividades que tienen más peso específico en el conjunto. Otra de las categorías mayoritarias, entre las preferidas por los encuestados son las actividades deportivas y el salir con los amigos. Y también en estos aspectos las diferencias en razón del género son muy significativas, pues al analizar los datos de las actividades cruzados con el sexo podemos apreciar como el sexo femenino destina más tiempo libre a intensificar sus relaciones con el grupo de iguales, saliendo a pasear con las amigas, mientras que los encuestados del sexo masculino dedican su tiempo libre principalmente hacia actividadesPage 54 deportivas. Otras diferencias: son chicas las que han indicado en primer lugar ir de compras, oír música o jugar. También ellas sienten más que los deberes son algo que debe ser hecho en el tiempo libre, y lo que es más grave, entre los doce casos -casi un 10% de la muestra- que han señalado que se ven obligados a dedicar parte de su tiempo a tareas domésticas en el hogar, sólo dos son chicos, advirtiéndose una cierta pervivencia de la socialización tradicional por géneros.
[ VEA LA TABLA EN EL PDF ADJUNTO ]
Sin embargo, cabe pensar que, excepto tareas de este tipo, que suponen una obligación familiar -más o menos explícita o directa- ellos y ellas eligen libremente lo que hacen en su tiempo libre, estructurado al margen de la familia, en el que el grupo de pares actúa como entorno social prioritario. Y en este contexto, las diferencias son más significativas, al darse la polarización de las chicas hacia actividades que implican trato personal, y de los chicos hacia el deporte.
Esta última apreciación nos...
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