La Administración local en busca de una nueva Administración.
| Autor | Francis Graeve |
Lo que destaca del programa del XVI Día Mundial del Urbanismo es el acercamiento de las preocupaciones de quienes dibujan las formas de la ciudad futura y de quienes tienen hoy la responsabilidad de administrar las ciudades y de adaptar las formas de esta administración a las exigencias de la evolución de la ciudad. Los representantes de las poblaciones y de las actividades económicas que, en un tiempo, habían podido ver en el Urbanismo una disciplina esotérica, sin otro objeto o efecto que el de restringir su libertad de acción, cambian o van a cambiar de punto de vista. Ríndase homenaje a los urbanistas, pues este cambio es el reconocimiento de sus esfuerzos y del valor de su aportación.
Estas nuevas relaciones conducen inevitablemente a un cierto paralelismo entre la organización de los planes de los estudios de Urbanismo y la organización administrativa. Es, por otra parte, lo que sugiere el estudio de M. Michel Steinobach sobre los problemas planteados a los urbanistas por la evolución de las estructuras municipales.
Por su parte, M. Charles Frappart recuerda que la organización de la Ciudad del mañana deberá efectuarse en el marco regional. No es, pues, solamente, ni siquiera principalmente, a nivel de los municipios o de las agrupaciones de municipios donde van a desarrollarse las relaciones entre administradores y urbanistas.
El papel de estos últimos no se limita tampoco, creo, a la misión organizadora, por muy importante que ésta sea, de las estructuras nuevas. El Urbanismo puede también, en numerosos casos, pero a condición de salir de su aislamiento y de su autonomía, jugar un papel motor en el nacimiento de formas nuevas de administración, al lado de los otros factores que, sin duda, más directamente, favorecen este nacimiento.
En este terreno también Francia se ha movido. La vía del Urbanismo,según daré ejemplos de ellos es una de aquellas que desembocan en la transformación de las estructuras administrativas.
La organización de los estudios de Urbanismo ha evolucionado en el curso de estos últimos años. Se ha adelantado a la transformación de las estructuras administrativas y a los progresos de la acción económica regional. Esta evolución se ha afirmado en el marco territorial y en el contenido, de los estudios. Debe terminar ahora en una nueva disposición que deberá preocuparse de articular del modo más exacto posible las circunscripciones de los estudios de Urbanismo con las de acción económica y administrativa.
La Ley de 1919 preveía que en un plazo máximo de tres años toda ciudad de 10. 000 habitantes o más debería estar dotada de un proyecto de ordenación, de ornato y de extensión.
Fuera del caso de las aglomeraciones que presentan un carácter pintoresco, artístico e histórico, y del de la región parisiense, los proyectos de ordenación no eran más que proyectos municipales hasta que la legislación permitió la creación de "agrupaciones de urbanismo",constituidos por municipios vecinos, que reuniesen intereses comunes.
Una innovación muy significativa, relativamente reciente, pero que pasó desapercibida porque no iba a tener porvenir, consistió en hacer unir las directrices de ordenación a los planes de acción regional para formar con estos últimos un documento único. Parece ser que ahora son los estudios regionales de estructura urbana, los que sustituirán a aquellas directrices de ordenación.
En las áreas metropolitanas, los Planes de Ordenación y Organización General (P. A. D. O. G. ) tienen por objeto asegurar la coherencia entre los planes generales de las agrupaciones de Urbanismo que forman parte de esta área y de organizar los espacios intermedios.
Así, el municipio urbano, en su marco territorial legal, tiene tan sólo una existencia secundaria para el Urbanismo, que lo toma en consideración solamente para los planes que se denominan parciales o planes complementarios de planes directores de aglomeraciones. ¿No señala así el Urbanismo la vía a seguir, asignando en lo sucesivo al municipio, encerrado en sus límites tradicionales, una vocación particular hacia la administración de detalle, mientras que conjuntos de municipios convenientemente reagrupados llenarían la función principal de creación y gestión de los grandes servicios y de los equipamientos...
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