Adiós a un amigo inolvidable

AutorCatalino Ramírez
Páginas1997-2002

Aunque ya han pasado unos meses desde su fallecimiento, dados los vínculos de amistad que me unían a él, quisiera contribuir con estas líneas al homenaje debido a la memoria de un compañero cuya valía nadie puede discutir.

Conocí a José María Chico una tarde de verano del año 1958, presentándomelo un compañero de oposiciones que había comenzado a preparar con él. Llegué algo desconfiado por el hecho de que José María no era Notario ni Registrador, pese a los elogios de nuestro común amigo. Confieso que me impresionó favorablemente desde el primer momento y comencé a preparar con él. Era un preparador atípico que, después de oír los temas y hechas las oportunas observaciones, te acompañaba algunas veces a tomar una copa. Seguí durante cuatro años, en los que él aprobó Registros y se convirtió, como decía, en «listo oficial». Tras algunos contratiempos en mis oposiciones, siempre animado por sus consejos, aprobé yo también y comencé a sustituirle en las clases, cuando él tenía que cumplir con sus obligaciones profesionales, ya que yo era un simple aspirante.

Más tarde inicié mis clases como preparador independiente y lo sustituí, junto con Luis Planas, en la academia cuando le llegó el infarto, que lo apartó definitivamente de su tarea de preparador. Desde el primer momento de ayudarle en las clases, me convirtió en colaborador suyo en publicaciones para oposiciones tales como los «Temas de Derecho Administrativo y Procesal», los «Temas de Derecho Fiscal» y los más conocidos «Temas de Derecho Notarial», todos ellos para el programa de registros. Puedo decir que estos últimos no se han reeditado por mi falta de colaboración, a pesar de su insistencia en que lo hiciéramos.

Años más tarde le seguí, con un grupo de compañeros, en algunos viajes a América. En el «Libro homenaje a José María Chico», publicado hace un par de años, hice un resumen detallado de esos viajes y de los demás que realizó José María a Hispanoamérica. Puedo afirmar, como testigo que fui, que en aquellos países Chico era recibido como un verdadero Maestro del Derecho Hipotecario, reconocido como tal por todos Page 1998 los especialistas de la materia. Uno de ellos dijo, en un centro universitario, que el conferenciante era «Chico» por su apellido, pero «Grande» por sus conocimientos. Son muchos los amigos que allí conservó y que han mostrado, directamente, su dolor por la noticia de su desaparición.

Nuestra amistad ha perdurado hasta su muerte, consolidándose en las tertulias...

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