Las actuaciones en el ámbito Internacional

AutorRosa Mª Satorras Fioretti
Cargo del AutorProfesora titular de Derecho Eclesiástico del Estado, Universidad de Barcelona
Páginas67-83

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1. El «global compact» de naciones unidas
1.1. El «Pacto mundial»

La sociedad lleva85 ya algunos años cuestionándose los beneficios y problemas añadidos que puede suponer el proceso de paulatina globalización de la comunidad mundial en el que nos hallamos inmersos y que ya no tiene vuelta atrás. Es cierto que en muchos aspectos la globalización es muy positiva, pero no lo es menos, como ya he dicho en varias ocasiones, que lo es sólo en determinados ámbitos y para algunos, que precisamente son los que con toda seguridad menos lo necesitan. Esta situación ha llevado a cuestionarse por parte de amplios sectores qué elementos correctivos debemos introducir en este proceso para paliar los perjuicios, en muchos casos ya ciertos y lacerantes, y en otros aún por venir, que ya resulta evidente que se están produciendo o que se van a producir.

En este contexto general, el 31 de enero de 199986, durante la celebración en Davos (Suiza) del World Economic Forum (Foro Eco-Page 68nómico Mundial), el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, hizo un llamamiento mundial a los líderes empresariales para que se unieran al llamado «Global Compact» o «Pacto Mundial», con el objetivo de "promover la creación de una ciudadanía corporativa global87, que permita la conciliación de los intereses y procesos de la actividad empresarial con los valores y demandas de la sociedad civil, así como con los proyectos de la ONU, organizaciones internacionales sectoriales, sindicatos y ONG"88. Se trataba de lograr entre todos el compromiso serio de modular la actividad empresarial a partir de los principios y objetivos de Naciones Unidas, y, por ende, de la sociedad laboral y civil.

La idea es la creación de un mínimo común ético de actuación respetado por todas las empresas del mundo y la sociedad civil y laboral, aunadas por las propias agencias de Naciones Unidas en aras de la asunción y mantenimiento de determinados principios rectores de su actividad con base en los derechos irrenunciables afirmados en tres Declaraciones internacionales de referencia y ámbito global, como son la Declaración Universal de los Derechos Humanos89, la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo90 y la Declaración de Río sobrePage 69 Desarrollo y Medio Ambiente91; asumiendo estas tres Declaraciones, se Page 70 garantizarían los derechos humanos, laborales, medioambientales y la lucha contra la corrupción. Si se logra que Estados, empresas y entidades firmen este Pacto de mínimos, se estaría elaborando un compromiso ético común mínimo y válido para todos.

El fin último que persigue el Pacto Mundial de Naciones Unidas es la creación de una «ciudadanía corporativa global», que permita la conciliación de los intereses y procesos de la actividad empresarial, con los valores y demandas de la sociedad civil, así como con los proyectos de la ONU, Organizaciones Internacionales sectoriales, sindicatos y ONGs. Se trata de reconocer que existen en la sociedad globalizada unos intereses que están por encima de los de las meras empresas, por grandes o pequeñas que sean, que son los intereses de la sociedad internacional, de la ciudadanía global, del hombre. Estos intereses son supranacionales, son globales, y giran en torno a la justicia social, a los derechos humanos y a la sostenibilidad del planeta. La idea clave de la que se parte es que el beneficio empresarial, por muy legítimo que sea, no puede pasar por delante del beneficio de la Humanidad.

De esta manera, la tendencia empresarial hacia la responsabilidad social corporativa, que hemos comentado que surgía con fuerza a nivel mundial, se ha podido concretar en un marco legal, aunque no vinculante, sino por el momento voluntario, que permite que aquélla sensibilidad particular de las empresas y general de la sociedad permita gestionarsePage 71 en el ámbito de la responsabilidad de la empresa en un entorno global y con unos valores éticos universales. El Pacto Mundial, inspirado en principios, derechos y valores internacionalmente aceptados surge como guía y orientación a las empresas que quieren ser socialmente responsables, pero que no tienen un marco general en el que basarse. Además de serles útil internamente a las empresas para fijar los principios de actuación ética que deben seguir si quieren inscribirse en la tendencia general, les sirve externamente para poder volcar sus resultados hacia la sociedad de una manera medianamente uniforme, sin tener que inventar cada cual sus propias estrategias, principios y valores. Es una orientación válida para todos los que desean un desarrollo sostenible y una conducta éticamente correcta a nivel universal.

Esta filosofía de base se concretó en un instrumento jurídico de libre adscripción por parte de las empresas, organizaciones, Estados y entidades, cuyo objeto es el compromiso voluntario pero firme de implantación de ciertas líneas de actuación concretadas en diez principios92 que fundamentan las estrategias a seguir en las operaciones comerciales. En él no se fijan normas legales de conducta para las entidades firmantes, ni se controlan sus resultados; de lo que se trata más bien es de la toma de conciencia de dichos firmantes y la asunción de la responsabilidad de llevar a cabo un proyecto común global que a todos interesa.

A lo que se comprometen solamente es a dar explicaciones del progreso que van logrando en la implantación de los diez principios. Esto se hará a través de la elaboración de los llamados «Informes de Progreso», que consisten en las justificaciones y aclaraciones que cada cual estime oportuno en la evolución de su implantación, destinado al conocimiento social general que se adquiere a través de la publicidad y la transparencia.

El funcionamiento del Pacto es el de una red integrada de trabajo en la que las compañías participantes, la ONU, sus organizaciones secto-Page 72riales (Organización Internacional del Trabajo -OIT-, la United Nations Conference on Trade and Development -UNCTAD-, la Agencia de la ONU para los Refugiados -ACNUR-,...), las ONGs globales (Amnistía Internacional -AI-, Human Rights Watch -HRW-, World Wide Fund for Nature -WWF...) y las uniones sindicales internacionales (Internacional Confederation of Free Trade Unions -ICFTU-, Union Network Internacional -UNI-, Trade Union Advisory Comité -TUAC ), promueven conjuntamente los objetivos y Principios en él establecidos, en torno a cuatro componentes o instrumentos principales93, que marcan el estilo de trabajo y las actividades que llevan a cabo las entidades adheridas al mismo:

  1. desarrollo de iniciativas conjuntas para la promoción de buenas prácticas empresariales;

  2. creación de foros de diálogo y redes de colaboración entre el mercado y la sociedad en las materias objeto del Pacto;

  3. promoción de un foro activo de educación y aprendizaje para promulgar estos valores entre la comunidad educativa, así como estudios de casos e iniciativas piloto de implementación de los Principios;

  4. creación de redes y plataformas locales y nacionales que permitan el aprendizaje mutuo entre empresas, así como dar respuesta a las necesidades e intereses específicos de cada comunidad empresarial en su progreso hacia la implantación de los diez Principios.

Todas estas actividades son guiadas de forma global desde la Oficina de Naciones Unidas de Nueva York para el Global Compact, y de ma-Page 73nera concreta por multitud de redes locales94 que, a lo largo del tiempo han ido dinamizando y homogeneizando el proceso común mundial.

1.2. Los diez principios

Ya se ha comentado que en la actualidad el Pacto Mundial de Naciones Unidas comprende la asunción de diez principios distintos, lo que no significa -ni mucho menos- tenerlos ya logrados, sino proponerse conseguirlos en un lapso de tiempo razonable y realista. Las instituciones firmantes del Pacto se comprometen a irlos implantando de manera gradual pero firme, convirtiéndolos a su vez en una parte importante de su estrategia operativa empresarial.

Los mencionados diez principios se establecen en primer término como grandes temas a tratar, y después se concretarán y detallarán en concreto; sus enunciados son los siguientes:

Principio uno: Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales, reconocidos internacionalmente, dentro de su ámbito de influencia.

Principio dos: Las empresas deben asegurarse de que sus redes de empresas no son cómplices en la vulneración de los derechos humanos.

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Principio tres: Las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva.

Principio cuatro: Las empresas deben apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción.

Principio cinco: Las empresas deben apoyar la erradicación del trabajo infantil.

Principio seis: Las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación.

Principio siete: Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente.

Principio ocho: Las empresas deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental.

Principio nueve: Las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

Principio diez: Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas extorsión y soborno.

Hay que hacer notar que, aunque la anterior enumeración de principios parece vaga y programática, el Pacto Mundial desarrolla claramente cada uno de ellos en unas líneas de actuación nada difusas, sino realmente directas para lograr la consecución de cada uno de los objetivos enunciados95 en...

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