La actividad humana en el ciclo hidrológico del agua

AutorJorge González González
Cargo del AutorDoctor en Derecho
Páginas19-22

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El ser humano necesita disponer de agua de una cierta calidad y en un momento y lugar determinados. Para ello desde siempre ha ideado y perfeccionado una serie de sistemas que conforman el ciclo integral del agua, que comprende varios procesos.

Uno de los procesos más importantes es la extracción6. Se estima que en la tierra las aguas subterráneas son cien veces más abundantes que las super-iciales, exceptuando los casquetes polares. Sin embargo, más de la mitad de esas aguas están por debajo de los ochocientos metros de profundidad y, por tanto, no es posible utilizarlas para cubrir las demandas existentes7.

En su continua lucha por compensar las variaciones naturales de disponibilidad del agua dulce, los seres humanos han desarrollado también sistemas para obtener agua potable de nuevas fuentes8.

Estas aguas de subsuelo se aprovechan cuando luyen a la supericie de forma natural a través de manantiales o fuentes, o deben extraerse del terreno. Para ello se utilizan pozos, que son excavaciones verticales en el terreno que acceden hasta los acuíferos mediante las que se puede bombear el agua al exterior. La extracción es más o menos costosa dependiendo de varios factores, entre los que destaca la dureza del terreno que perforar, otras características geológicas y la profundidad de la zona superior del acuífero, pero a menudo requieren energía para bombear el agua hasta la supericie.

Con frecuencia, a pesar de los avances tecnológicos, las aguas subterráneas no pueden extraerse del terreno o hacerlo resulta muy costoso. Además, la explotación de los acuíferos debe ser acorde con su capacidad natural de recarga, de manera que nunca se extraiga el recurso a un ritmo

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superior al que el ciclo natural necesita para restablecerlo, aunque la tecnología moderna lo permita. Si este principio no se respeta, el resultado es el fenómeno de la sobreexplotación de las aguas subterráneas, que es el caso de los acuíferos costeros, puede provocar, además de una bajada de su nivel, que penetre agua del mar y lo salinice, «intrusión marina»9.

Técnicamente resulta muy difícil solucionar estos efectos, cuando no imposible, y, de no conseguirlo, los acuíferos afectados pueden quedar inutilizados a medio y largo plazo.

También las aguas supericiales de los ríos y lagos se extraen mediante derivaciones, como canales o bombeos. Al igual que en los acuíferos, si extraemos más de lo que el ciclo natural es capaz de reponer, estamos sobreexplotando este recurso.

La desalación del agua del mar es otro sistema que también permite obtener agua potable a partir del agua de mar, y tiene, como todos, sus ventajas y sus inconvenientes. Actualmente, el proceso más empleado para desalar agua marina y transformarla en dulce potable es la ósmosis inversa10. Este tratamiento se aplica en instalaciones desaladoras de agua de mar (IDAM), siempre localizadas en zonas cercanas a la costa.

El agua procedente de las IDAM, debido al tratamiento que recibe, tiene calidad de potable, incluso mejor que la resultante de las...

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