La actividad administrativa en la monarquía (754 - 509 a.C.)

AutorCarlos Varela Gil
Páginas37-57

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A principios del primer milenio a.C. Italia central fue ocupada por pobladores latinos de origen indoeuropeo que vivían, gracias al pastoreo y a una elemental agricultura, en pequeñas circunscripciones territoriales independientes (pagi)8. Pronto, estas poblaciones se unirían entre sí a través de federaciones de carácter religioso y defensivo y una de ellas, la del Septimontium, dio origen a la futura Roma9. Page 38

Tal como indica la tradición10, la ciudad surgió a través de un acto fundacional en el año 754 a.C.11. Sin embargo, si atendemos a los restos arqueológicos de los primeros asentamientos humanos en la zona, no podemos sostener firmemente que su origen se produjera en una fecha claramente definida; por el contrario, este tipo de fuentes apuntan a que su nacimiento fue fruto de un lento proceso de integración que, a mediados del s.VIII a.C., se forjó entre las distintas poblaciones tiberinas12. Los latinos que habitaban estas colinas sentirían la necesidad de entablar relaciones entre sí, de unirse frente a los peligros externos que les amenazaban y con este propósito formaron una federación de base gentilicia con fi nes militares y religiosos13. En ella, cada individuo estaba integrado en una familia y ésta, a su vez, en una gens dirigida por un pater; los patres de cada una de las gentes se reunían en el senado para discutir los problemas de seguridad y culto que afectaban a toda la comunidad. Posteriormente, la necesidad de ejecutar los mandatos senatoriales determinaría la aparición del rex, una persona aceptada por el grupo a la que se le encargaba la dirección militar y religiosa de la federación. Asimismo, es posible que, ya desde los primeros siglos de la ciudad, el individuo -y no el grupo gentilicio- tuviera algún tipo de participación política en la comunidad ciudadana a través de las asambleas populares14.

Sin embargo, no fue hasta la dominación etrusca cuando la pequeña federación empieza a transformarse en una verdadera comunidad. La posición estratégica de Roma, situada a poco más de veinte kilómetros de la desembocadura del Tíber y en un lugar en el que era Page 39 fácilmente vadeable, pronto la convirtió en encrucijada de caminos y paso obligado para el naciente comercio entre la Etruria y la Campania. Esta privilegiada situación geográfica despertó el interés del pueblo etrusco15 y su más avanzada civilización terminó conquistando la ciudad y estableciendo los elementos fundamentales de su futura organización política. La antigua urbs paulatinamente fue dejando paso a la civitas, una organización política distinta en la que el origen del poder soberano residía en la comunidad y no en los distintos grupos precívicos que constituyeron la federación. De este modo, se redujo la infl uencia de las gentes en el ámbito público, se reforzó el poder del rex y se ordenaron las asambleas populares y el ejército16.

Por lo que se refi ere a la actividad administrativa, su desarrollo durante el periodo monárquico fue limitado. Consistiría principalmente en una básica defensa militar, en la organización del culto religioso y en el desarrollo de las más elementales cuestiones civiles. Todo ello se realizaba a través de una estructura personal no menos rudimentaria, en la que la mayor parte de las funciones y servicios públicos se ejecutarían mediante trabajos forzosos impuestos a la ciudadanía y sin una estructura claramente organizada, tanto en el ámbito castrense como, sobre todo, en la Administración civil.

A continuación nuestro estudio se centrará en esta actividad administrativa distinguiendo tres apartados: su ámbito; el personal puesto a su servicio; y los principios en los que se basó su organización. Page 40

A El ámbito de la actividad administrativa

Como hemos visto, la Monarquía romana transcurrió entre dos etapas notoriamente distintas: la latina y la etrusca. Durante la primera, la ciudad estaría formada por un grupo de pequeñas aldeas federadas que se habían unido fundamentalmente por razones defensivas y religiosas. Por tanto, las principales funciones administrativas desarrolladas en este período se encaminarían a garantizar la seguridad militar (constitución de un ejército común y levantamiento de elementales fortifi caciones defensivas) y a conseguir una administración del culto unitaria (creación de colegios sacerdotales y edificación de templos dedicados a los principales dioses). En una segunda etapa, durante la dominación etrusca, la primitiva ciudad federada experimenta un cambio decisivo que la lleva a convertirse en uno de los asentamientos mediterráneos más importantes de la antigüedad17. La estratégica ubicación en la que estaba asentada la convirtió en uno de los principales centros económicos de Italia y, como consecuencia de ello, su población se incrementó considerablemente. Este hecho hizo necesario que, además de una mínima estructura militar y religiosa, la ciudad garantizase un cierto orden civil y unas primarias infraestructuras públicas que fomentaran la seguridad y el bienestar de sus habitantes.

1) La actividad militar

La salvaguarda de la ciudad, así como la de sus campos de cultivo limítrofes, fue fundamental para la subsistencia de la Roma Page 41 primitiva18. Por tanto, desde un primer momento, el Estado trató de garantizar su seguridad a través de dos vías: el ejército19 y las construcciones defensivas (empalizadas de tierra y maderas -primero- y murallas de piedra -después-20).

Durante la mayor parte de la Monarquía, la defensa militar se organizó en torno a un ejército de base gentilicia formado por unos 3.300 soldados. Según la tradición, cuando el rey llamaba a las armas, cada una de las treinta curias que formaban la ciudad aportaba a la tropa una centuria de infantes y una decuria de jinetes hasta componer un regimiento de 3.000 soldados de infantería (1.000 por cada tribu) y 300 de caballería (100 por tribu) comandados, bajo la dirección del monarca, por tribuni militum y tribuni equitum21. Posteriormente, hacia finales de la Monarquía o principios de la República se reformó la organización militar precedente debido a la introducción de la táctica hoplítica22, en la que el soldado de infantería, fuerte- Page 42 mente armado, se convirtió en el elemento principal del ejército23. A partir de entonces, la legión se organiza a modo de falange dórica y, conducida por el rex y su asistente -el magister equitum-, estaría formada por alrededor de 42 centurias (unos 4.200 soldados agrupados en fi las compactas, de entre los cuales los 3.000 primeros eran hoplitas -totalmente armados- y los 1.200 últimos, velites -armados a la ligera-). Además, a ellas parece que se le sumaron 300 soldados a caballo24.

2) La actividad civil

Aparte de la defensa militar, la Administración romana también se encargó de la realización de actividades eminentemente civiles: mantenimiento de un elemental orden público, ejercicio de una jurisdicción básica, realización de ciertas obras dirigidas a la comunidad y creación de un sistema tributario primario que le permitiera afrontar los incipientes gastos que empezaban a ser asumidos por la ciudad25.

a) Mantenimiento del orden público y ejercicio de la jurisdicción

Además de implantar un ejército capaz de combatir los ataques de los pueblos enemigos, Roma necesitó garantizar la seguridad y pacífica convivencia de sus ciudadanos. Así, posiblemente desde un primer momento, el rex (o en su ausencia, el praefectus urbi) sería el encargado de velar por el cumplimiento del orden público y por el respeto de la paz social, mientras que los confl ictos vecinales se dirimirían dentro del ámbito privado. Sin embargo, las conductas incívicas producidas en la comunidad no sólo atentaban contra las víc Page 43 timas que las sufrían, sino que además ofendían la paz que debía reinar en las relaciones de los hombres con los dioses, pudiendo crear una cierta alarma social26. Por este motivo, así como para limitar los riesgos de la autodefensa, pronto se hizo necesario que fuera la comunidad, y no el individuo o su clan familiar, la que fi nalmente terminara asumiendo gran parte de la competencia jurisdiccional, tanto en el ámbito civil (colegio pontifi cal)27 como en los ilícitos penales más graves (duoviri perduellionis y quaestores parricidii)28.

b) Obras y servicios públicos

El progresivo crecimiento de la ciudad fomentó la construcción de diversas obras públicas que, especialmente a partir del dominio etrusco, fueron conformando la primitiva civitas. En el ámbito civil, espoleada por la bonanza económica derivada del desarrollo comercial, se iniciaría en Roma la construcción de la Cloaca Máxima29 y el drenaje de las aguas estancadas30, trabajos encaminados a mejorar las condiciones sanitarias de la urbe. Asimismo, Tito Livio habla de la fundacion de la ciudad de Ostia para facilitar el tráfi co naval31 y del levantamiento de un circo donde se celebrarían los juegos públicos que por aquel entonces se empezaban a organizar en la ciudad32.

Las obras públicas fueron probablemente dirigidas por el rex (o en su defecto, por el praefectus urbi) y su ejecución se llevaría a Page 44 cabo bien a través de cargas obligatorias y gratuitas impuestas a los ciudadanos (munera)33, bien por medio de la contratación con particulares34. Page 45

c) Administración fi nanciera

El carácter agrícola y pastoril de la sencilla economía gentilicia y su elemental organización social conformó una organización fi nanciera rudimentaria que se nutría fundamentalmente de las multas que, in natura, imponía la comunidad a sus ciudadanos y de los bienes procedentes de los...

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