Antecedentes para un acercamiento a las instituciones dotacionales

AutorJuan Luis Moreno Lopez
Cargo del AutorUniversidad de Granada
Páginas29-78
1. La necesidad como presupuesto conceptual

Ya desde Aristóteles 1, los planteamientos teóricos para abstraer la realidad cognoscible de la Ciudad se plantean en términos de las necesidades del hombre en sociedad y la forma adecuada para su plena satisfacción, sobre todo 2.

Precisamente para un análisis de dotaciones y equipamientos debemos de retrotraernos inevitablemente a su antecedente inmediato: la necesidad. Indudablemente este planteamiento teórico puede tener una serie de lecturas de diversa índole; la más interesante de ellas es la ideológica. Según ésta 3, la política de equipamientos posee un componente represor que funciona de forma Page 30 específica en cada modalidad de equipamiento de manera normalizadora y unificante, afectando tanto la educación, como la sanidad o incluso el deporte. La conclusión final de este punto de vista es la «unificación conceptual del espacio y de la sociedad que oculta las diferencias existentes» entre los miembros de la sociedad 4. Yendo aún más allá, puede presuponerse que las posibilidades de promoción social se encuentran directamente relacionadas con los equipamientos, de tal forma que los sujetos que posean un mayor grado de accesibilidad a dichos equipamientos (los mejores colegios, los más importantes eventos culturales, etc.) superarán las barreras sociales que no les permiten prosperar 5. Obviamente este planteamiento precisa un marco espacial concreto, la gran ciudad, para que posea mayores visos de certidumbre. Pese a ello, personalmente no creemos que la relevancia del equipamiento social sea tanta; es cierto que los usuarios de determinadas instalaciones pueden distinguirse por poseer un determinado estatus social, pero de ahí a concluir que dicho estatus sea consecuencia de la utilización de dichos equipamientos existe una larga distancia marcada por concretar cuál es la causa y cual la consecuencia.

Ciertamente estos puntos de vista, novedosos en su momento (como todo lo relativo al estudio de la Ciudad en los años setenta), ha de ser interpretado en el contexto propio de la sociedad de la época, especialmente represiva en cuanto a lo ideológico. El propio ambiente social provocaba que la explicación esencial del equipamiento fuese la de bien de consumo o bien de producción, dependiendo de la ubicación de sus usuarios y la justificación de su existencia. Para el panorama actual la situación puede ser diferente, aunque quizá no tanto 6. Page 31

La vida cotidiana en la Ciudad está marcada por las peculiaridades propias del espacio que, con la misma fuerza que un escenario irradia sobre sus actores, condiciona inevitablemente nuestros movimientos. Esta obviedad es esencial para permitirnos asimilar que la Ciudad es una realidad algo peculiar: el entorno urbano se caracteriza por provocar en el ámbito humano no sólo necesidades 7, sino que pese a esa aparente y criticable actitud nada puede salvarnos ante esa necesidad frustrante sino la propia Ciudad, con sus criticables comportamientos, sus imperfecciones y demás aspectos negativos; es la única realidad (incluso circunstancia) que puede facilitarnos la satisfacción.

a ciudad es la expresión de lo colectivo. Ello nos conduce, si tenemos en cuenta lo anterior, a que, inevitablemente, la necesidad individual sólo tendrá una satisfacción desde lo colectivo 8, en el ámbito urbano. Será, por eso, el espacio colectivo el objeto de Page 32 nuestro estudio. No obstante no podemos marginar la idea de que no todas las necesidades que se plantean en el ámbito urbano poseen satisfacción desde lo colectivo. Esta doble posibilidad sólo nos conduciría a plantearnos el concepto de necesidad urbana desde perspectivas pretendidamente intrincadas y seudo-filosóficas, que unicamente redundarían en alejarnos de nuestro propósito. Concluyamos, pues, que las únicas necesidades que nos interesa considerar serán las colectivas en el ámbito urbano.

Si alguna realidad urbanística, alguna figura del ámbito jurídico urbanístico, se encuentra directamente vinculada con las satisfacción de las necesidades sociales del individuo es, precisamente, el equipamiento colectivo.

Puede comprobarse cómo incluso en el ámbito de las necesidades urbanas la evolución histórica ha operado de forma que el transcurso del tiempo ha procurado su satisfacción plena. Así, no es raro percatarse de que los grandes lujos de antaño son hoy necesidades básicas que los servicios mínimos de un municipio proporcionan sin gran dificultad. Quizá, gracias a este proceso histórico, en el futuro, los equipamientos sufran un proceso similar.

La explicación de la dinámica para la satisfacción de necesidades ha sido objeto de estudio por el funcionalismo, en base al planteamiento según el cual la relación entre la necesidad y su satisfacción ha de verificarse en un estado ideal, de forma que toda necesidad habrá de encontrar en el marco urbano una satisfacción plena. Ciertamente aunque este planteamiento teórico puede ser objeto de discusión 9, no nos cabe la menor duda de que en el marco ideal de lo inalcanzable esa sería la situación deseable; tanto es así, que, como venimos manteniendo, esa es la política Page 33 de equipamientos en el ordenamiento jurídico-urbanístico nacional y extranjero.

A la hora de analizar el equipamiento, es importante considerar que existen ciertas variaciones en su esencia relacionadas con las características de los sujetos de los que se predican las necesidades que le sirven de antecedente. Algunos sociólogos hablan por ejemplo de clases sociales 10para diferenciar el planteamiento teórico de los equipamientos. Ejemplo clásico de esta visión es el análisis del equipamiento sanitario en cuanto a la diferenciación de uso de la infraestructura sanitaria pública en relación con la privada. Quizá más claro sea el distingo en base a la edad o incluso al sexo. Traspasando los umbrales de la pura diferenciación humana, no podemos olvidar referirnos a la magnitud temporal como medio de expresión diferencial de necesidades urbanas: las necesidades que se generan en la vida cotidiana suelen ser diferentes de las que se generan en períodos vacacionales, fines de semana, etc. En base a esta teoría, la planificación de los equipamientos debe realizarse teniendo en cuenta las necesidades del sector de población al que van a servir. Pese a que esta perspectiva posee una obviedad insultante, suele olvidarse que el espacio no es homogéneo y que su consideración desde la perspectiva urbanística se encuentra en función de los usuarios de ese mismo espacio. No obstante debemos interpretar igualmente que en las ciudades medias este tipo de diferenciaciones nos son tan Page 34 claras como en las grandes ciudades, sujetas a otro tipo imperativos espaciales.

Quizá uno de los mayores problemas para los hacedores del urbanismo, para la Administración, sea saber y conocer qué necesidades requieren actuación inmediata por parte de los planificadores. La única solución ante este problema será precisamente la articulación de procesos para incardinar la participación ciudadana hacia la determinación de las necesidades de los usuarios de la Ciudad. 11

En la evolución del mercado de necesidades, las últimas tendencias se encuentran vinculadas con la teoría del sistema de ciudades 12, esa antigua teoría debida a Pred 13y fundamentada en la teoría general de sistemas y el estructuralismo. Para estos casos, como señala Mangada 14, «la ciudad, la gran ciudad, se convierte en una cuestión de estado». Es inevitable en este caso deslindar de este tipo de actuaciones los equipamientos y las infraestructuras que se acercan en este ámbito urbanístico de especial forma, hasta la confusión. En nuestro pais, el ejemplo palpable de esta nueva forma de interpretar la necesidad puede ser el Plan Nacional de Infraestructuras 15, aquel instrumento de programación política nacido del último gobierno socialista.

Este especial modalidad de optimismo urbanístico, típico de etapas de esplendor económico, posee el envez, como antítesis dialéctica para el conocimiento de la realidad verdadera, en el Page 35 problema de la necesidad. En España este tipo de planteamientos urbanísticos parecen haber terminado con el esplendor económico estructural de 1992. Parece evidente que la práctica totalidad de las ciudades poseen grandes deficiencias en materia urbanística precisamente porque las necesidades básicas de sus habitantes siguen sin alcanzar satisfacción plena. En la gran Ciudad, las diferencias, en materia de necesidades y satisfacción, entre unos y otros habitantes son tan grandes como la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR