Las mujeres británicas ante los cambios constitucionales en el Reino Unido, 1828-1832

AutorDaniel Yépez Piedra
CargoUniversidad Autónoma de Barcelona
Páginas415-444
Historia Constitucional, n. 15, 2014. http://www.historiaconstitucional.com, págs. 415-444
LAS MUJERES BRITÁNICAS ANTE LOS CAMBIOS
CONSTITUCIONALES EN EL REINO UNIDO, 1828-1832
BRITISH WOMEN BEFORE THE CONSTITUTIONAL
CHANGES IN UNITED KINGDOM, 1828-1832
Daniel Yépez Piedra
Universidad Autónoma de Barcelona
SUMARIO: I LA INTERVENCIÓN FEMENINA EN EL CAMPO POLÍTICO. - II.
LA DEROGACIÓN DE LAS DISCRIMINACIONES POR MOTIVOS
RELIGIOSOS.- III. LA REFORMA PARLAMENTARIA DE 1832.- IV.
CONCLUSIONES.
Resumen: La estabilidad del sistema político británico fue puesta en cuestión
por una serie de reivindicaciones, que exigían cambios constitucionales
profundos. Estos cambios supusieron una revisión de la relación íntima entre
Estado e Iglesia anglicana y de las reglas políticas que regían ese Estado. Ante
todos esos cambios, algunas mujeres británicas participaron en las campañas
que llevaron a su aprobación y se movilizaron a favor y en contra de esos
cambios.
Abstract: The stability of the British political system was challenged by a
number of claims, which demanded profound constitutional changes. These
changes involved a review of the intimate relationship between state and the
Anglican Church, and the political principles which ruled his State. Given all
these changes, some British women participated in the campaigns that led to
their approval and they mobilized themselves for and against these changes.
Palabras clave: Mujeres en política, Reino Unido, Constitución británica,
Emancipación de los católicos, Great Reform Act.
Key words: Women in politics, United Kingdom, British Constitution, Catholic
emancipation, Great Reform Act.
I. LA INTERVENCIÓN FEMENINA EN EL CAMPO POLÍTICO
El sistema político e institucional del Reino Unido, monárquico,
parlamentario y con la creciente responsabilidad ministerial de su gabinete,
suponía un conjunto excepcional en el marco político europeo. A pesar de la
estabilidad de su entramado institucional había toda una serie de
reivindicaciones planteadas por distintos grupos que cuestionaban la
organización constitucional existente, una organización no recogida en un texto
constitucional único sino en una sucesión de leyes que en su conjunto
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formaban este entramado. La reforma electoral y parlamentaria y la derogación
de las leyes que discriminaban a católicos y a los miembros de las Iglesias
disidentes, ejemplifican este cuestionamiento y su adopción final es
interpretada como pasos hacia la consolidación del Estado liberal
decimonónico en el Reino Unido.
Estas reivindicaciones podían ser compartidas por amplias capas de la
población británica y fueron planteadas en el Parlamento en diversas ocasiones
hasta su definitiva aprobación. Todos los sectores sociales y políticos
reaccionaron ante ellos, también las mujeres, interpretando estos cambios
dependiendo de sus propias ideas o de las compartidas por su familia directa
aunque también viviendo en primera persona sus consecuencias. Ese apoyo a
esas causas generales no implicó la desaparición de las reivindicaciones
propias de las mujeres, ya que éstas se explicitaron, aunque no de forma
masiva y en muchas ocasiones las mujeres vieron como esos intereses
particulares quedaban matizados por la necesidad de triunfo de la causa más
general.1 Por lo tanto, las mujeres no se mantuvieron al margen de la agitación
y de los debates que suscitaron el planteamiento de estos cambios, aunque
con un ambiente intelectual que se estaba convirtiendo en predominante y que
iba en contra de esa implicación femenina.
El sistema político británicos permitía, con limitaciones, la discusión
política, y la opinión pública y privada, y su reflejo escrito. Muchas personas,
mujeres incluidas, tuvieron la voluntad de reflejar los acontecimientos diarios y
su influencia sobre sus vidas cotidianas en sus textos personales, en las
memorias, en los diarios y en las cartas, porque la sociedad británica era un
sociedad epistolar. Todos estos textos reflejaban la alfabetización de las clases
medias y sus intereses cultures y humanísticos y que les servía para
diferenciarles de las clases aristocráticas.
Las mujeres, no obstante, vieron sus acciones influidas por un ambiente
fomentado por toda una literatura prescriptiva en la cual se exponían las formas
y los comportamientos adecuados en la sociedad, en especial para ellas. Esta
literatura se convirtió en el mejor ejemplo de la circulación de la doctrina de las
esferas separadas, una pública reservada para lo masculino y otra privada,
reservada para lo familiar y para lo femenino, siendo el hogar la máxima
expresión de esa separación y en lugar donde ellas se podían dedicar por
completo a los quehaceres domésticos. Estos discursos fueron ampliamente
cultivados en esas capas medias británicas, unas capas sociales ampliadas
gracias a los cambios socioeconómicos existentes y en las cuales tuvo mucha
repercusión los discursos evangélicos que preconizaban esta estricta división.
Se convertía en la forma de diferenciarse de las clases aristocráticas a las que
acusaban de llevar una vida trivial y poco recatada y de tener una proyección
pública que habían cultivado a lo largo de las décadas anteriores y se
presentaban como un modelo a seguir para las clases populares,
1 Un ejemplo es el sufragio femenino, apoyado por muchos de los sectores radicales y por
Jeremy Bentham, aunque en su programa radical quedaba más escondido. Contra esta
situación, reaccionaron William Thompson y Anne Wheeler al publicar Appeal on the one-half of
the Human Race, (1825), señalando que este falta de apoyo se convertía en una debilidad del
programa reformista.

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