En los 40 años de la Constitución de 1978: ¿final de etapa o final de trayecto?

AutorJosep M. Vallès i Casadevall
CargoCatedrático Emérito de Ciencia Política y Administración de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Conseller de Justicia (2003-2006)
Páginas23-32
LA NOTARIA | | 2/2018 23
En los 40 años de la Constitución de 1978:
¿final de etapa o final de trayecto?
Una notable característica distingue al
código político de 1978: es la Constitución
de vigencia más prolongada en la historia
española. Como es sabido, únicamente la
Constitución de 1876 sobrevivió unos años
más, pero solo en apariencia: la frecuente
declaración del estado de guerra con sus-
pensión de garantías constitucionales dio
lugar a una sucesión de paréntesis más
o menos prolongados en su vigencia y le
restó continuidad efectiva. Por lo demás, el
texto de 1978 se ha mantenido casi intacto
durante estos cuarenta años de vigencia. A
diferencia de otras constituciones europeas
reformadas a lo largo de su historia, en el
caso español únicamente han prosperado
dos enmiendas planteadas a instancias de
la UE: la primera de menor cuantía, la se-
gunda de impacto político mucho más sus-
tantivo, como se verá más adelante.
Sin embargo, en época reciente han
abundado las llamadas a la reforma consti-
tucional e incluso a iniciar un nuevo pro-
ceso constituyente. Algunas encuestas
revelan la existencia de una mayoría de
la opinión pública favorable a la reforma.
Parece como si la funcionalidad política del
texto se hubiera degradado. ¿Cómo se jus-
tican estas llamadas a la reforma? ¿En qué
medida ha dejado de ser un instrumento
sucientemente válido para regular los
conictos que experimenta toda sociedad
compleja? Las notas que siguen se pro-
ponen responder a estas preguntas con
una aproximación que debe desbordar el
tratamiento estrictamente jurídico para
situarse en el terreno del análisis politológi-
co. Para ello, se recordará primero lo que se
propusieron los constituyentes de 1978 en
el difícil tránsito de la dictadura franquista
a un régimen constitucional de corte li-
beral-democrático. A continuación, se evalua-
rá hasta qué punto se han alcanzado aquel-
los objetivos y en qué grado se ha visto
afectada la legitimidad del sistema político.
Finalmente y como conclusión, se conside-
rará si una eventual reforma constitucional
puede señalar un nal de etapa en la histo-
ria de la Constitución actual. O si la invia-
bilidad de una reforma obliga a prepararse
para declarar el nal del trayecto iniciado
en 1978 (1).
Un Estado social y democrático
de derecho
El singular proceso constituyente de
1976-1978 tenía como objetivo funda-
mental sustituir la dictadura personalista
del general Franco por un sistema político
homologable al modelo vigente entonces
en Europa occidental. Se ha escrito mucho
sobre aquel proceso de transición que se
desarrolló en dos etapas: primero, la que
enfrentó al núcleo duro del franquismo
con los sectores reformistas del propio ré-
gimen y, a continuación, la que confrontó a
estos sectores reformistas con la oposición
Josep M. Vallès i Casadevall
Catedrático Emérito de Ciencia Política y Administración
de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Conseller de Justicia (2003-2006)
3/2015

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