Introducción

AutorJuan Calvo Vérgez
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Financiero y Tributario, Universidad de Extremadura
Páginas17-33
I. INTRODUCCIÓN
Sin lugar a dudas constituye un hecho innegable que, a lo largo de estos
últimos años, se han venido incrementado las diversas experiencias de par-
ticipación ciudadana emprendidas por las distintas Administraciones, así
como las condiciones legislativas destinadas a modificar la propia Admi-
nistración, teniendo en consideración los cambios sociales operados. Más
allá de los alcances prácticos derivados de este conjunto de experiencias, así
como de los marcos legislativos desarrollados, cabe subrayar la existencia
de un cambio de tendencia cualitativo respecto al diseño institucional del
llamado régimen democrático, especialmente en el ámbito local.
Con carácter general este conjunto de cambios a que nos referimos
vienen precedidos por el surgimiento de una preocupación constante sobre
la progresiva desafección de la ciudadanía hacia lo público. Desde nuestro
punto de vista, se trata de una tendencia representativa del surgimiento de
un cambio de cultura política que demanda el establecimiento de nuevas
formas de participación política. En otras palabras, la puesta en funcio-
namiento de nuevos instrumentos de participación plantea un escenario
social y político diferente en el que no se privilegia la actuación de grupos
corporativos. Dicho escenario vincula la participación a procesos de toma
de decisión que suponen una vía distinta a los mecanismos habitualmente
implementados al efecto. Esto es precisamente lo que ha sucedido en el caso
de los llamados Presupuestos Participativos.
Juan Calvo Vérgez
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¿Qué límites presentan estos nuevos instrumentos? ¿Cuál es el alcance
de su actual desarrollo? Ciertamente las experiencias existentes hasta la
fecha, por lo que al ámbito del Estado español se refiere, no han sido todo
lo numerosas que cabría esperar. Sin embargo sus implicaciones resultan
cualitativamente relevantes. Y ello debido a que, en buena medida, la baja
participación existente en determinados grupos organizados y la eventual
disminución de la confianza en la política y en los políticos favorecen la
exploración de nuevas formas de relación social y política en el espacio
público, dentro de las cuales cabría incluir el mecanismo de los Presupues-
tos Participativos.
En Europa, la cuestión relativa a la participación ciudadana lleva pre-
ocupando a los estudiosos de la materia desde hace más de dos décadas.
Incluso cabría aludir a la existencia de diversas reformas legislativas arti-
culadas en este sentido. Es el caso, por ejemplo, de la Ley de la Democracia
de Proximidad, aprobada en Francia por la Asamblea Nacional en 2002,
de la Local Goverment Act, elaborada en el Reino Unido por el gobierno
británico hacia el año 2000, o de la reforma legislativa sobre Dualismo y
Democracia local, articulada en Holanda en el 2002. Dentro de nuestro país
habría que referirse a la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de Medidas para
la Modernización del Gobierno Local.
Todas estas reformas legislativas obedecen a una motivación semejante,
con independencia de que pueda hablarse de la existencia de matizaciones y
de diferencias singulares. En la mayoría de los casos la justificación de los
legisladores converge en la necesidad de dotar de mayor protagonismo a la
ciudadanía en la gestión pública debido al bajo desempeño en el que pueden
llegar a incurrir las instituciones públicas, así como a los bajos niveles de
participación pública que pueden llegar a registrarse, a la disminución rela-
tiva de la afiliación a organizaciones sociales y políticas, al estancamiento y
eventual disminución de la participación electoral, a la escasa confianza en
los partidos políticos, en los representantes políticos y en las instituciones
públicas en general, etc.
Nos hallamos pues ante un conjunto de reformas destinadas a modificar
en determinados aspectos las relaciones existentes entre las Administraciones
locales y la ciudadanía, proponiendo la adopción de nuevos mecanismos de
relación entre los gobernados y los gobernantes mediante el empleo de diver-

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