Presentación
| Autor | Juan Antonio Toro Peña |
| Cargo del Autor | Magistrado Juez de Instrucción, Doctor en Derecho |
| Páginas | 11-15 |
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Hoy es un día importante para el Magistrado Juan Antonio Toro Peña, que pronunciará en esta venerable institución una conferencia sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas, pero es también, salvando las distancias, una jornada muy particular para mí.
La Real Academia ha aceptado que me encargue de su presentación. Todo un honor, porque se trata de un compañero -si los magistrados jubilados y los que están en activo seguimos siéndolo, como yo creo- con un curriculum poco común, o sea, de una persona destacada dentro de la Carrera o, mejor aún, de una persona ejemplar en el servicio a la Justicia.
Gracias, pues, a la Real Academia y a Juan Antonio Toro. Y empezamos con el "curriculum vitae" de quien es actualmente Magistrado-Juez en el Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid. Me he permitido entresacar solo algunos datos para no robarle íntegramente el tiempo de su conferencia. Lo primero que llama la atención es su progresión vertical. Juan Antonio Toro empezó como auxiliar de la Administración de Justicia allá por 1976. Después fue Oficial y más tarde Secretario judicial. O sea, que se conoce nuestros problemas de abajo a arriba, y al revés.
Estoy seguro de que Juan Antonio se ha considerado desde aquel lejano 1976 como una pieza en el complejo engranaje del Poder Judicial y no, antes de ser Juez, como un funcionario del Poder Ejecutivo, dicho sea con todos los respetos para estos últimos. Yo mismo
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fui Letrado del Ministerio de Justicia y pertenezco actualmente a la Administración Consultiva como Consejero Permanente del Consejo de Estado. No debe oírse en mis palabras la menor crítica a una Administración que, entre otras cosas, cuenta con cuerpos tan prestigios como la Abogacía de Estado o los propios Letrados del Consejo de Estado.
Lo que quiero decir es que todos los funcionarios al servicio del Poder Judicial deben ser piezas genuinas del mismo y no préstamos del Poder Ejecutivo, sea este central, autonómico o municipal. También creo que, por fortuna, así lo entienden los propios funcionarios. El servicio público de la Justicia requiere una independencia difícilmente compatible con las injerencias externas.
El Juez no puede ser una isla rodeado de poder ejecutivo por todas partes, desde los antiguos alguaciles o agentes judiciales hoy pedantemente llamados, según creo, pero no me hagan mucho caso, Cuerpo de Auxilio Judicial, o algo parecido, hasta los Secretarios Judiciales. Ya se sabe la moderna...
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