Prólogo

AutorLuis Martín Rebollo
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Administrativo
Páginas6-9

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1. Si además de la economía hay una cuestión del presente que condiciona nuestro futuro, esa cuestión es la educación. La educación es un elemento esencial en la vida de un país, que plantea, no obstante, el dilema o la pregunta que proponía el recordado Ángel Latorre en su viejo pero aún emblemático libro Universidad y Sociedad (Ariel, Barcelona, 1964). A saber: la cuestión de si la sociedad española está atrasada en muchos aspectos culturales y sociales porque está atrasada la educación o si es más bien el sistema educativo el que está atrasado porque lo está la sociedad a la que sirve, porque, al final, la educación como la justicia, la sanidad o las demás actividades y servicios son siempre un reflejo parcial de toda la sociedad en la que se insertan. Latorre, pues, se decantaba por esta segunda opción (la que estaba atrasada, según él, era la sociedad) no sin reconocer el valor esencial -pero no único- de la educación en la modernización y mejora de esa sociedad.

Yo no tengo tan clara la respuesta y, en todo caso, es una cuestión difícilmente demostrable empíricamente porque no tenemos referentes comparados, pero lo que sí creo que puede afirmarse es que, como elemento determinante o como elemento coadyuvante a otros, la educación es esencial para prefigurar el futuro de las siguientes generaciones y, por tanto, del país. Determinante porque, cuando menos, algo puede «tirar» de la sociedad, algo puede hacer para transformarla, para incidir en la elevación del clima cultural, moral y cívico de la colectividad; algo puede servir, en efecto, en la gran tarea de hacer un pueblo, sabiendo y siendo conscientes todos de que se trata de un proceso lento, que no admite soluciones milagrosas pero que rinde frutos importantes. Una tarea exigente -en tiempo, en medios, en personas- que presupone dedicación y esfuerzo, mucho esfuerzo, pero que, en efecto, es esencial en la apasionante tarea de la modernización y del progreso. En la gran tarea de hacer un pueblo...

En la tarea de hacer un pueblo, sí. En alguna otra ocasión he recordado el lema que aparece en una estatua que hay en París, en el barrio latino, a la entrada del metro Odeón, cerca del emblemático teatro del mismo nombre y casi en el cruce de los también famosos bulevares Saint Michel y Saint Germain. En la base de esa estatua reza este lema que me parece viene de nuevo a cuento para el tema de este libro que tengo el gusto de prologar: «Después del pan, la educación es la mayor necesidad del pueblo» ( Après le pain, l’éducation est le premier besoin du peuple). La estatua está dedicada a uno de los padres de la Revolución, Georges Danton, y recoge unas palabras suyas que expresan una verdad patente. Porque en la tarea de hacer un pueblo, como entre nosotros decía Giner de los Ríos, la educación cumple un papel esencial. No se trata solo de enseñar cosas sino de formar ciudadanos cultos, exigentes, críticos y reivindicativos, celosos guardianes de sus derechos pero no menos cumplidores de sus deberes y obligaciones cívicas y colectivas.

La educación, pues, como un aspecto esencial, el más esencial, quizá, después del pan, en la tarea de hacer un pueblo, de construir una sociedad moderna y avanzada. Pero un aspecto que por muy esencial que sea no es, no puede ser una isla porque, al final, se inserta en un sistema social en el que las estructuras familiares, la televisión, la prensa, la ejemplaridad de las instituciones y la práctica de los diversos servicios públicos enmarcan también el trabajo educativo.

Porque no se trata solamente de «saber» cosas, ni siquiera de adquirir «habilidades», como ahora se dice, sino de «educar», es decir, contribuir a formar ciudadanos cultos, guardianes de sus derechos pero no menos cumplidores de sus deberes y obligaciones cívicas. Porque el sistema educativo, por bueno que sea, no puede ser, como digo, una isla en el conjunto del sistema social. Su papel a la hora de «hacer un pueblo» debe ir acompañado de lo que todos los referentes e indicadores internacionales sugieren, esto es, el conjunto de las estructuras sociales que deben rodear el concreto sistema educativo, de manera que las...

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