Textos y contextos en el despliegue de la libertad

AutorVicente Gómez Mier, OSA; Pilar Roldán Sarmiento, AM
CargoReal Monasterio del Escorial; Real Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas591-636

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I Introducción

El giro renovador del catolicismo, dentro de la época que abrió Juan XXIII en 1960, se ha convertido en un acontecimiento relevante que continúa impulsando transformaciones.

Puede documentarse: antes del giro católico ni los moralistas ni los canonistas dedicaron suficiente atención a la libertad de las conciencias y a la dignidad de la persona.

Hoy las expresiones libertad de conciencia y dignidad de la persona impregnan los códigos y libros de plegaria. Tarea del futuro es que esos vocablos transformen la realidad vivida.

Durante los últimos cincuenta años el cambio efectuado ha contribuido para que millones de seres humanos activaran la libertad responsable de sus conciencias y para que se ampliaran los valores irradiados por la dignidad de la persona humana.

Las religiones que estimulan la responsabilidad y dilatan la dignidad contribuyen a espiritualizar la transparencia de los razonamientos humanos.

Durante siglos el catolicismo ha sido religión de libros: después del giro católico las debilidades de las conciencias en comunicación han empezado a tener más peso que las interpretaciones de los libros antiguos.

Las generaciones de creyentes educados en la segunda mitad del siglo XX testifican la experiencia vivida de que la modernización del catolicismo se ha realizado, esgrimiendo razones antiguas, pero mayoritariamente razones significativas en el mundo de este tiempo.

Las actas del Concilio Vaticano II muestran que fue necesaria una secuencia de borradores para llegar al breve texto, que acabó siendo Dignitatis humanae sobre libertad religiosa. Page 592

Casi medio siglo después se muestra la importancia de esos borradores por la novedad radical de su contenido: entonces contribuyeron a estructurar el Concilio, y en la actualidad señalan los horizontes de las libertades humanas dentro de lo religioso. Un hecho es que al final del 2005 ciudadanos laicos se están manifestando en la Iglesia de España para defender el derecho fundamental de la libertad de expresión.

Pensando en ese nuevo horizonte nos hemos permitido recordar cómo, hace ya cincuenta años, se desplegaron modalidades de las vivencias compartidas entre laicos y creyentes, entre laicos y defensores de las libertades humanas fundamentales.

II El Primer Borrador: De libértate religiosa (19-XI-1963)

Dentro del concilio el primer borrador sobre libertad en lo religioso fue un breve texto, entregado a los padres conciliares en noviembre de 1963 1 .

El texto se titulaba De libertate religiosa, y entró en el aula conciliar como capítulo quinto del esquema sobre Ecumenismo.

En las actas del concilio el documento ocupa cuatro páginas de texto y un largo anexo donde los redactores justificaban la metodología utilizada, con reglas para interpretar documentos promulgados por papas en tiempos pasados.

El texto había sido preparado antes que Juan XXIII publicara la encíclica Pacem in terris 2, pero los redactores declararían que De libertate religiosa se hallaba en acuerdo con Pacem in terris 3 . ¿En total sintonía?

En el anexo a De libertate religiosa aparecían elementos conceptuales no bien acordados con la melodía de Pacem in terris.

Los redactores acumulaban, en el anexo, profusas referencias a un conjunto de cuestiones disputadas: sobre el progreso de las doctrinas católicas, Page 593 sobre criterios para interpretar textos de papas... El anexo a De libertate religiosa contenía el supuesto de atribuir inmutabilidad a doctrinas ordinarias 4 de papas en otras épocas.

Ese supuesto, según y como fuera formulado, podía constituir un obstáculo para la viabilidad del texto sobre libertad en lo religioso. Algunos papas habían condenado las libertades en las sociedades modernas.

Existen diferentes puntos de acceso hacia los temas debatidos. En este caso se había preferido históricamente la vía de la continuidad de las doctrinas. Ahora algunos opinaban que era mejor el enfoque pastoral, no dogmático. Este enfoque sugería evitar el retorno a cuestiones disputadas de la escolástica. ¿No pertenecían a esa clase las especulaciones sobre lo continuo?

Pero en situaciones la elección de acceso viene condicionada también por el entorno. Recurrir en 1963 a la regla de continuidad pudo ser una concesión a los grupos integristas dentro del concilio. Debido a esa concesión, ¿los grupos integristas matizarían sus fijaciones sobre la infalibilidad sin distinciones? Esos grupos se habían mostrado muy exigentes y activos ya desde la etapa preparatoria del concilio 5.

Durante el siglo XIX presiones y opiniones de sectores adscritos a visiones integristas empezaron a presentar el magisterio ordinario de papas como irreformable e incluso infalible sin distinciones. Esto borraba las fronteras entre magisterio ordinario y magisterio extraordinario, entre objeto directo y objeto indirecto del magisterio.

Lo objetable frente a los grupos integristas empezaba cuando pretendían constituir a sentencias de los papas en normas inmutables por los siglos y no revisables. Aproximadamente, esto intentaron quienes redactaron el anexo a De libertate religiosa. Pero atribuir vigencia a textos ordinarios de papas antiguos era un camino metódico donde antes o después aparecerían aporías. Page 594

De hecho, durante la etapa preparatoria del concilio el ápice de la conflictividad se había localizado en discusiones por la libertad, en torno a un documento donde figuraban ciento cincuenta y seis 6 citas de textos de papas, desde Alejando VIII (1690) hasta Juan XXIII (1959). Había sido imposible llegar a un acuerdo sobre la validez de tantas citas.

Ahora, ya dentro del concilio, ¿se volvería a suscitar de nuevo otro ápice de conflictividad por discrepancias sobre la libertad?

En una perspectiva epistémica las reiteraciones sobre lo mismo eran comprensibles: no ya sólo en teología, sino también en las disciplinas seculares se reincide en tropezones ante los mismos obstáculos.

Es notable la tenacidad con que los grupos de expertos, supuestamente científicos, también los administradores de las doctrinas católicas, se adhieren a fijaciones heredadas, y esto al margen del ámbito mistérico del acto de fe.

De momento, en noviembre de 1963, en el concilio, predominaban las ilusiones.

Pacem in terris es citada materialmente diez veces en De libertate religiosa. Quienes presentaban De libertate religiosa manifestaron que su texto era una coherente aplicación de la más amplia doctrina expuesta en Pacem in terris.

Asimismo parece que se confiaba obtener, por vía rápida, una aprobación entusiasta para el texto, dentro del todavía resonante entorno de aplausos que Pacem in terris había concitado dentro y fuera de la Iglesia. Decía el portavoz:

No será imposible, como esperamos, acabar el tratamiento y la aprobación de este brevísimo e importantísimo documento antes de cerrar este segundo período de sesiones conciliares. A vuestro trabajo, Padres venerables, se unirá el nuestro. Nuestro Secretariado examinará atentísimamente -aunque también con toda celeridad- vuestras enmiendas. Trabajaremos día y noche

7 . Page 595

Las palabras anteriores eran pronunciadas por el relator el día 20 de noviembre. Las sesiones de este segundo período del Concilio concluyeron en la primera semana de diciembre, concretamente el 4 diciembre de 1963 8 .

Al parecer, quienes presentaban De libertate religiosa juzgaban que bastarían quince días para discutir, corregir y aprobar el texto. En este momento los redactores ni vislumbraban que su borrador sobre libertad religiosa estaba destinado a ser uno de los temas más debatidos del concilio. Tampoco podían imaginar el ápice de turbulencia que, en noviembre de 1964, un año después, iba a suscitarse en torno a la libertad religiosa.

De hecho, la declaración sobre libertad en lo religioso quedaría demorada hasta el final del concilio, en 1965.

2.1. Cuando apareció la trama de los primeros obstáculos

La punta de la trama de los primeros obstáculos para redactar un texto sobre libertad en lo religioso surgió por una notable imprecisión en el uso del vocablo continuidad.

Sucede que durante siglos se utilizaba un concepto rutinariamente simple, pero de repente se empieza a tomar conciencia de que ese concepto, aparentemente simple, constituye una complejidad, algo así como una rama con varias significaciones.

En 1963 algunos conservadores pensaban la continuidad en las doctrinas de los papas como inmutabilidad que condicionaba también a las formas contingentes de reproponer, poner al día, las doctrinas 9.

En sectores más integristas se mezclaba lo mistérico y lo contingentemente humano, lo nuclear y lo periférico. Esa mezcla generaba antinomias.

Era un indicador el hecho de que los redactores conciliares, en el anexo, seguían con el formato del Conmonitorio 10 de San Vicente de Page 596 Lerins para declarar que se había dado una...

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