La lógica de la temporalidad en el mercado laboral español

AutorRaúl Lorente, Josep V. Pitxer y Amat Sánchez
Cargo del AutorProfesores de Sociología y Antropología Social y Economía Aplicada. Universitat de València
Páginas35-91

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Introducción

El empleo temporal en España es una temática ampliamente estudiada debido a las desorbitadas desproporciones que ha asumido desde hace más de 25 años. La tasa de temporalidad se ha situado la mayor parte de este periodo en cotas que abarcan a un tercio de la población asalariada; y en determinados colectivos más vulnerables laboralmente, como los jóvenes o las mujeres, la proporción de temporales es y ha sido mucho más elevada. El proceso de extensión de la temporalidad ha sido impulsado por unas prácticas empresariales de gestión de la fuerza de trabajo regresivas focalizadas en la flexibilidad numérica, el ajuste cuantitativo de la mano de obra, así como por sucesivas reformas laborales que han posibilitado estas actuaciones y decantado la balanza de las relaciones laborales cada vez más hacia el lado de los intereses empresariales.

Resultado de este proceso, la temporalidad en la contratación se ha convertido en nuestro país en uno de los mayores problemas laborales, junto a otras patologías crónicas como el alto desempleo o la elevada incidencia del empleo irregular vinculada al peso que tradicionalmente ha tenido la economía sumergida en los países mediterráneos. Así, numerosas reformas laborales emprendidas en nuestro país en las tres últimas décadas se han dirigido, al menos en su retórica de exposición de motivos por las cuales se justificaban, a la corrección o a intentar subsanar estos problemas: primero “flexibilizando” el empleo, abriendo la puerta a la expansión del empleo temporal como fórmula para crear empleo, y después, dado el volumen alcanzado por el empleo temporal, a tratar de reducirlo fomentando la contratación indefinida. La argumentación esgrimida para acometer estas reformas ha sido una supuesta “rigidez” del mercado laboral español que no permitía ajustarse a las “necesidades de la sociedad” y que dificultaba la creación de

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empleo, bajo el supuesto que era necesario flexibilizar el empleo para poder generarlo. Sin embargo estos objetivos son, a nuestro juicio, más bien aparentes y retóricos. Ocultan la intención de profundizar en el proceso de reducción de derechos laborales para el conjunto de los asalariados de nuestro país por medio de distintas vías, que sería una tendencia de medio plazo emprendida hace ya varias décadas y en la cual se inscriben buena parte de las reformas emprendidas en el ámbito laboral por los sucesivos gobiernos.

Es aquí, en el campo de las reformas laborales y de los debates intelectuales sobre su justificación y sentido, donde el tema vuelve a cobrar actualidad. Desde el establishment se lanza la propuesta del contrato único como fórmula para reducir la elevada temporalidad en España (Dolado y Felgueroso, 2010) basando sus propuestas en el paradigma insiders-outsiders, bajo un supuesto exceso de protección de los trabajadores indefinidos (insiders) en nuestro país que estaría en el origen de la escasa creación de empleo, así como del elevado volumen del empleo temporal (outsiders) en la medida que los empresarios no habrían tenido más remedio que usar esta fórmula para no incurrir en los desorbitados costes de la contratación indefinida. “Este es un fenómeno común en aquellos países en los que en su momento se acometió una reforma laboral en el margen, abriendo la posibilidad a la contratación temporal, sin cambiar los niveles de protección de los contratos indefinidos” (Dolado, Felgueroso y Jansen, 2010: 58).

La realidad, por el contrario, muestra que todas las reformas han ido encaminadas en el mismo sentido de erosión de la “relación de empleo estándar”15en nuestro país, y que lejos de constituir la excepción a un contexto de hiperprotección de los asalariados en España, la contratación temporal ha sido la punta de lanza del proceso precarizador del trabajo en nuestro país, que ha sido mucho más amplio y que ha afectado al conjunto de los asalariados (Prieto et al. 2009). El empleo temporal ha sido el ariete principal utilizado por los sectores empresariales más regresivos del país para degradar el conjunto del mercado laboral español. Ejerce, al igual que el enorme desempleo, un poderoso efecto disciplinador sobre la fuerza de trabajo en sus demandas salariales y en la defensa de sus derechos laborales individuales y colectivos.

Por todo ello, este capítulo se dirige a estudiar la evolución del empleo temporal en España en los últimos 25 años para enmarcarlo dentro

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del proceso de degradación del mercado laboral y de erosión de la “relación de empleo estándar” en nuestro país. El paradigma teórico de la segmentación laboral nos permitirá abordar la temporalidad como parte del proceso de precarización laboral (Villa, 1990), superando las concepciones dualistas insiders-outsiders, tan en boga en la actualidad, propugnadas por las mismas corrientes que durante décadas han fomentado y defendido la extensión del empleo temporal en nuestro país. La llamada reiterativa a la flexibilización del empleo ha tenido como consecuencia en España un crecimiento sin parangón del empleo temporal en la medida que diversos sectores empresariales ligados a actividades de baja productividad y reducida creación de valor añadido vieron ya hace varias décadas en esta figura “un traje a medida” para la consecución de sus intereses empresariales ligados a proyectos de competitividad vía precios y consecuentemente degradando condiciones de empleo y trabajo.

En este capítulo se analizará, en un primer apartado, el contexto de la temporalidad en España, mediante la comparación con la evolución seguida por otros países de la Unión Europea. En segundo lugar, se considerará la incidencia de la temporalidad en determinados colectivos como mujeres, jóvenes e inmigrantes. Posteriormente se prestará atención a la temporalidad en el sector público y el privado, así como en las actividades que han impulsado el crecimiento de la economía española. A continuación se analizarán algunas de las ideas más extendidas sobre la temporalidad en España, con especial énfasis en el comportamiento diferencial del empleo temporal en las dos últimas crisis y la evolución de la temporalidad respecto al ciclo, así como en la movilidad en nuestro mercado laboral. El estudio de la utilización de las distintas figuras contractuales completará el análisis de la temporalidad. Finalmente se abordará la cuestión de los factores explicativos de la elevada temporalidad en España y se sugerirán algunos elementos que deberían constituir los ejes fundamentales de una estrategia para reducirla.

Los datos estadísticos utilizados son fundamentalmente series temporales de la Encuesta de Población Activa elaborada por el INE, la Encuesta de Coyuntura Laboral, que publica el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y las estadísticas de contratación del Servicio Público de Empleo Estatal, además de datos sobre distintos temas (dimensión empresarial, esfuerzo tecnológico…) procedentes de diferentes fuentes.

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1. La singularidad de la temporalidad española en el contexto europeo

La elevada tasa de temporalidad de la economía española constituye una singularidad en el contexto europeo. Como se mostrará a lo largo del capítulo, ningún país de la UE-1516alcanza las cotas de temporalidad y la persistencia de las mismas en niveles tan altos como las que se producen en nuestro país a lo largo de los últimos 25 años. Estos niveles muestran que la principal forma de flexibilidad aplicada en el mercado laboral español es la temporalidad o eventualidad en la contratación, pasando a constituir una situación “normal”, sobre todo para determinados colectivos, el estar trabajando con un contrato de naturaleza temporal y condenando a estos trabajadores a unos niveles de precariedad laboral muy elevados. Niveles de temporalidad que han venido caracterizando, junto a otros fenómenos como la economía sumergida, la fragilidad de la actividad productiva o la erosión de la “relación de empleo estándar” y la pérdida de derechos laborales asociada, la magnitud de la precariedad laboral presente en la sociedad española. Más adelante profundizaremos en estas cuestiones y en las causas por las cuales desde mediados de la década de los 80 se dispara la temporalidad en España; lo que vamos a hacer a continuación es describir esta tendencia de la temporalidad en nuestro país comparándola con la que presentan los países de nuestro entorno, a modo de contexto que nos permita calibrar la dimensión de este problema en la sociedad española.

Como se puede observar tanto en el gráfico 1 como en la tabla 1, la tasa de temporalidad (porcentaje de asalariados con un contrato temporal respecto del total de asalariados) de la economía española se duplica en apenas cuatro años, pasando de un 15,6% en el año 1987, primero en que la Encuesta de Población Activa del INE ofrece datos de even-tualidad en la contratación, a un 32,3% en el año 1991.

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Gráfico 1. Tasas de temporalidad en España y la UE-15 (1987-2012)

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Nota: UE-15 (hasta...

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