Las tarjetas de crédito
Autor | Eduardo Chulià Vicent. Teresa Beltrán Alandete |
Cargo del Autor | Abogados |
Las tarjetas de crédito tuvieron su origen en los Estados Unidos, a principios de siglo; especialmente en los grandes hoteles que las entregaban a sus clientes, para pagar gastos de hospedaje y compras en el propio establecimiento.
En 1949, se funda el Diner's Club, primitivamente para el objeto específico de pago en restaurantes, posteriormente se extendió a toda clase de adquisiciones, agrupando a millones de clientes y empresas, con difusión mundial.
El ejemplo cunde y aparece la «American Exprés»; posteriormente los Bancos se dedican a la emisión de tarjetas de crédito, sobresaliendo en este hecho el «Banco of America» y el «Chase Manhattan Banke» de New York. Pronto comprenden que la rentabilidad está en función con la masa de clientes, y se producen asociaciones bancadas para difundir la misma tarjeta: surge la «Bankeamericard», con 3.500 Bancos adheridos y la Inrbenke Associatión».
A mediados de los 60 aparecen las tarjetas de crédito en España, dándose de inmediato el fenómeno asociativo que hemos indicado: surge la tarjeta 4B respaldada por los Bancos Central, Banesto, Hispano Americano y Santander. La «Interbanke» Card fue difundida por la Banca Catalana.
Han tenido gran aceptación y en número de usuarios va en aumento.
En mayo de 1979 el «Noticiario Turístico» publicó los siguientes datos:
NOMBRE | EMISORES | N.°- DE TARJETAS |
VISA | Banco de Bilbao Banco Exterior Banco Central Banco de Vizcaya Banco Español de Crédito Banco Pastor Banco Hispano Americano Banco Santander Banco Atlántico | 2.000.000 |
MASTER CHARGE | Banco de Vizcaya Banca Catalana Banco Herrero Banco Pastor Banco Atlántico Banco Central | 200.000 |
TARJETA 4B | Banco Central Banesto Banco Hispano Americano Banco Santander | 200.000 |
EUROCARD | Banco de Vizcaya | 100.000 |
TARJETA 6.000 | Cajas de Ahorros | 200.000 |
AMERICAN EXPRESS | American Express Banco Urquijo | 26.000 |
DINERS | Diners Club Banco Hispano Americano | 50.000 |
CLUB MELIA | Melia | 42.000 |
EURO BUILDING | Eurobouilding | 11.000 |
AVIS | Avis | 15.000 |
HERTZ | Hertz | 15.000 |
GALERÍAS PRECIADOS | Galerías Preciados | 1.200.000 |
EL CORTE INGLES | El Corte Inglés | 1.300.000 |
En dicho año 1979, se calculaba la existencia de 4.000.000 de tarjetas. Cifra posiblemente triplicada en la actualidad, siendo la aportación la de 150 tarjetas por cada mil habitantes, según datos proporcionados en 1988, por «Le Quotidien».
Las más extendidas son: La Visa, creada en 1958 en U.S.A. por el Bank of America; cuenta con cerca de 7.000.000 de usuarios en España y permite efectuar el pago de compras y retirada de dinero dentro de ciertos límites; el Diner's Club, lanzada en el mercado norteamericano en 1950 por Rockefeller y un grupo de hombres de negocios; este lanzamiento fue debido -según una conocida anécdota- a que un importante ejecutivo no pudo abonar por carecer de metálico, una factura en un famoso restaurante Neoyorquino. La Diner's Club fue pionera en España y está constituida por diversas sociedades, ligadas por contratos internacionales y coordinadas por la Diner's Internacional; la American Express, creada también en 1950 en Estados Unidos, por Henry Wells, y cuyo primer objeto fue el transporte, apareció en España en 1958; si bien no concede crédito, sirve para compras y utilización de servicios que se abonan a los cuarenta días; la Tarjeta 6.000 fue creada por la Confederación de las Cajas de Ahorro.
Por el número de establecimientos que las admiten, junto con los países, tenemos el siguiente cuadro (datos de 1979):
NOMBRE | ESPAÑA | MUNDO |
VISA | 60.000 | 3.000.000 |
MASTER CHARGE | 50.000 | |
EUROCARD | 50.000 | 20.000 |
AMERICAN EXPRESS | 10.000 | |
DINER'S | 20.000 | |
CLUB MELIA | 10.000 |
Recientemente, el Diario de Economía de ABC, fecha 9 de julio de 1990, da los siguientes datos: en la actualidad existen en España tres redes de cajeros automáticos: 4B; Servi Red, y tarjeta 6.000, con un total de 3.000 cajeros repartidos por toda la geografía española. Visa la consideran como la tarjeta que más implantación tiene en el mercado español, siendo aceptada en todas las redes de cajeros, y en el 97 por cien de los locales comerciales que admiten tarjeta. La tarjeta 4B, que es española, puede usarse en 2.500 cajeros y está presente en 40.000 establecimientos, es válida en cajeros de Inglaterra, Portugal y Andorra. Existe también en España la Tarjeta H24 expedida por la empresa Dinsa, que ofrece la posibilidad de pagar en gasolineras, abonar tarifas en autopistas y reparaciones de vehículos.
Según el Banco Popular Español, se ha alcanzado el máximo de potencial ya que todos los españoles con posibilidad de utilizar tarjetas la tienen ya, habiéndose ampliado sus funciones, que van desde pedir el saldo en cuenta corriente, hasta ingresar cheques o dinero en metálico, aunque generalmente el público sólo las utiliza para sacar dinero. Según este Banco, durante 1994, los cajeros movieron SIETE BILLONES DE PESETAS, obligando a que las entidades financieras realizaran importantes inversiones en cajeros e infraestructura informática. España cuenta con la red más amplia de cajeros automáticos de toda Europa, concretamente, en el año 1995, se contaba con 23.000 unidades; gracias a los sistemas informáticos utilizados, el usuario puede obtener dinero en cualquier cajero, pero si este no pertenece a su banco, se le cobra una comisión.
EVOLUCIÓN DE LAS TARJETAS DE CRÉDITO
Operaciones realizadas | Operaciones realizadas | Volumen de ventas (millones pts) | Volumen de ventas (millones pts) | Número de cajero | TPV (Terminales punto de venta) | |
AÑOS | Tarjetas de crédito | Tarjetas de crédito | Tarjetas de crédito | Tarjetas de crédito | ||
1989 1990 1991 1992 1993 | 7.002.000 7.655.000 8.400.000 8.352.000 | 14.700.000 18.337.000 21.305.000 23.658.000 24.020.000 | 929.000 1.053.000 1.271.000 1.508.000 1.669.000 | 529.000 827.000 4.397.000 5.556.000 7.025.000 | 10.500 14.100 17.200 19.500 21.500 | 279.000 329.000 355.000 398.000 501.000 |
Pese a su difusión, las tarjetas de crédito han sido escasamente estudiadas; la bibliografía es muy limitada. Los propios tribunales de justicia se lamentan de este hecho. (Por ejemplo la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, de 11 de abril de 1987). No obstante, y siguiendo nuestra norma, haremos una recapitulación de las definiciones, antes de dar la propia.
El profesor Vicént Chuliá [24], da una muy sencilla: «un documento de material plástico resistente que permite al titular adquirir bienes y servicios (no dinero como en el cheque), sin efectuar el pago inmediato». El profesor Italiano De Marchi [25] las considera como: «documento que legitima al poseedor previa simple imposición de una firma sobre la factura o documento contable similar a adquirir a crédito en los establecimientos asociados, mercancías y servicios, a cuyo pago queda obligado el remitente de la carta». Por su parte José Ignacio de Arriyaga [26], la define: «documento emitido por una entidad mercantil de carácter general (Banco, Grandes almacenes, empresas turísticas) o especializada en este tipo de negocios, mediante el cual una persona, llamada titular, puede obtener una serie de prestaciones a crédito, del propio emisor o de otras empresas relacionadas con éste, en vez de pagar, su importe con dinero o cheque».
La dificultad de la definición viene dada por las clases de tarjetas existentes, y que podemos resumir: a) bilaterales, entregadas por los grandes almacenes para uso de sus clientes (Corte Inglés, Meliá, Galerías Preciados, etc.); b) plurimembres, con la existencia del generador de la tarjeta, del distribuidor (establecimiento bancario), usuario, y establecimientos donde se efectúa la compra o la prestación de servicios.
Teniendo en cuenta estas circunstancias complejas, podemos definir la tarjeta de crédito como: «documento emitido por una sociedad mercantil, y distribuido en algunos supuestos, por una entidad bancaria, mediante el cual el usuario-titular, puede adquirir una serie de prestaciones en determinados establecimientos, y en el que subyacen uno o dos contratos de crédito, según sean para uso en el propio establecimiento emisor, (grandes almacenes) o bien en varios de ellos, determinados por la empresa emisora».
3.9 NATURALEZA JURÍDICA
Es un contrato atípico mercantil, ya que el Tribunal Supremo en la conocida sentencia de 22 de noviembre de 1976, lo asemeja a los títulos valores, -cuya mercantilidad no se discute- pues concurre la nota de la incorporación del derecho a un título. El profesor Vicént Chuliá niega que sea un título valor, considerándole como un título de legitimación de las personas cuyos consumos, el emisor se obliga a pagar.
Son contratos de crédito respecto al usuario; y de arrendamiento de servicios respecto a los establecimientos vendedores. Igualmente, son normativos y de adhesión ya que el usuario se limita a aceptar una serie de normas impresas; idéntica postura tienen que adoptar los establecimientos vendedores, como tendremos la ocasión de ver en los modelos de contratos; son de ejecución continua. Ampliando la similitud con los títulos valores podemos precisar que es un título directo nominativo y personalísimo (lleva la firma del titular) intrasferible y temporal (la tarjeta lleva fecha de caducidad).
Se fundamentan como todos los contratos atípicos en la libertad contractual que consagra y reconoce los artículos 1.091 y 1.255 del Código civil.
La clasificación más elemental, es la ya mencionada de bilaterales o plurimembres, según el número de personas que intervienen. Sin embargo, los autores amplían la misma. Así Arrillaga [27], establece la siguiente clasificación que ofrecemos en cuadro sinóptico:
Por el carácter del emisor
-
- Tarjetas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba