Nuevos soportes y formatos para un periodismo cívico

AutorJosé María García de Madariaga
Cargo del AutorUniversidad Rey Juan Carlos
Páginas255-271

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1. Introducción

A medida que los nuevos dispositivos digitales impregnan nuestras cada vez más interconectadas vidas, encontramos en las pantallas televisivas con más frecuencia recursos audiovisuales producidos por los ciudadanos. No es extraño que los telediarios completen o incluso cubran en su totalidad la información sobre un atentado, una catástrofe natural o un suceso local con imágenes grabadas por testigos directos mediante su teléfono móvil o su PDA (agenda electrónica). Podemos incluso ver cómo este fenómeno de participación ciudadana con la televisión se consolida y formaliza a través de servicios como Cámara abierta, lanzado en octubre de 2006 por La 2 Noticias 1, el noticiario nocturno del segundo canal de Televisión Española que, en su nueva edición, ha dado un paso más en la apuesta por la información alternativa de formatos y contenidos.

La de momento pobre calidad técnica de los materiales aportados por los ciudadanos queda compensada con creces por la ubicuidad que la masa tradicionalmente pasiva representa y ejerce frente a la limitación presencial que tiene cualquier cadena o productora de televisión, por potente que ésta sea. Hoy en España hay más teléfonos móviles que personas 2, lo cual no significa que el grado de penetración de la tecnología celular en la población haya alcanzado ya el 100% -estatus que, según la consultora Analysys Research, Europa alcanzará en el 2007 3-, pero sí indica una altísima probabilidad de que cualquier acontecimiento de interés público cuente con algún testigo capacitado para transmitir, casi en tiempo real, información sobre ello o incluso, si cuenta con un dispositivo dotado de los sistemas GRPS 4 o UMTS 5, también propagar fotografías y vídeos.

2. Infraestructuras sin cables: periodismo ubicuo

La creciente progresión de Internet en la sociedad sólo ha sido superada por la imparable sofisticación y difusión de los teléfonos móviles entre la población, que en muchas ocasiones les ha dado un uso muy diferente de aquél para el que fueron concebidos. Lo constatamos de manera ejemplar con los mensajes cortos del 13 de marzo de 2004 en la jornada de reflexión de las elecciones generales en España. El fenómeno SMS (Short Messagge System), como explican Kasesniemi y Rautiainen, "es la historia de cómo una tecnología de la información se torna en dispositivo de comunicación" (2002: 171).

A pesar de las precipitadas expectativas que abrió la telefonía de tercera generación y de la crisis que sufrió antes de comercializarse, los teléfonos multimedia se han ido implantando

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poco a poco y, según fuentes comerciales (The Phone House) -seguramente demasiado optimistas-, la tasa de penetración de la telefonía móvil de tercera generación (3G) en terminales de postpago alcanzaba, a comienzos de 2006, el 33,6% del parque de móviles en España 6. Otras fuentes sitúan esta cifra en apenas el 5% 7. Según el observatorio del ente público Red.es, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, se dibuja un escenario optimista de rápida difusión que para 2010 tendrá una penetración del 50% de los terminales UMTS sobre el parque total de terminales 8.

Por otra parte, uno de los usos de los móviles que han empezado ha desarrollarse proyecta sobre los medios de comunicación una nueva dimensión periodística. La nueva era del periodismo móvil ofrece una vertiente más, tan prometedora como la participación de la audiencia: la difusión de la información periodística a través de nuevos soportes y canales, lo que supone una nueva adaptación de los contenidos periodísticos a diferentes contextos de recepción, así como el desarrollo de nuevos usos y lenguajes. Gracias a los nuevos sistemas de conectividad el periodismo encuentra ya una opción técnicamente viable en dispositivos móviles como teléfonos inteligentes (smartphones), agendas electrónicas (PDA´s), ordenadores del tipo tabletPC, o incluso para soportes que todavía están en desarrollo, como el papel electrónico, uno de los proyectos más ambiciosos proyectos del MIT y que ya empieza a tener sus primeros prototipos. Después del reducido uso del SMS Premium para la difusión de titulares por suscripción, la aparición del MMS (Multimedia Messagge System) estrena una nueva forma de emisión de noticias. La gran transformación comunicacional llegará, sin embargo, cuando los soportes móviles y portátiles se conviertan en los principales receptores de televisión, una vez que el apagón analógico se haya consumado.

Por otra parte, en España hay ya seis millones de usuarios de redes inalámbricas, la mayoría de las cuales se concentra en Madrid y Barcelona, según el último informe del Observatorio de Wireless 9, de octubre de 2006. Concretamente, el informe muestra que Madrid tiene más de 807.000 usuarios de redes Wi-Fi 10, Barcelona unos 710.000, Valencia más de 320.00, Sevilla 300.000 y Vizcaya 170.000. Madrid es así la tercera capital europea, por detrás de Londres y París, con unos 850 puntos de acceso inalámbricos a Internet en centros comerciales, cafeterías, hoteles, etc. (cerca de 3.500 en toda España), y casi 38.000 de tipo privado (más de 100.000 en todo el estado). En poco tiempo se empezarán a dar datos de cobertura de la nueva tecnología de conectividad inalámbrica: WiMAX 11, un sistema que permitirá conexiones de velocidades similares al ADSL o al cablemódem, sin cables, y hasta una distancia de 50-60 km.

Todos estos datos de accesibilidad móvil se convierten en la punta del iceberg que ha ido acumulándose desde la popularización de Internet en España, hace apenas diez años. En muy poco tiempo, el acceso de los ciudadanos a la Red se ha incrementado exponencialmente, acercándose en algunos países como Estados Unidos al 70% de su población 12. En menos de tres lustros, la penetración de las tecnologías de red en la población ha roto todos los registros precedentes. Más de la mitad de los hogares españoles cuenta con un ordenador 13, mientras no dejan de dispararse las ventas de portátiles y agendas electrónicas dotadas de conectividad inalámbrica. Ni la radio, ni la televisión se incorporaron a la vida social con tanta velocidad y con tanto impacto en los ámbitos productivo, informativo y de entretenimiento, a pesar de que su presencia real en la

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ciudadanía se vea claramente restringida a un sector minoritario de la población en la mayoría de los países -como España, donde después de un crecimiento exponencial que cuadruplicó la tasa de acceso a Internet en apenas dos años (entre 1998 y 2000), apenas llega hoy al 37% de la población 14-, y a un segmento mucho más restringido si consideramos el índice de acceso de toda la población mundial, tal como corresponde a un planeta globalizado.

La llamada brecha digital nos recuerda que, al analizar el papel que juega la tecnología en la sociedad, es indispensable deshacerse de cualquier clase de determinismo que coloque a la técnica como causa unívoca de procesos demasiado complejos como para resumir su explicación en la mera existencia de unos aparatos sofisticados. Antes de caer en ello hay que explicar la aparición y desarrollo de estos dispositivos en un contexto histórico y social en el que los factores identificados por la economía política parecen los más significativos. Ahora bien, a pesar de que la tecnología es, en muchos sentidos, reflejo de brechas sociales cada vez más grandes y profundas, causa y efecto al mismo tiempo de la brecha digital, también se ha hecho más asequible en términos económicos y culturales para el desarrollo de iniciativas comunicativas de nuevo cuño. Muchas de ellas deben al abaratamiento y a la simplificación de los dispositivos electrónicos y digitales su propia existencia, no así las inquietudes que les lleva a fundarse.

3. Nuevas fórmulas de comunicación

Prevenirse de posturas deterministas no implica negar que las infraestructuras de hoy permiten una capacidad de comunicación inédita gracias a la digitalización. A través de listas de correos, foros de noticias, grupos de discusión, páginas web de organizaciones sociales y, por supuesto, las bitácoras, los internautas pueden compartir su conocimiento, sea de la clase que sea, mediante todo tipo de documentación escrita, gráfica y animada, así como convocar iniciativas para pasar a la acción política.

3.1. Las bitácoras o weblogs

Quizás la más extendida y significativa de todas las fórmulas comunicativas que han surgido con la digitalización sea la de los weblogs, diarios personales o colectivos que recogen noticias, comentarios o reflexiones acerca de cualquier asunto que van acumulándose en orden cronológicamente inverso. El lector que llega a uno de estos espacios siempre encontrará el último artículo publicado y, detrás de él, todos los anteriores, a los que además podrá acceder a través de las diferentes secciones en las que normalmente pueden estructurarse, entre las que contará con enlaces recomendados en relación a los contenidos del blog. La eclosión de este modelo de expresión llegó a España en 2002 -después de que se hubiera producido en otros países más digitalizados y, sobre todo, con mayor tradición democrática y participativa-, en una situación especialmente agitada por la escalada de tensión ante la invasión de Irak y, por tanto, muy propicia para...

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