Sistemas de pago electrónico más eficaces promoverán el crecimiento del comercio electrónico.

AutorIoannis Maguiros y Duncan Gilson.
CargoIPTS

Asunto: El éxito del comercio electrónico depende de la disponibilidad de sistemas de pago fiables y seguros. Hasta la fecha ha habido una interacción de doble sentido entre los sistemas de pago disponibles para el comercio electrónico y las características de los mercados para los bienes y servicios disponibles. Así, los tipos de sistemas de pago disponibles en el futuro tendrán probablemente un efecto configurador similar sobre el panorama del comercio electrónico, dentro de un contexto de contenido y tecnologías de acceso en evolución.

Relevancia: Un número de factores que evolucionan rápidamente, como la interoperabilidad de sistemas a través de las fronteras y la aparición del acceso a Internet basado en el teléfono móvil, los terminales de usuario final sin PC y los sistemas de micropago, van a influir probablemente en la evolución del comercio electrónico a medio plazo. Para que los nuevos sistemas de pago electrónico se implanten satisfactoriamente, todas las partes interesadas necesitan discutir a fondo sus implicaciones socioeconómicas, si se quiere evitar la fragmentación, la ausencia de interoperabilidad y la falta de confianza del consumidor.

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Introducción

El crecimiento del comercio electrónico depende, entre otros factores, de la existencia de sistemas de pago seguros, amigables para el usuario y rentables. La gestión de los pagos es un proceso costoso que ha sido una parte fundamental del negocio bancario durante el pasado siglo. Sin embargo, ahora se está transformando debido a los desarrollos tecnológicos, y en especial a Internet. La importancia de la función de pago radica en el hecho de que podría estimular la convergencia entre sectores con objetivos dispares, ya que los sistemas de pago son el común denominador de todos los demás sistemas de comercio electrónico. Conceptualmente, los medios alternativos de pago disponibles para el comercio electrónico pueden clasificarse como dinero electrónico, o como productos de acceso electrónico. La diferencia entre ellos es que mientras los productos de acceso electrónico básicamente proporcionan acceso por Internet a productos tradicionales (pagos con tarjetas de crédito, transferencias bancarias, etc.) el dinero electrónico es un nuevo concepto, y en particular se considera que es "dinero privado que no depende de las reservas del banco central" (The Economist, 22 de enero, 2000).

Los sistemas de pago son el denominador común de todo el comercio electrónico, y probablemente favorecerán la convergencia entre sectores

Métodos de pago consolidados, ya utilizados para la venta a distancia principalmente a nivel nacional, como el cheque, los mecanismos de entrega contra reembolso y de transferencia de crédito, han demostrado adaptarse fácilmente a las transacciones electrónicas. El sistema de tarjeta de crédito ha sido hasta la fecha el instrumento usual de pago para bienes solicitados por Internet en Europa y también en EE.UU. Ha sido así a pesar de la preocupación por la seguridad y de los costes de transacción relativamente altos. Sin embargo, la falta de un sistema de pago electrónico ampliamente aceptado no se considera una barrera importante para la aceptación del comercio electrónico en genral (estudio del IPTS, 1999). Los factores más importantes son indudablemente la confianza del usuario y la confidencialidad, y el escaso valor añadido percibido de las aplicaciones del comercio electrónico (por ejemplo, en términos de comodidad de uso, barreras lingüísticas y culturales--la mayoría de los sitios están en inglés). También, como límite superior de crecimiento teórico son importantes las tasas de penetración del PC.

Aparte de las tarjetas de crédito, los principales medios reales o potenciales de realizar pagos electrónicos son:

tarjetas de débito (aún no tan interoperables internacionalmente como las tarjetas de crédito);

monederos electrónicos (es decir, tarjetas inteligentes que almacenan un valor o guardan un registro del saldo de una cuenta; pueden ser recargables y/o desechables o incluso sin contacto para ciertas aplicaciones);

adición de valores pequeños a cuentas de teléfono o cuentas de ISP (intermediarios de cuentas fiduciarias);

cheques electrónicos (basados en firmas digitales y técnicas de autenticación)

agencias que aceptan pagos con tarjeta de crédito y hacen pagos a cuentas bancarias individuales

sistemas de pago basados en el teléfono móvil.

Existe ya una serie de alternativas de pagos para el comercio electrónico, pero las tarjetas de crédito han demostrado ser hasta ahora las más populares. Esto se debe en gran medida a la confianza que los usuarios tenían ya en el sistema antes de usar sus tarjetas de crédito para el comercio electrónico

Tarjetas de crédito como sistema de pago electrónico

Sin duda, el principal medio de pago utilizado para transacciones de consumo iniciadas a través de Internet es la tarjeta de crédito. Las tarjetas de crédito se han hecho populares por una serie de razones:

el sistema es familiar para los usuarios y se ha usado ampliamente antes de la aparición del comercio electrónico, ganándose la confianza del usuario;

los costes de transacción se ocultan a los usuarios (es decir, los asumen básicamente los vendedores y se cargan a todos los clientes, no sólo a los usuarios de tarjeta de crédito);

el pago es sencillo en cualquier parte y en cualquier moneda, adaptándose así al alcance mundial de Internet;

la empresa que concede el crédito comparte los riesgos de la transacción, ayudando a superar la resistencia de los consumidores a comprar artículos que no han visto realmente, de vendedores que pueden no conocer (en el mundo físico esta función era importante porque permitía a los vendedores admitir pagos de compradores que no conocían; en línea, esta relación de confianza es necesaria en ambas direcciones).

La desventaja de las tarjetas de crédito para el comercio electrónico es que no pueden usarse directamente para pagos de pequeña cuantía o transacciones entre iguales

Las tarjetas de crédito, no obstante, tienen sus desventajas. En primer lugar, el coste relativamente alto de la transacción hace impracticables los pagos de pequeña cuantía, en cuyo caso se tiende a recurrir a las suscripciones o la publicidad como un medio de cubrir costes (la necesidad de una infraestructura de micropagos está más ampliamente razonada por Rader, et al. 2000). En segundo lugar, no se pueden usar directamente para que individuos hagan pagos a otros individuos (transacciones entre iguales). En tercer lugar, proteger la seguridad de las transacciones es vital, especialmente en el mundo virtual en el que no hay garantía de pago al comerciante por un banco (las transacciones por Internet se someten al mismo tratamiento que las transacciones de pedidos por correo o por teléfono). En la mayoría de los casos el coste del fraude recae sobre el emisor de la tarjeta (dependiendo del marco legal en el país en cuestión), de modo que las compañías emisoras de tarjetas tienen un enorme interés en garantizar una seguridad fiable.

Los temores de los usuarios respecto a la seguridad parecen ser más una consecuencia de la novedad y de la relativa falta de familiaridad con el medio que de los riesgos reales inherentes al sistema. Servidores seguros que utilizan SSL para la codificación criptográfica de datos de las tarjetas cuando se envían de un lado a otro, proporcionan un nivel de seguridad al menos equivalente a los medios tradicionales de uso de las tarjetas. Lo que ha demostrado ser un problema desde el punto de vista de la seguridad no es la interceptación sino la autenticación. Algunos de los casos más graves de fraude en línea parecen llevar implicado el uso de datos de las tarjetas utilizadas de modo tradicional (por ejemplo, copias de pagos recogidas de las papeleras), aunque dichos datos almacenados en bases de datos en línea están sometidos potencialmente a riesgo, como lo demuestra el robo de tarjetas de crédito del sitio Web CD Universe (MSNBC, marzo, 2000). Con números de tarjetas reunidos por el medio que sea, los estafadores explotan después el anonimato de Internet para usar los datos de las tarjetas para hacer compras que no dejan rastro (cuando hacen compras que traspasan las fronteras, pueden además resultar favorecidos porque el sistema de comprobación de direcciones utilizado por los comerciantes para comparar la información sobre facturación y entrega en EE.UU., no sirve al otro lado del oceáno). En respuesta a esta amenaza, las compañías emisoras de tarjetas de crédito están planeando implantar medidas tales como el uso de tarjetas inteligentes para mejorar la autenticación (El País, enero, 2000). También, en EE.UU., Visa y MasterCard y otros han aunado fuerzas para desarrollar la norma de Transacciones Electrónicas Seguras (SET™) para pagos en línea; una sencilla especificación técnica para salvaguardar el pago de compras realizadas con tarjeta en redes abiertas. Incluye firmas digitales y certificados digitales para todas las partes implicadas: el cliente, el comerciante, y la institución financiera. La SET™ combina una serie de medios criptográficos, utilizando algoritmos basados en DES (Norma de Codificación Criptográfica), RSA (el algoritmo de codificación criptográfica inventado por Rivest, Shamir y Adleman en 1976, que usa diferentes claves para la codificación y la descodificación criptográficas) y firmas digitales (para más detalles véase el sitio web SET).

Desde el punto de vista de la seguridad, el principal peligro cuando se usan tarjetas de crédito en línea no es la interceptación sino la autenticación. Están en estudio iniciativas para abordar este problema, y al ser las empresas emisoras de tarjetas de crédito las más afectadas por el coste del fraude, es muy probable que se pongan en práctica soluciones efectivas

En el actual escenario, se puede seguir el rastro de los pagos hasta una tarjeta determinada, y así (no obstante el fraude) hasta un titular de tarjeta determinada. En el entorno virtual, donde pueden surgir después cuestiones de privacidad incluso más preocupantes, los usuarios pueden considerar que, en determinadas circunstancias, prefieren el anonimato del que disfrutan con el pago en efectivo. Esto puede, por consiguiente, crear demanda de productos de pago anónimo de uno u otro tipo (la cuestión aquí es establecer tecnológicamente un nivel de anonimato dependiente de la naturaleza de la transacción). Sin embargo, los abusos potenciales del anonimato (actividades criminales, blanqueo de dinero, evasión de impuestos, etc.) son una fuente importante de preocupación para las autoridades pertinentes. Además, dado que el dinero electrónico puede prescindir de los bancos centrales, no son sólo cuestiones de impuestos y de soberanía lo que pueden originar los nuevos sistemas de pago electrónico (véase Kyriakou, 1998).

La diversificación del mercado del comercio electrónico

El comercio electrónico se adapta mejor a las áreas de negocio en que los márgenes son altos en relación con los costes de envío (por ejemplo, artículos valiosos, ligeros, intangibles y mercancías transportadas a cortas distancias); así el crecimiento es probable que sea más rápido en estos productos y servicios. Internet no respeta las fronteras nacionales, pero hasta ahora, el comercio electrónico a través de las fronteras ha favorecido principalmente a EE.UU., con relativamente poco comercio entre países europeos. A pesar de esto, se ha especulado con que la llegada del euro podría restablecer el equilibrio impulsando el comercio electrónico intraeuropeo. Sin embargo, dada la facilidad con que pueden usarse las tarjetas de crédito a través de áreas monetarias, las normas comunes de protección al consumidor podrían ser quizá un factor más importante (estudio del IPTS, 1999). El hecho de que el Reino Unido y varios países escandinavos parecen- según algunos indicadores- ir por delante del resto de Europa en su adopción del comercio electrónico sugiere que, en el momento actual, los factores lingüísticos y culturales son probablemente más importantes que una moneda común.

Las áreas en las que se espera crecimiento en el comercio electrónico a través de las fronteras son básicamente aquéllas que han sido los pilares del comercio electrónico hasta ahora, como: (a) intangibles (programas informáticos, información, música); (b) bienes de consumo duraderos normalizados (libros en particular); (c) nuevos servicios en las telecomunicaciones y en el área de acceso a Internet; (d) servicios financieros; y (e) billetes de avión y otros servicios de viajes.

Los sistemas de pago disponibles actualmente ya han dejado su huella sobre la configuración del comercio electrónico y son adecuados generalmente para la mayor parte de las áreas citadas anteriormente, con excepción de los servicios de información y la música, que podrían beneficiarse claramente de un sistema de micropagos. La configuración del mercado del comercio electrónico continuará dependiendo de los sistemas de pago que lo sostienen (es decir, habrá crecimiento en otras áreas si hay métodos de pago disponibles para apoyarlas). Las fuerzas de configuración a medio plazo podrían incluir un mayor comercio a través de las fronteras previsto en el despertar del euro y el rápido crecimiento en intangibles (servicios, información, música, etc.) negociados por Internet. Cualquiera que sea el caso, todo sistema nuevo tendrá que competir -directa o indirectamente- con los sistemas de pago dominantes. Por esta razón, ahora los monederos electrónicos (véase Cuadro 1) se sitúan y se distribuyen a menudo sobre tarjetas de crédito existentes, para hacer uso de la infraestructura establecida de tarjetas de crédito. Sin embargo, el hecho de que los teléfonos móviles puedan ya proporcionar una serie de ingredientes clave de los sistemas de pago (autenticación del usuario, infraestructura de facturación, etc.) los convierte en potentes competidores. Probablemente esto se verá reforzado por otras tendencias complementarias en la telefonía móvil.

Cuadro 1: Esquemas de monederos electrónicos en Europa

Una serie de esquemas de monederos electrónicos en Europa han pasado ya de la fase piloto, por ejemplo los sistemas de monedero electrónico recargable Chipknip y Chipper en Holanda, los sistemas de monedero electrónico recargables GeldKarte en Alemania, el sistema de monedero electrónico desechable Danmønt en Dinamarca, el sistema de monedero electrónico Avant (disponible en forma desechable y recargable) en Finlandia. Hay también sistemas de monedero electrónico similares en España, Austria, Suecia, Italia y Bélgica.

Ninguno de estos sistemas es compatible (aunque los sistemas de monedero electrónico holandés, alemán e italiano han confirmado su intención de llegar a ser interoperables). A este repecto, el trabajo del Comité Europeo sobre Normas Bancarias (ECBS Informe Técnico 102 sobre "Panorama de los Proyectos Europeos de Monederos Electrónicos Europeo") ha conducido al concepto de un Monedero Electrónico Europeo multimonedas. El grupo sobre Especificación de Monedero Electrónico Común (CEPS) (Euroway, Visa International, Proton, ZKA Alemania, Sermepa España, y American Express) dió el paso siguiente al conseguir consenso sobre la interoperabilidad internacional (diciembre 1998).

Es probable que cualquier esquema de monedero electrónico futuro aparezca como una función más en una tarjeta polivalente, como las tarjetas bancarias que utilizan el chip de aplicación múltiple EMV (EMV - Europay International, Especificaciones de Tarjetas de Circuito Integrado Mastercard International y Visa International para Sistemas de Pago) o tarjetas micro-SIM (Módulo de Identidad del Suscriptor) de dispositivo apto para GSM, o WIM (tarjetas SIM aptas para WAP) que garantizan la carga de dinero electrónico por Internet de forma rápida y económica.

(Böhle et al., 1999)

El acceso a Internet a través de la telefonía móvil

El comodín más grande en el campo del comercio electrónico y el pago electrónico actualmente es la forma en que se desarrolla el acceso a Internet a través de la telefonía móvil. Ya están en marcha en el Reino Unido y en Escandinavia esquemas, como el acceso a Internet a través de SMS (servicio de mensajes cortos) y tarjetas de prepago y recargables, que permiten que el pago se haga mediante un teléfono móvil (Böhle et al., 1999). Dos variedades más están también disponibles actualmente: una añade el coste de una pequeña compra a la factura de teléfono del usuario, la otra 2utiliza la tarjeta SIM que hay dentro de cada teléfono GSM (registro y carga para transacciones) como una tarjeta de crédito (Le Monde, febrero 2000). Dado que la generación siguiente de teléfonos móviles, que permitirá el acceso directo a Internet, está ya en el horizonte, la posibilidad de combinar el navegador (aunque sea un micronavegador) y el sistema de pago en el mismo dispositivo parece estar ya estimulando a los actores potenciales a asumir posiciones estratégicas. Como ejemplo, el convenio entre el fabricante de equipo móvil Nokia y el líder de comercio electrónico Amazon.com o la cooperación entre Visa y Ericsson para desarrollar sistemas de pago seguros utilizando normas abiertas.

La posibilidad de acceder a Internet a partir de la próxima generación de teléfonos móviles es probable que influya poderosamente sobre el comercio electrónico y los sistemas de pago electrónico

Los desarrollos en la capacidad de memoria (actualmente de 64 Kbits y en aumento) de SIM (Módulo de Identidad del Abonado) están acercando cada vez más la posibilidad de usos polivalentes más sofisticados. También, la llegada del Protocolo de Aplicación Inalámbrica (WAP), que permitirá a la siguiente generación de teléfonos móviles el acceso directo a los servicios de Internet, dará probablemente un considerable impulso al comercio electrónico (Electronic Telegraph, febrero 2000) por dos razones principales. En primer lugar, unas tasas de penetración de PC de alrededor del 20-25% ponen un techo al crecimiento potencial del modelo actual, pero con la penetración del teléfono móvil de hasta un 65% en algunos países de Europa, el mercado potencial del comercio electrónico inalámbrico parece mucho más grande. La segunda razón es que cuando los teléfonos móviles más que absorber simplemente una cuota del tiempo total del teléfono expandan realmente el mercado, haciendo posibles conversaciones telefónicas en todo tiempo, como antes no lo eran, será también concebible que los dispositivos de Internet portátiles hagan lo mismo para el comercio electrónico. Es más, también parece que el acceso inalámbrico, podrá ser capaz de saltar por encima de las telecomunicaciones fijas y llevar Internet a los usuarios en economías emergentes donde los teléfonos móviles están demostrando ser un modo mucho más rápido y más rentable de llevar las telecomunicaciones a comunidades dispersas, en su mayoría rurales. Por ejemplo, en un horizonte de 5-10 años, el acceso por telefonía móvil puede traer considerables beneficios a la banca minorista, abriendo un enorme mercado de nuevos clientes en áreas rurales en vías de desarrollo, que necesitan acceso a microcréditos e inversiones de ahorros más productivas (The Financial Times, marzo 2000).

Es probable que el tipo de servicios inicialmente en oferta sean las noticias, el tiempo, precios de existencias, etc., junto con operaciones bancarias y compras en línea. Pero las pequeñas pantallas de los teléfonos móviles no se prestan al tipo de publicidad típico de Internet para PC, así que los suministradores de contenidos no dudarán en buscar otros modos de obtener ingresos. Por consiguiente, a corto o medio plazo, se puede vislumbrar un conjunto de dispositivos de telefonía móvil que sean operativos, y que satisfagan cada uno las necesidades de una variedad de servicios de información basados y no basados en Internet (información grabada, reconocimiento de voz). También está en discusión si los bancos aceptarán la posible disminución de su papel en la relación con el cliente que implican las tarjetas SIM polivalentes, o si incluso prevalecerá otro modelo que convierta los teléfonos móviles en lectores de tarjetas inteligentes (permitiendo así a las empresas de pago trabajar con operadores mientras mantienen el enlace directo con el cliente).

El uso de la tarjeta SIM en el teléfono móvil del usuario como parte de un sistema de pago implica un cambio en el papel de los operadores telefónicos y de los bancos

El uso creciente de los dispositivos inalámbricos para acceder a Internet será sólo parte de una tendencia más amplia hacia el acceso sin PC. Internet basado en la televisión ha despegado hasta ahora con lentitud, pero se conseguirá a la larga cuando el comercio electrónico alcance una masa crítica. Al mismo tiempo, Europa tiene algunos otros competidores que pueden también dejar su huella (McMeekin, et al., 2000).

¿Cómo podrían evolucionar los sistemas de pago electrónico?

La creación de un entorno que lleve a transformar el liderazgo de Europa en telefonía móvil en liderazgo de acceso a Internet por telefonía móvil, beneficiaría a sus industrias de equipos y programas informáticos (que han mostrado ir en cabeza en esta área), y podría también estimular a sus proveedores de contenido (que están mejor equipados para proporcionar contenido local y satisfacer las necesidades de diversidad lingüística de los usuarios). Adicionalmente, los procesos de empresa a empresa y el manejo de la integración de facturas y de la distribución de información en el comercio electrónico, representan oportunidades de negocio para las empresas europeas. También se están desarrollando nuevos esquemas de pago electrónico, por ejemplo, SmartAxis que utiliza los monederos electrónicos Proton y Mondex, Passport soportado por Microsoft, Market-smarter y Buy-It, así como una nueva implementación SET por VISA. En general, la situación se caracteriza por las dudas acerca del modelo de negocio (altos costes de infraestructura, bajos márgenes sobre transacciones, miedo de canibalizar el negocio de los sistemas existentes, etc.) así como por la aparición de modelos completamente nuevos (servicios basados en productos tangibles o agrupación de las solicitudes de los clientes por parte de terceros). Además, hay dudas crecientes acerca de las alternativas para resolver los problemas técnicos existentes (preocupaciones sobre seguridad, interoperabilidad y costes).

La seguridad es esencial pero exige costes. Si no se gestiona adecuadamente, podría surgir una situación en la que exista competencia "desleal" a causa de soluciones que escatiman en seguridad para vender más barato que sus competidores, más conscientes de los problemas relativos a la seguridad, lo que podría potencialmente deteriorar la confianza en el mercado en su conjunto. La interoperabilidad requiere disponibilidad de una infraestructura mundial y por consiguiente impone la necesidad de un consenso rápido. Se argumenta que a la larga se producirá la compatibilidad tecnológica (y de sistemas), incluso al coste de sustituir la infraestructura existente. Sin embargo, el caso de la pronta adopción de un protocolo estándar (como GSM), muestra que reunir a todas las partes interesadas para discutir un enfoque normalizado (aunque sobre una plataforma tecnológica de segunda generación) puede jugar un parte importante en la creación de mercados para todos los actores.

A este respecto, el IPTS ha iniciado una actividad (Observatorio Europeo de Sistemas de Pago Electrónico) dirigida a establecer un punto de referencia europeo de excelencia que desarrollará una función de análisis y control continuos centrada en los nuevos desarrollos, en cuestiones relativas a los sistemas de pago electrónico, con vistas a la consecución de un consenso. Esto se conseguirá creando y organizando un foro de expertos y actores del mercado (como bancos, representantes del sector de venta al por menor y de tarjetas de crédito, proveedores de tecnología, junto con organismos de normalización universales, academias, gobierno y expertos en protección al consumidor). El foro tratará cuestiones estratégicas y tecnológicas en sistemas de pago electrónico desde perspectivas socioeconómicas y técnicas, funcionando como un conjunto de paneles temáticos centrados en diferentes áreas de prioridad. De importancia clave para el éxito de esta actividad será la neutralidad, la transparencia y la sinceridad de los participantes en el foro y su gestión. El foro organizará reuniones públicas dirigidas a definir recomendaciones para los organismos de normalización, de regulación y otros. El objetivo del IPTS al establecer este observatorio es ayudar al proceso de toma de decisiones a un nivel europeo, así como informar al público en general. Otros institutos del Centro Común de Investigación (JRC) están también implicados en este campo, principalmente a través del trabajo del IHCP (Instituto para la Salud y la Protección del Consumidor ) y del ISIS (Instituto para la Seguridad, Informática y Sistemas) (véase la sede web del grupo de comercio electrónico del JRC).

El IPTS ha iniciado un observatorio de sistemas de pago electrónico para abordar las cuestiones estratégicas y tecnológicas suscitadas por los sistemas de pago electrónico desde perspectivas técnicas y socioeconómicas

Conclusiones

En lo que se refiere al comercio electrónico, las limitaciones de los sistemas de pago actuales, y en particular de las tarjetas de crédito, radican en que no son generalmente apropiadas para pagos de pequeña cuantía o para pagos entre individuos (transacciones entre iguales). Cabe la posibilidad de que los cargos disminuyan, ya que a menudo hay quejas de los vendedores minoristas de que sus cargos son exagerados y no reflejan ya el auténtico coste del procesamiento de la transacción o el riesgo de crédito (Financial Times, septiembre 1999). Un movimiento en esta dirección puede lograr que las tarjetas sean más útiles para pagos pequeños de lo que son hoy en día (pero probablemente nunca para micropagos), pero no resuelve el problema de las transacciones entre iguales. No hay, ciertamente, razón alguna para suponer que en el futuro no haya distintos medios de pago coexistiendo en el comercio electrónico, del mismo modo que existen actualmente en el mundo físico.

En lo que se refiere al comercio electrónico, las limitaciones de los sistemas de pago actuales, y en particular de las tarjetas de crédito, radican en que no son generalmente apropiadas para pagos de pequeña cuantía o pagos entre individuos

Además, ciertos factores van a influir probablemente en la evolución del comercio electrónico a medio plazo. El más importante será quiza la cuota creciente de acceso a Internet a través de la telefonía móvil y otros terminales sin PC, y los tipos de sistemas de pago que llevan consigo. Factores tales como la interoperabilidad de los sistemas, particularmente a través de las fronteras, y la disponibilidad de sistemas de micropago y de pago entre iguales también podrían ser significativos. La disponibilidad de medios alternativos de pago para usar dentro y fuera de Internet podría desempeñar un papel en la estimulación de más competencia en los servicios financieros y en la creación de nuevas oportunidades para ello. La implantación satisfactoria de nuevos sistemas de pago electrónico tendrá un profundo impacto sobre los pagos en el sector público.

Para elaborar un marco legal estable hay que trabajar mucho, y abordar cuestiones tales como (i) cuándo un esquema implica emitir moneda (tradicionalmente el dominio exclusivo de los bancos centrales), (ii) si las instituciones no financieras pueden desempeñar un papel, y (iii) qué mecanismos de salvaguarda y supervisión se requieren. Además, las normas y protocolos paneuropeos (sobre cuestiones tecnológicas y estratégicas) deben ser el resultado del consenso y orientados por el mercado. Sin embargo, para que este desarrollo se implante suavemente, y de modo que no exacerbe las cuestiones de seguridad y cree una confusión de soluciones contrapuestas, se necesita un intercambio sistemático de información a nivel europeo.

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Palabras clave

comercio electrónico, pago electrónico, monederos electrónicos, seguridad en línea, Internet a través de WAP, pagos con SIM

Agradecimientos

Los autores desean agradecer a Leo Van Hove (VUB, BE), Alejandro Moya (DG INFOSO, CE) y Catherine Gondelman (DGMARKT, CE) sus valiosos comentarios y sugerencias.

Referencias

IPTS, Study on Electronic Payment Systems for the Committee on Economic and Monetary Affairs and Industrial Policy of the European Parliament, Volumen I (EUR 18753 EN) mayo 1999.

ITAS-ESTO, Electronic Payment Systems in European Countries. Country Synthesis Report, septiembre 1999.

El País, Las tarjetas llevarán un chip para combatir el fraude en Internet, 23 enero 2000.

Financial Times, Credit cards: Inflexible friends, 20 septiembre 1999.

Kyriakou, D., Dinero electrónico: revisión de las dos caras de la moneda, The IPTS Report, no. 23, abril 1998.

Le Monde, La Banque BBVA s'allie à Telefónica pour se développer sur Internet, 13 febrero 2000.

Electronic Telegraph, Keep up to speed - Look to your phone, 16 febrero 2000.

Rader, M., Böhle, K. and Riehm, U., ITAS Forschungszentrum Karlsruhe, ITAS, La necesidad de una infraestructura internacional de sistemas de pago de pequeña cuantía,The IPTS Report no. 42, marzo 2000.

MSNBC news, E-business vs. the perfect cybercrime, 3 marzo 2000.

The Economist, In search of Smart Phones, 9 octubre 1999.

The Economist, Who needs Money, 22 enero 2000.

McMeekin, A., Miles I., y Rutter, J., PREST, Paradigmas alternativos para el comercio electrónico europeo, The IPTS Report no. 42, marzo 2000.

European Committee for Banking Standards, European Banking Standard: The Interoperable Financial Sector Electronic Purse, junio 1999.

The Financial Times, Virtual Banking for Rural India, 16 marzo 2000.

Puntos web con información adicional:

Sitio web del grupo de comercio electrónico: http://dse-isis.jrc.it/jrc.eu/

El sitio web SET puede encontrarse en : http://www.setco.org http://www.smartaxis.com/home/index.html SmartAxis es pago electrónico al contado basado en una tarjeta inteligente para nuevos servicios electrónicos

http://www.passport.com/ El Passport de Microsoft incluye un servicio de registro y un servicio de cartera

http://www.market-smarter.com/accounts.htm/ una guía para crear un negocio en línea

http://buyit.beseen.com/ permite a las empresas aceptar pedidos a través de tarjetas de crédito en línea sin necesidad de que figure la cuenta de un comerciante

Contactos

Ioannis Maghiros, IPTS

Tel: + 34 95 448 82 91; fax: +34 95 448 83 39; correo electrónico: ioannis.maghiros@jrc.es

Duncan Gilson

Tel.: +34 91 437 57 09, fax: +34 91 437 57 09, correo electrónico: duncan.gilson@teleline.es

Sobre los autores

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Ioannis Maghiros posee el título de máster en Ciencia de la Información por la Universidad de Birmingham, Reino Unido. Ha trabajado en IBM en Grecia antes de incorporarse al IPTS-JRC, donde trabaja como científico principal con responsabilidades dentro del sector TIC y está a cargo de la producción del IPTS Report y del sitio web del instituto. Sus principales intereses de investigación incluyen el comercio electrónico, tecnologías de sistemas de pago y de protección de datos, y herramientas de trabajo en grupo basadas en la web.

Duncan Gilson es escritor y traductor técnico autónomo. Posee un primer título en ingeniería electrónica con informática por el University College London, Reino Unido, y un diploma de posgrado y un máster en Filosofía y Literatura por la Universidad de Warwick, Reino Unido. Durante los últimos tres años y medio ha colaborado regularmente con el IPTS en la redacción del IPTS Report.

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