La génesis del significante auctoritas, su genealogía etimológica y su prístino sentido

AutorAna Isabel Clemente Fernández
Páginas107-189

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La civilización romana logra exhibir una estrecha interrelación entre lengua, instituciones y tradiciones con una profundidad tal que no alcanza ninguna otra civilización antigua280.

Una relación profunda une pensamiento y palabra, pues la palabra expresa ya el concepto, y, aún más, su derivación281. La etimología282no es un fin en sí mismo, sino que se trata de un medio que permite aclarar el concepto encerrado en una palabra283. AULO GELIO (Gell. N.A. 10, 4, 1) afirma que Publilio Negideo, en sus comentarios

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gramaticales, docuit nomina non positiva esse, sed naturalia, de manera tal que los nombres y las palabras han sido formados en virtud de la fuerza y razón de la naturaleza, y no de una suposición fortuita, nomina verbaque non positu fortuito, sed quadam vi et ratione naturae facta esse P. Nigidius in grammaticis commentariis docet. El mismo VARRÓN (Varr. L.L. 5, 1, 2) señala que la etimología consiste en averiguar cur et unde sint verba284, por qué y de dónde vienen las palabras. Y, por su parte, CICERÓN (Cic. nat. deor. 3, 63) alude al gran trabajo o la importante labor de explicar las causas de por qué algo ha sido denominado de una determinada manera, magnam molestiam suscepit et minime necessariam primus Zeno, post Clean-thes, deinde Chrysippus, commenticiarum fabularum reddere ratio-nem, vocabulorum, cur quidque ita appellatum sit, causas explicare. La propia etimología evidencia, incluso a veces mejor que un enunciado, el concepto de un término285, sirviendo en cualquier caso para trazar un bosquejo del mismo, susceptible de un desarrollo posterior. Pues la etimología tiene como finalidad aportar luz sobre el origen de una palabra y, consecuentemente, sobre la realidad concreta que en ella se expresa286.

La etimología es el origen de la palabra. Es en esta ciencia donde hallamos la razón, la justificación de la existencia de una palabra, y también, por supuesto, el fundamento de su significado, de su forma. Siempre vinculada a las cuestiones concernientes al origen último del lenguaje, la etimología podría revelar, según las creencias populares, la verdad mediante el estudio de un término287. El verbo significa, según CHANTRAINE288, «encontrar el verdadero sentido, la etimología» de una palabra; en opinión de LIDDEL-

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SCOTT289, «analizar una palabra y encontrar su origen»; en tanto que el adjetivo quiere decir «verdad, verdadero»290, «verdad»291, y ó se define como «el elemento verdadero, auténtico, de una palabra»292, «el verdadero sentido de una palabra según su origen, su etimología»293. Por tanto, un sentido originario, primigenio, auténtico, de una palabra podemos alcanzar con la ayuda de la.

Nuestra pretensión no radica en reducir el concepto de «etimología de la palabra» al concepto de «historia de la palabra», o al de «historia de las nociones», sino más bien en buscar, localizar la estructura formal más antigua predecesora como matriz de un determinado signo lingüístico o un grupo genealógicamente afín de signos, tratando de seguir las huellas de una continuidad formal294.

Ya apuntaba PARIENTE295que uno de los rasgos característicos de la terminología jurídica de los romanos era la conservación, con más exactitud que el habla vulgar, del sentido originario de las palabras; por ello, el estudio de las etimologías de las palabras resultaba ser un elemento decisivo en el ámbito de la más remota historia jurídica romana.

De igual manera, como nos recuerda el Prof. PANERO296, «conocer el origen etimológico o procedencia de un término nos ayuda a comprender los diversos valores que pueda llegar a asumir pues a éstos les es difícil, si no imposible, desprenderse de su primer significado».

Ciertamente, a través de la etimología intentamos rastrear la raíces, desenterrarlas, no retrocediendo o caminando hacia el pasado, sino recuperando e interpretando su sentido que ha permanecido oculto, que se halla en lo profundo del aquí y el ahora297.

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Así, alejándonos de las polémicas contraposiciones entre filólogos y juristas, que consideramos fuera de cualquier intento científico o incluso nos atrevemos a calificarlas de anticientíficas298, apelamos a la Etimología y a la Lingüística para tratar de elucidar el término auctoritas, haciendo uso de una metodología interdisciplinaria299que, a

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buen seguro, nos ayudará a esclarecer este concepto tan controvertido para la ciencia romanística en un clima de colaboración, armonía y coordinación entre las citadas disciplinas y el Derecho romano300.

1. Origen del significante auctoritas

Al pretender elucidar el significado en sus orígenes de la palabra auctoritas, es sustancial, como venimos afirmando, acudir a la disciplina de la Etimología para buscar la raíz del término y aproximarnos, en la medida de lo posible, a su sentido más remoto301. Así, desde la perspectiva etimológica, cabe afirmar que el origen de la voz auctoritas lo hallamos en el verbo latino augeo302.

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Antes de adentrarnos en el enfoque etimológico derivado de la disciplina de los léxicos, interesa reflejar, de forma sucinta, el testimonio de la doctrina romanística respecto del interrogante sobre el origen del término auctoritas.

Un nutrido grupo de romanistas afirman que auctoritas procede del verbo latino aug?o, constituyendo de este modo un deverbativo del citado término. De este modo lo hacen constar, entre otros, PANTALEONI303, quien considera que la palabra auctoritas, como la palabra auctor, es derivada de augeo; VOCI304afirma que auctor y auctoritas tienen la misma raíz de augere, «aumentar», a lo que añade también que augurium procede de augere, es decir, de la misma raíz de la cual viene auctoritas; NOCERA305no tiene dudas sobre la derivación de auctor y auctoritas del verbo augeo; MANNINO306entiende que auctor es derivado de la raíz aug-, de la cual derivan ciertamente términos latinos como auctoritas, augur, augurium y augustus; AMIRANTE307 asevera que la etimología hace derivar la palabra auctoritas de la misma raíz de augeo; HELLOGOUARC’H308afirma que el vocablo auctoritas pertenece al sustrato primitivo del léxico latino, emparentado con auctor, augere, augur, augustus; GUARINO309observa que auc-

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toritas deriva de la raíz aug- de augere; TEXEIRA entiende que auctoritas parece provenir de la raíz etimológica de augere310; ROYO ARPÓN311estima que auctoritas, como augur o auctor, son derivados de augeo; CASINOS312defiende la derivación etimológica de auctoritas del verbo augeo, considerando que es más que probable su derivación etimológica del verbo latino augeo y su consiguiente adscripción a su campo semántico, resultando ser auctoritas un deverbativo de augeo, como recalca el autor; FRANCIOSI313relaciona el título Augustus con el binomio augere-auctoritas; AGAMBEN314entiende que deriva del verbo augeo, siendo auctor is qui auget, aquel que aumenta, acrece o perfecciona el acto o la situación jurídica de otro; y CASALINO315 viene a reiterar, en definitiva, que auctoritas deriva de augere.

Otros autores, al tratar de explicar la procedencia de auctoritas, señalan la tríada auctoritas-auctor-augeo, de modo que consideran que auctoritas procede del sustantivo auctor que, a su vez, tiene su origen en augeo. Cabría hacer referencia, entre otros, a FERRINI316, quien afirma que la voz auctoritas deriva de auctor, del que no se puede poner en duda el origen del verbo augere; BISCARDI317considera que la palabra auctoritas está incluida en el pequeño grupo de sustantivos que derivan con el añadido del sufijo tat(i) de otro sustantivo, de manera que auctoritas deriva de auctor, y es una palabra que ha sido formada cuando el sustantivo auctor tenía todavía un significado estrechamente conectado con su etimología, esto es, aquella de augere; LÈVY-BRUHL318observa que auctoritas es derivada de auctor; SAMPER319explica que la voz auctoritas de-

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riva del latín auctor, forma a la vez proveniente del verbo augeo; PRICHARD320encuentra el origen de auctor en augere; MASCHI321declara que auctoritas deriva de auctor, augere; CASTRESANA322 considera que auctoritas procede de auctor, que, a su vez, tiene su raíz en augere; MARTÍNEZ DÍAZ DE GUEREÑU323señala la dependencia y derivación de la palabra auctoritas del sustantivo auctor y éste a su vez de augere; y, por último, DOMINGO324opina que auctoritas deriva, al igual que otros sustantivos con sufijo tat(i), de otro sustantivo auctor, que procede del verbo augere.

De otro lado, también los etimólogos y filólogos emparentan el vocablo auctoritas con el sustantivo latino auctor y el verbo latino augeo.

Así, GONDA325estima que auctoritas deriva de auctor. Y profundizando algo más en la cuestión que nos ocupa, BENVENISTE326 asevera que auctoritas es el abstracto del sustantivo auctor, en tanto que auctor es el nombre de agente de augeo.

Del mismo modo, el Vocabolario della lingua italiana de TRECCANI327conecta el vocablo «autorità» con el latín auctoritas, -atis, derivado de auctor, –oris; al igual que el Grande dizionario italiano dell’uso de DE MAURO328que reitera el vínculo derivativo entre autorità, auctoritate(m) y auctor.

Por su parte, GEORKES329relaciona auctoritas con auctor y auctor con augeo. HUMBERT330, lo mismo que también FORCELLINI331, vincula auctoritas a auctor que, a su vez, procede de augere. La misma

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conexión establece BREAL-BAILLY332al situar bajo la voz de augeo el epígrafe de auctor, que también incluye, entre otros, el significante auctoritas. En el apartado correspondiente que dedica al verbo augeo, ERNOUT-MEILLET333sitúan los términos augur, auctor, auctoritas, auctoro, auc...

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