Servicios bancarios

AutorJosé María Martínez Selva
Cargo del AutorCatedrático de Psicología en la Universidad de Murcia. Miembro del Offshore Institute. Profesor de la Escuela de Negocios de Dirección y Administración de Empresas (ENAE) de Murcia.
Páginas89-113

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Selección de un Banco offshore

Un aspecto central de las actividades financieras en el exterior son los servicios bancarios debido a que son el eje y el instrumento habitual de funcionamiento del sistema offshore, ya que cualquier actuación que se emprenda pasa inevitablemente por la apertura de una cuenta. Buena parte de lo que se expone a continuación acerca de los servicios bancarios es aplicable al resto de las actividades offshore.

Abrir cuentas bancarias en el exterior y depositar fondos en ellas es perfectamente legal y frecuentemente necesario para muchas profesiones y empresas. Es obligatoria su declaración a Hacienda como también lo es satisfacer los impuestos correspondientes. Su utilización para evadir impuestos es perseguible en nuestro país, aunque el banco extranjero no esté especialmente preocupado por esa cuestión.

Todos los bancos no ofrecen los mismos servicios, ni el acceso y manejo de cuentas corrientes y demás actividades inversoras en el exterior es igual en todas partes. Existen muchos aspectos a tener en cuenta en la selección del banco. A primera vista, los más destacados son los siguientes:

1. La solvencia del banco. La primera palabra para invertir fuera del propio país es seguridad, por lo que se debe procurar invertir en productos, instituciones y países seguros. Esto apunta en un principio a bancos viejos yPage 90 respetables. La realidad no es tan sencilla. Seleccionar un banco seguro es difícil si se busca seguridad total, que no existe. Hay criterios objetivos para establecer qué banco es seguro. Miles de analistas bursátiles estudian todos los días los índices bancarios para intentar establecer y predecir el valor de una entidad financiera. Aún así las crisis bancarias afectan a todos los países: Las de las Cajas de Ahorros norteamericanas, del Banco Internacional de Crédito y Comercio, de Crèdit Lyonnais en Francia, del Banco Barings en el Reino Unido o del Banco di Napoli en Italia. Más recientes son las que sacudieron a principios del 2002 al banco norteamericano Allfirst, filial del banco irlandés Allied Irish Bank y la lista continúa. No se trata, ni mucho menos, de un problema que atañe a un grupo de naciones o a una región del globo en particular. Con datos de 1998, el Fondo Monetario Internacional informó que en sus 181 países miembros y durante los 15 años anteriores, 133 habían sufrido problemas significativos en el sector bancario.

En los países de alta fiscalidad abundan las estafas y los escándalos a pesar de la regulación. En nuestro país, contando con la vigilancia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los escándalos que afectan a los llamados "chiringuitos financieros" y a grandes firmas de inversión, como las anteriormente citadas AVA y Gescartera, constituyen un cuento de nunca acabar. En 2003, la CNMV llevó a cabo 154 advertencias al público acerca de entidades sospechosas, que en 2004 ascendieron a 398 entre los meses de enero y octubre (Expansión, 13 de noviembre de 2004).

Así, por ejemplo, los accionistas de Banesto o aquéllos de los bancos del antiguo grupo RUMASA o el más reciente caso de Eurobank conocen bien esta cuestión. A veces, estas catástrofes no provienen de una crisis mundial bursátil o de una fuerte recesión, sino simplemente de mala gestión. Cuesta creerlo, pero hasta las instituciones más respetables, en los países más desarrollados, poseen personas incompetentes, delincuentes o auténticos enfermos mentales en puestos de responsabilidad. Es un impuesto que se paga a la diversidad humana y no existe ninguna institución completamente libre de esta amenaza.

Para sortear estas dificultades pueden encontrarse índices internacionales de solvencia aplicados a bancos e instituciones de crédito. La mayoría de los bancos se basa en el sistema establecido por el Banco de Pagos de Basilea (Bank for International Settlements). Esta institución es un banco de bancos, creado en 1930 para promover la cooperación entre bancos cen-Page 91trales y proporcionar medios adicionales para las operaciones financieras internacionales. Entre otras actividades, establece normas de funcionamiento y control de los bancos. Sus criterios se han renovado recientemente en lo que se llama criterios Basilea II. Estos criterios se apoyan no sólo en los depósitos que posee un banco, sino también en los riesgos asumidos en sus operaciones.

El Comité de Basilea sobre la Supervisión Bancaria, creado en 1975 por el grupo de los 10 estableció unas guías para la supervisión y regulación de las actividades bancarias en todo el mundo, que incluían todo tipo de normas que abarcan desde los requisitos de capital mínimo hasta la evaluación de riesgo de los préstamos. Este comité sugirió en 1988 a los bancos apartar una cantidad mínima de capital para resguardarse frente al riesgo de préstamos fallidos, o riesgo de crédito. Según estos criterios, la base de capital o reservas debe ser un mínimo del 8% del valor del banco. Desde 1996, esta cantidad varía, según el tipo de riesgo de las operaciones que realiza cada banco. Algunos países han elevado la base de capital de sus bancos al 11,5%, teniendo en cuenta que los riesgos que asume un banco son diferentes según sus actividades de préstamos, los tipos de interés y la zona del mundo donde concentre sus actividades. Así, los bancos centrales de países en vías de desarrollo reconocen que los criterios del Banco Internacional de Pagos deberían ser más estrictos en sus países que en las naciones más desarrolladas. Los criterios Basilea II a aplicar desde finales de 2006 están siendo estudiados por expertos de todo el mundo cara a su próxima implantación.

En los últimos años, la OCDE ha exigido a los enclaves offshore la puesta en marcha de medidas para implantar una regulación adecuada de las actividades financieras en su jurisdicción, principalmente que exista una entidad de regulación y control, y que ésta sea independiente del gobierno. En algunos territorios, existen organismos reguladores y supervisores que proporcionan garantías, además de esquemas de protección de depósitos para los clientes. Muchos bancos incluyen esta información en sus folletos. Por lo tanto, en caso de duda hay que preguntar e informarse.

La norma mínima es conseguir informes del banco, relativos a su experiencia pasada. Lo más importante es si se conoce a algún cliente satisfecho de esa entidad, quien de paso puede ser muy útil a la hora de conectar con el banco y abrir una cuenta en él.

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Hay fundamentalmente tres tipos de bancos offshore:

A) Bancos pequeños, que no tienen sucursal en el país de residencia. Representan la máxima protección y privacidad, pero no suelen tener una amplia gama de servicios. Debe atenderse a su solvencia y experiencia. Un ejemplo serían un buen número de bancos suizos y de Liechtenstein dedicados a la banca privada.

B) Filiales de bancos grandes e importantes con sucursales en el país de residencia. Los servicios son buenos, pero en caso de que el cliente sea objeto de persecución fiscal o de otro tipo, las autoridades de la jurisdicción local podrían presionar al banco matriz y obligarle a proporcionarle los datos de su cliente, no importa dónde estén los clientes o su dinero.

C) El banco offshore por antonomasia que no tiene actividad en el enclave, pero acepta depósitos de clientes fuera del mismo. Los requisitos de formación son mínimos y pueden tener su papel en una estructura offshore. No suelen disponer de sucursales en países de alta fiscalidad y trabajan con otras entidades financieras en términos de banco corresponsal. No son muy estrictos con sus clientes y suelen aparecer unidos a noticias sobre blanqueo de capitales. Debe evitarse el ser cliente de estos bancos. Véanse sus características más adelante.

El riesgo se minimiza, siempre que se pueda, a través de la diversificación por países y monedas. El inversor internacional puede distribuir el dinero en bancos de países diferentes en divisas también diferentes: euros, francos suizos, dólares USA y libras esterlinas, en las proporciones que aconsejen los mercados.

Por último, hay detalles psicológicos que poseen su importancia, a veces tanta como los técnicos. Uno de ellos es tener confianza en el banco, es decir sentirse a gusto con él. Los empleados del banco desempeñan al respecto un papel crucial. El cliente contribuye a esta relación con un adecuado sentido de la realidad, sabiendo lo que quiere, lo que está haciendo y comprendiendo su trabajo. Los tratos de negocios, y los bancarios no son una excepción, no se realizan con una entidad anónima, sino entre personas.

2. Facilidad de contacto y acceso. Como se ha visto en el capítulo anterior, el centro que se elija debe poseer buenas comunicaciones y telecomunicaciones. No deben existir problemas graves de comprensión lingüís-Page 93tica. El idioma internacional bancario y de negocios es el inglés. La mayoría de los grandes bancos tienen profesionales que hablan diferentes idiomas y en el caso de los paraísos fiscales su organización de atención al público es, a veces, por las regiones geográficas de sus clientes. En cualquier caso, hay que asegurarse de que no existen problemas de comunicación. Igualmente, los horarios de trabajo son importantes, de forma que no es conveniente un banco que sólo opera en Hong Kong para un residente en España. Consecuentemente, conviene consultar todo esto previamente con la entidad.

3. Servicios bancarios ofertados. De entrada, un banco offshore debe proporcionar todos los servicios de un banco local, incluyendo facilidad para realizar transferencias rápidas de dinero, atención las...

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