Hacia una vida sensata: estrategias cotidianas de conciliación de las mujeres y hombres en la CAPV

AutorMarce Masa, Alfonso Unceta
CargoDepartamento de Sociología 2. UPV/EHU
Páginas151-165

Page 151

1. Presentación

Conocer la situación actual y las consecuencias que tiene, ha tenido o tendría el diseño y puesta en práctica de una serie de estrategias de conciliación de lo doméstico-familiar, lo personal y lo laboral en la vida cotidiana de las mujeres y hombres con uno más menores residentes en la Comunidad Autónoma del País Vasco (C.A.P.V.). constituyo el objetivo principal de una investigación cualitativa realizada Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer.

Este artículo trata de presentar los resultados más relevantes de la misma, gestados a partir de la escucha y posterior análisis de las opiniones de informantes participantes en un total de doce grupos de discusión, personas que pueden ser consideradas informantes privilegiados pues están siendo, han sido o serán potencialmente protagonistas cotidianos de la denominada conciliación.

2. Diseño metodológico y aproximación teórica: la noción de estrategia

Si como señalan Fernández Cordón y Tobío (2005, p.66) la finalidad principal de la conciliación es «hacer posible la compatibilidad, tanto para mujeres como para hombres, entre la dedicación laboral y la atención a las responsabilidades de cuidado y mantenimiento del hogar, especialmente en lo que se refiere a los hijos pequeños,» las unidades de convivencia con uno o más menores diseñan una estrategia para hacer posible la conciliación.

Estas estrategias de conciliación pueden ser, en la práctica, tan variadas como variadas pueden llegar a ser la composición y relaciones establecidas en las unidades de convivencia con uno o más menores. No obstante, siguiendo a To-bío (2005, p. 134), las estrategias de conciliación se caracterizarían por los tres siguientes aspectos: 1) la existencia de una intencionalidad en el diseño de la misma; 2) la existencia de una opción o elección entre un abanico de posibilidades -socialmente determinadas-; y 3) su carácter temporal o perecedero, pues la estrategia de conciliación es válida como instrumento de adaptación a un entorno concreto si es capaz de tener, al menos, la misma flexibilidad a los cambios que puedan producirse en este mismo entorno. Esta elasticidad de las estrategias también ha sido indicada por Medina Garrido y Gil Calvo (1993). Page 152

Teniendo en cuenta esta directriz teórica, junto a una serie de hipótesis de partida, la finalidad del diseño del trabajo de campo era tratar de reproducir lo más fielmente posible este proceso de formación de las estrategias de conciliación. Para ello se optó por la realización de grupos de discusión (Martin Criado, 1997) como la técnica de cualitativa más adecuada para «conocer el "sentido"que cada individuo reserva a su vida privada, doméstica o pública: cómo la entiende o la organiza de acuerdo con su experiencia cotidiana» (Murillo, 1996, p. 77).

Se efectuaron un total de doce grupos de discusión a lo largo de los tres Territorios Históricos de la C.A.P.V., dos de ellos compuestos por hombres y el resto por mujeres, introduciendo en los mismos tanto una representatividad residencial (lógica rural-urbano) como la integración de la variable generacional de cara a obtener información respecto a las estrategias de conciliación pasadas, presentes -mayoritarias en el diseño- y futuras, protagonizadas por mujeres y hombres jóvenes sin cargas familiares en la actualidad pero sí manteniendo una relación de pareja, personas que señalaron los condicionantes actuales que influyen a la hora de incorporar la tenencia y crianza de menores en su trayectoria biográfica.

Los grupos de discusión se segmentaron a partir de las siguientes cuatro relaciones con el empleo de las personas participantes: 1) abandono total (repliegue hacia lo reproductivo) o parcial (reducciones de jornada) por razones de conciliación; 2) empleo en régimen de doble presencia (la denominada dualidad de tareas); 3) empleo sin doble presencia (sin cargas familiares); y, por último, 4) voluntad de retorno y retorno efectivo al mercado laboral tras un período vital dedicado totalmente al ámbito reproductivo (al cuidado de los otros).

3. El carácter privado y femenino de las estrategias de conciliación

La salida culturalmente institucionalizada en el marco de nuestra vida cotidiana de las estrategias de conciliación de lo laboral, lo doméstico-familiar y lo personal es que la misma es una cuestión de carácter privado. Y además de esta naturaleza, son las mujeres los agentes que protagonizan estas estrategias privadas.

Por ello, más allá de las medidas institucionales existentes en esta materia, en el día a día parece persistir la consideración sociocultural de la conciliación -y por ende, de lo reproductivo- como una cuestión privada, que afecta a la vida de cada uno, y es más, como una cuestión «de mujeres».

Se trata, por lo tanto, de dos planos de un mismo fenómeno: un nivel ma-cro, enraizado en la lógica de comportamiento colectivo de una sociedad concreta, que determina que las salidas para resolver los retos de la conciliación en nuestra vida cotidiana tomen un sentido privado; y un nivel micro que implica Page 153 que sean las mujeres las que mayoritariamente diseñen esta solución particular y, mayormente actúen como recursos en la misma.

Si nos centramos en este plano micro del fenómeno, la investigación ha podido constatar que las mujeres son las que realizan la gestión cotidiana de los recursos implicados en la estrategia de conciliación a modo de gestoras o gerentes. Como indica Tobío «las mujeres asumen funciones directivas en la organización familiar y ello incluye decidir qué se debe hacer, cuándo y quién debe hacerlo. Esta parece ser la base de las diferencias de género entre hombres y mujeres. Ellos "ayudan" en ciertas tareas, pero parecen escasamente capaces de tomar decisiones y de planificar el conjunto de las tareas.» (2005, p.146)

Y esta realidad institucionalizada que implica, en el fondo, una diferenciación de género en las prácticas sociales y en la propia distribución del conocimiento, parece adquirir mayoritariamente un carácter transversal o, mejor expresado, es independiente de los distintos grupos sociales de pertenencia, de los distintos niveles educativos o formativos, de la presencia (dualidad de tareas) o no (repliegue doméstico-familiar) de las mujeres en el ámbito laboral, de la situación civil, de la edad, e incluso, en nuestro caso, de su procedencia cultural (es decir, fenómeno de género intercultural) teniendo en cuenta la realización en el estudio de un grupo de discusión compuesto por mujeres de distintas nacionalidades residentes en nuestra comunidad autónoma.

El siguiente extracto de una de las mujeres componentes de un grupo de discusión, ilustra, en nuestra opinión, de forma bastante elocuente la vigencia en nuestro actual entramado sociocultural de la asignación del rol a la mujer como ser-para-el cuidado:

Yo creo que el peso lo llevamos nosotras, ya no solo por cómo está el mundo, sino porque nosotras nos sentimos obligadas. Si nosotras entendiéramos que no sólo es obligación nuestra, esto se acababa. No sé si se acababa, cambiaba. Pero tenemos ese sentimiento de culpabilidad cuando no lo hacemos, cuando nos vamos, cuando dejamos a los críos con la madre o con el padre o, te vas con una amiga... ese es el problema. Nos sentimos culpables cuando estamos haciendo algo que nos hace sentirnos bien, como tomarnos un café o venir hoy aquí [participar en el grupo de discusión que comenzó a las 7 de la tarde y finalizó cerca de las 9 de la noche]. Ese es el problema, no cambia porque nosotras nos sentimos que es lo que nos toca hacer por ser mujeres. Ese es el problema.

4. Los recursos integrados en las estrategias de conciliación

Si las mujeres tienen la última palabra en la estrategia más adecuada para coordinar los ritmos productivos y reproductivos de aquellas unidades de convivencia en las que existe o ha existido uno o más menores, en ellas también recaen, Page 154 mayoritariamente, gestionar y coordinar la puesta en marcha de la serie de recursos efectivos integrados en la propia estrategia de conciliación.

Puede efectuarse una distinción entre dos grandes grupos o tipologías de recursos: los recursos de sustitución de los progenitores en la atención y cuidado del menor o menores, integrándose en este grupo las abuelas (y abuelos), el servicio doméstico, las guarderías, los centros escolares y actividades extraesco-lares, y los recursos de presencia, es decir, aquellos que proveen de un tiempo a los progenitores que se libera de lo productivo para orientarse a lo reproductivo, donde se encontrarían integradas la reducción de la jornada laboral y la excedencia, dos de las medidas básicas de las políticas institucionales de conciliación existentes en nuestro entorno,

4.1. Las abuelas: recurso imprescindible

Es lógico indicar que las estrategias de conciliación pueden construirse y aplicarse de manera efectiva a través de la suma o yuxtaposición sucesiva o simultánea de distintos recursos tanto de sustitución como de presencia, pero una de las conclusiones más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR