Relativismo, liberalismo político y democracia

AutorRoberto M. Jiménez Cano
Páginas113-149
III. RELATIVISMO, LIBERALISMO POLÍTICO
Y DEMOCRACIA
113
En el capítulo precedente se apuntaron dos maneras de
entender la tolerancia. Por un lado, la tolerancia como compro-
miso. En este sentido se ha de buscar el compromiso de coexis-
tir pacíficamente y de mantener relaciones constructivas no
coercitivas con las personas cuyas creencias éticas no estemos
de acuerdo. Por otro, la tolerancia representaba un principio
moral de respeto y comprensión a las conciencias de los demás
y, en este sentido, una manera de reconocer las libertades, espe-
cialmente de conciencia, de todos los individuos.
Pues bien, el presente capítulo parte, en primer lugar, pre-
cisamente de esa idea de tolerancia como respeto hacia los
individuos o, mejor, hacia algunos derechos y libertades de los
individuos que, a su vez, bien podría representar el núcleo del
discutido «relativismo moral normativo». Pero el respeto hacia
ciertas libertades de los individuos, de indudable raíz liberal,
no parece algo reservado al liberalismo político, sino que apa-
rece como precondición de la democracia. En segundo lugar,
pues, se explicará en qué sentido el respeto a ciertas libertades
es importante para la democracia y hasta qué punto puede tra-
zarse una conexión entre democracia y liberalismo político. En
tercer lugar, se elevará la pregunta de si la tolerancia implica
meramente respeto o, más allá, una garantía de las libertades
afectadas. O, mejor, se pretenderá esclarecer si el respeto a
determinadas libertades relativas a los sistemas jurídicos cons-
Roberto M. Jiménez Cano
114
titucionales de nuestra cultura jurídica actual conlleva su
garantía. Para ello no se hará un análisis del concepto de tole-
rancia, sino que se tomará una vía muy diferente. Se trata de si
conceptualmente una libertad (o un derecho) fundamental
envuelve algún tipo de garantía o protección especial más allá
de su simple atribución o reconocimiento. Este punto será el
más extenso del capítulo, ya que implicará hacer una aproxi-
mación al concepto más genérico de derecho subjetivo y al más
específico de derecho constitucional o fundamental. Por últi-
mo, se retomará la idea de respeto no ya a unas libertades o a
la propia autonomía de los individuos, sino a la decisión demo-
crática en forma de ley tomada por ellos. Se tratará, entonces,
de la conexión entre democracia e imperio de la ley.
1. RELATIVISMO MORAL NORMATIVO: TOLERANCIA
Y LIBERTADES
El relativismo moral normativo se origina como respuesta,
desde posiciones antropológicas, a los intentos históricos de
justificar la colonización. Diversos antropólogos sostuvieron
dos principios de tolerancia muy semejantes: «un individuo o
un grupo no debe juzgar a otras personas o a otras sociedades
que tengan valores sustancialmente diferentes» y «no se debe
intentar que otros se conformen con nuestros valores». El fun-
damento para tales principios de la tolerancia radicaba en los
diferentes tipos de relativismo moral aludidos en el capítulo
anterior. Si existen diversas morales en pugna y no hay un
patrón para juzgar cuál de entre ellas es la superior, entonces
las diversas opciones morales son inconmensurables y la moral
de una cultura es tan válida (o correcta o verdadera) como la de
otra. Ésta era la idea de una declaración que el comité ejecutivo
de la Asociación Antropológica Americana aprobó el 24 de
junio de 1947, con ocasión del debate en el seno de Naciones
Unidas acerca de la Declaración Universal de Derechos Huma-
nos. Esa declaración de la Asociación señalaba que los valores
morales son relativos a las culturas y que no hay manera de
115
Relativismo, liberalismo político y democracia
demostrar que los valores de una cultura son mejores que los
de otra 188.
En todo caso, una cosa es que no se pueda decir cuál de
entre las posiciones morales mutuamente excluyentes de dos
sociedades o de dos individuos sea la correcta y otra muy dife-
rente afirmar que como «lo correcto» significa «lo correcto
para una sociedad dada» o «para un individuo determinado»,
entonces es incorrecto para los miembros de otra sociedad o
para otro individuo condenar o interferir en los valores de la
primera sociedad o persona. Esta perspectiva que no permite
censurar a otros, y a la que Bernard Williams ha denominado
«relativismo vulgar», estaría haciendo un uso no-relativista de
«lo incorrecto», en cuanto que vendría a afirmar que, con
carácter absoluto, sería incorrecto que una persona o sociedad
juzgaran moralmente a otra o que una persona o una sociedad
interfirieran en las opiniones morales de otras. Sostener preci-
samente esto último conduciría a una moralidad no relativista
de la tolerancia universal 189.
Una posición filosóficamente más consistente tendría que
permitir realizar juicios de valor sobre otras personas, socieda-
des o culturas con valores morales diferentes. Como ha señala-
do David Wong, «incluso si estos valores diferentes están tan
justificados como los nuestros desde una perspectiva neutral,
aún tenemos derecho a llamar malo o monstruoso a lo que va
en contra de nuestros valores más importantes» 190. Ahora bien,
188 VV.AA., «Statement on human rights», American Anthropologist,
vol. 49, n.º 4, 1947, pp. 542-543.
189 WILLIAMS, B., Morality. An introduction to ethics [1972], Cambridge
University Press, Cambridge, 7.ª reimp., 2004, pp. 20-23; Ethics and the limits
of Philosophy [1985], Routledge, Abingdon, 2006, p. 158; y BENN, P., Ethics,
University College London Press, London, 1998, pp. 18-19. Este relativismo
vulgar queda mostrado en frases como «creo firmemente en mi verdad pero
creo que debo obedecer a un principio moral absoluto: el respeto a los demás»
(BOBBIO, N., «Las razones de la tolerancia», cit., p. 248).
190 WONG, D.B., «El relativismo» [1991], en SINGER, P. (ed.), Compen-
dio de Ética, trad. de J. Vigil, Alianza, Madrid, 2004, p. 600.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR