La publicística antigaditana (1810-1814): el Filósofo Rancio

AutorAndrés Gambra
CargoUniversidad Rey Juan Carlos
Páginas647-696
AHDE, tomo LXXXIV, 2014
La publicística antigaditana (1810-1814):
el Filósofo Rancio
RESUMEN
El Filósofo Rancio, seudónimo del Padre Francisco Alvarado (1756-1814), fue la
figura más popular de los opositores a las Cortes de Cádiz. Adversario a la vez del
liberalismo y del «despotismo ministerial», encabezó una corriente ideológica y políti-
ca de inspiración tradicionalista, antesala del carlismo. Natural de Marchena (Sevilla),
de familia humilde, Alvarado ingresó a los quince años en la orden de los dominicos, en
cuyas filas, en el Colegio Mayor de Santo Tomás de Sevilla, adquirió una sólida forma-
ción teológica. Su género predilecto fue el epistolar, en boga entonces, aunando un
discurso de inspiración escolástica con un dilatado repertorio de fábulas y dichos bur-
lescos de corte popular, destinados a captar el interés de un público amplio. Menéndez
Pelayo afirma que fue «el último de los escolásticos puros y al modo antiguo», siendo
cierto a la vez que supo configurar un estilo original, eficaz para la confrontación polí-
tica. Inició su andadura de polemista con las Cartas de Aristóteles (1786-1787), en
defensa del tomismo clásico frente al eclecticismo filosófico. Al entrar los franceses en
Sevilla se refugió en el Algarve, y desde allí, entre mayo de 1811 y marzo de 1814, envió
a la imprenta sus cuarenta y siete Cartas críticas, dirigidas a amigos suyos, diputados
en las Cortes, que constituyen un alegato apasionado en contra de la obra gaditana.
Provocaron de inmediato la respuesta airada de liberales destacados, Joaquín Lorenzo
de Villanueva, Francisco Martínez Marina y Bartolomé José Gallardo. Su temática,
variada, incluye un amplio catálogo de asuntos, entre otros la denuncia del ideario
liberal, en el que detecta el influjo del jansenismo, de cuya trayectoria en los orígenes
de la Revolución francesa estaba bien informado; la refutación del programa revolucio-
nario de las Cortes, al que contrapone el carácter social y representativo de la monar-
quía anterior a los Borbones; una calurosa justificación del orden político católico, que
incluye la defensa, con argumentos muy meditados, del Tribunal de la Inquisición; y un
alegato persuasivo en favor de la razón de ser y méritos de las órdenes regulares, obje-
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tivo principal del programa desamortizador de las Cortes. Fue en suma una figura
clave en el debate doctrinal y político de la primera fase del liberalismo español.
PALABRAS CLAVE
Liberalismo, jansenismo, absolutismo, tradicionalismo, Constitución de Cádiz,
Antiguo Régimen
ABSTRACT
«The Filósofo Rancio» («rancid philosopher», i.e. outdated) is the pseudonym of
Father Francisco Alvarado (1756-1814). He was the most popular personality of the
opponents who rose against the Cortes of Cádiz. An adversary of both liberalism and
«ministerial despotism», he was the head of an ideological and political tradition which
was a forerunner of Carlism. He was born in Marchena near Sevilla, of humble family.
When he was fifteen years old, Alvarado joined the Dominican Order. At the Colegio
Mayor de Santo Tomás of Seville he gained a solid theological training. His favorite
genre was the epistolary, which was very much in fashion at the time, and he eagerly
entered into spirited discussions regarding scholastic thinking. He had an ample reper-
toire of tales and mocking sayings of popular dress intended to capture the attention of
the public. Menéndez Pelayo wrote that Alvarado was in one way «the last of the pure
scholastics in the old style», while being able, at the same time, to shape an original
style effective in political confrontation. He began his rise to fame with the Cartas of
Aristóteles (1786-1787), both in defence of classic Thomism and against philosophic
eclecticism. When the French took Sevilla, he went to the Algarve, and there, from May
of 1811 to March of 1814, he published forty-seven Cartas críticas, addressed to some of
his friends who were also members of the Cortes. The work chiefly constituted a pas-
sionate plea against the work of the Cortes. This provoked an angry response from
important liberals including Joaquín Lorenzo de Villanueva, Francisco Martínez Mari-
na and Bartolomé José Gallardo. His varied themes, included a catalogue of questions
which were critical of the judgment of the liberal ideology, in which he detected the
influence of the Jansenism. Alvarado was fully informed about the steady rise of Jansen-
ism at the beginning of the French Revolution as well as the revolutionary activity of the
Cortes, against whom he contrasted the social and representative character of the mon-
archy preceding the Bourbon Dynasty. He gave a compelling justification for the catho-
lic political order including an fully meditated endorsement of the Court of the Inquisi-
tion. He spoke persuasively in defence of clerics regular merits and rights to exist,
companioned with his opposition to the program promoted by the Cortes of economic
reform based on confiscation of the ecclesiastic properties. To sum up, he was a key
figure in doctrinal debate and politics during the first phase of Spanish liberalism.
KEY WORDS
Liberalism, Jansenism, Absolutism, Tradicionalism, Constitution of Cadiz, Old
Regime.
Recibido: 20 de abril de 2013.
Aceptado: 9 de junio de 2014.
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S: I. Confrontación entre revolución liberal y tradicionalismo. II. La figura
del Filósofo Rancio: dos visiones encontradas. III. Apuntes biográficos. Las Car-
tas de Aristóteles. IV. Un «Quixote filósofo del siglo » frente a las Cortes de
Cádiz. V. Cruzada contra las Cortes gaditanas y la «cofradía» liberal. VI. Denun-
cia del jansenismo. VII. Defensa de la constitución tradicional. VIII. Crítica del
despotismo ministerial. IX. Apología de la Inquisición. X. El regreso a Sevilla y
los últimos años. XI. Conclusión.
I. CONFRONTACIÓN ENTRE REVOLUCIÓN LIBERAL
Y TRADICIONALISMO
En el transcurso del siglo , a la vez que el régimen liberal se afianzaba
en España, en un proceso no lineal y sí cuajado de sobresaltos, se hace presente
un movimiento de resistencia en su contra dotado de considerable intensidad,
que protagonizaron quienes, de un modo u otro, se sentían vinculados al Anti-
guo Régimen. La fase álgida de ese proceso dio comienzo a la muerte de Fer-
nando VII, en 1833, con el inicio de las guerras carlistas, que decantaron posi-
ciones y fidelidades, pero la oposición antiliberal venía de atrás: se remonta a la
fase germinal de la revolución gaditana, cuando emerge una corriente adversa
al nuevo régimen en ciernes; una corriente que, no obstante su falta de cohesión
al principio, adquirió intensidad, en medio de severas dificultades, a lo largo de
los meses que siguieron a la apertura de las Cortes.
Pronunciarse con rotundidad en contra del liberalismo triunfante en el Cádiz
de las Cortes debió ser una empresa harto incómoda. La movilización de los
liberales en el escenario gaditano, organizada con sorprendente eficacia desde el
primer momento, cogió desprevenidos a muchos diputados y, fuera de Cádiz, a
una parte considerable de los españoles. Los liberales se hicieron rápidamente
con las riendas del poder, y redujeron a sus oponentes a una situación de perma-
nente fuera de juego. Cualquier gesto de hostilidad hacia la nueva ideología –
revestida como estaba de un convincente aire de modernidad– resultaba poco
airoso, siendo así, además, que la pretensión de reivindicar el orden tradicional
se hallaba lastrada por la imagen degradada de la monarquía y de su gobierno
que habían dejado en pos de sí Carlos IV y Godoy, el último valido. Resistir,
además, podía resultar seriamente peligroso llegado el caso, como experimentó
en su persona don Pedro de Quevedo, obispo de Orense y Presidente de la
Regencia. Aquel venerable prelado, con una reconocida trayectoria de rectitud y
patriotismo, fue confinado durante más de cuatro meses, en incómoda y vejato-
ria reclusión, por el solo hecho de negarse a prestar el juramento que las Cortes
exigieron a los miembros de la Regencia, de la que a la sazón era él presidente,
en la primera jornada de sesiones, el día 24 de septiembre de1810 1.
1 Vid. sobre D. Pedro de Quevedo y Quintano: A. G, «Los opositores a la Constitu-
ción de Cádiz», en J. A. E (dirección), Cortes y Constitución de Cádiz. 200 años, II,

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