Psicosis

AutorJoaquim Homs Sanz de la Garza
  1. ESQUIZOFRENIA

    1. Introducción

      La esquizofrenia y los trastornos esquizoides y esquizotípicos inciden claramente en la imputabilidad, hasta el punto de anularla completamente, dado el carácter de psicosis muy grave e incurable en la mayoría de supuestos.

      En el presente trabajo nos referiremos de forma separada a los trastornos esquizoides y esquizotípicos, que son trastornos de la personalidad y se estudian en un capítulo conjuntamente, y la esquizofrenia como psicosis, que se clasifica con las demás patologías graves, es decir, psicosis.

      La incidencia en la inimputabilidad de los trastornos esquizoides y esquizotípicos es analizada al tratar la base patológica y la consideración de éstos como un fondo enfermizo que se debe tener en cuenta en los delitos que se aprecian en el TMT.

      La repercusión jurídico penal de la esquizofrenia merece una doble consideración, al establecer que, al tratarse de una psicosis grave crónica, su enclave penal corresponde al de la EM, por lo que nos abstenemos de extendernos al respecto. No obstante la JD ha entendido en ocasiones que los brotes esquizofrénicos son formas de TMT, posición a la que nos adherimos con las reservas que se harán, por lo que deben ser tratados en nuestros estudios.

      En todo caso cabe afirmar que la esquizofrenia es una de las patologías más graves y de más difícil tratamiento de las existentes.

    2. Trastorno de la personalidad esquizoide y esquizotípico

      Ambos supuestos son abordados en apartados específicos en este trabajo, por lo que remitimos a su estudio, siendo citados únicamente para su clasificación.

    3. Concepto y características

      Los síntomas fundamentales de esta dolencia son brotes psicóticos durante la fase más activa de la enfermedad, con múltiples procesos psicológicos, deterioro del nivel previo de actividad, comienzo antes de los 45 años y una duración mínima de 6 meses. Tal alteración no es causada por trastornos afectivos ni orgánicos.(1)

      En determinadas fases se hallan siempre ideas delirantes, alucionaciones o alteraciones del contenido del pensamiento.

      Esta definición pretende resumir a grandes rasgos la psicosis esquizofrénica, dolencia que aún plantea serias dudas en la doctrina psiquiátrica tanto por su origen como por sus modalidades que van desde la autista a la esquizofrenia paranoide.

      En todos los casos hemos de afirmar que supone una auténtica psicosis y por ello una enajenación mental, que eximirá de la responsabilidad criminal.

      No obstante su aparición y curso pueden dar lugar a la aplicación de la eximente de EM o de TMT, tanto incompleta como completa, dependiendo de una serie de factores que iremos desglosando.

      Los avances de la psiquiatría y especialmente de la farmacología han permitido que determinados enfermos puedan llevar una vida casi normal durante gran parte de su vida, contrariamente a lo que sucedía antiguamente. Ello da lugar a consideraciones jurídico-penales puesto que quien sufre esquizofrenia puede pasar de etapas de completa normalidad a total enajenación.

      Determinadas psicosis, como las maníacas o depresivas, presentan síntomas similares a las esquizofrénicas y pueden llegar a confundirse, como también ocurre con los trastornos por consumo de drogas.

      A pesar de la copiosa bibliografía y discusión científica no se ha podido probar la relación entre esquizofrenia y alteraciones estructurales de la corteza cerebral.(2)

      El deterioro del nivel previo de actividad, tanto en áreas laborales, sociales y de cuidado personal, es un elemento diferenciador.

      Se ocasionan síntomas característicos (3) con procesos psicológicos alterados en el contenido y curso del pensamiento, percepción, afectividad, sentido del yo, voluntad, relaciones con el grupo y conducta psicomotora.

      El contenido del pensamiento se ve deteriorado con ideas delirantes frecuentemente múltiples y extrañas, es decir, absurdas, tales como persecutorias, o ideas de autorreferencia en las que los acontecimientos, objetos o personas poseen un significado determinado. Por ejemplo, el paciente cree que los electrodomésticos de su casa se organizan en contra de él, robándole las ideas.

      Las ideas delirantes son frecuentísimas, los propios pensamientos son difundidos al exterior, enterándose el resto de las personas de que las ideas han sido introducidas por extraños en su cerebro, robo de pensamientos y control de éstos por extraños.

      Se presentan pensamientos delirantes de grandeza o religiosos durante los cuales pueden cometerse delitos de diversa índole, que acostumbran a ser contra las personas.

      Hay una pérdida de capacidad asociativa, cambiando el contenido de las ideas de un tema a otro sin lógica alguna. Puede darse yuxtaposición de manifiestaciones con falta de significado, llegando a la incoherencia hasta en el lenguaje. Éste suele ser pobre, vago, muy abstracto y repetitivo.

      Las alteraciones de la percepción acostumbran a ser alucinaciones, por ejemplo auditivas, que se creen venidas del exterior y que pueden dar órdenes, llegando a escucharse varias voces al tiempo. Ello ha dado lugar a comisión de delitos en los cuales el sujeto «obedece» el dictado de la voz que oye.

      En lo referente a la afectividad, se da de forma embotada, con reducción de la intensidad de la expresión de la misma.

      El sentido del yo está alterado, con perplejidad ante la propia personalidad y el significado de su vida.(4)

      Se describen cambios bruscos de la afectividad con ataques de furia y agresividad, con clara repercusión penal.

      Las relaciones con el mundo exterior se ven afectadas por el retraimiento, pudiendo el enfermo ser consciente de lo extravagante de sus ideas, sin que ello suponga una capacidad de razonamiento en límites de normalidad.

      El curso se caracteriza por una fase activa precedida de otra prodrómica con deterioro del nivel de actividad, retraimiento social, deterioro de la actividad común diaria, abandono del cuidado personal, afectividad alterada e ideación extraordinaria.

      En la fase activa prosiguen los síntomas psicóticos antes descritos tales como alucinaciones y delirios. Posteriormente a esta fase hay otra residual, persistiendo algunos síntomas psicóticos pero sin una vivencia afectiva intensa. Jurídico-penalmente el paso de una fase a otra encierra el problema del grado de imputabilidad del enfermo, puesto que mientras que en la primera ésta no existe en la segunda puede argumentarse una disminución de la misma pero no la exención total.

      Existe la «posibilidad» (5) de remisión total, aunque los casos estadísticamente localizados son escasísimos al existir dudas sobre si se trataba realmente de esta enfermedad.

      Para el diagnóstico de la esquizofrenia se requiere un tiempo mínimo de 6 meses, lo que supone que la exploración médico-forense, cuando se realice, deberá atender al dato y, si hay indicios de estar ante el comienzo de la patología, habrá que esperar un prudente plazo de 6 a 12 meses para determinar con seguridad que es esquizofrenia y no otra manifestación.

      Las complicaciones están definidas por actuaciones violentas,(6) ignorándose si la frecuencia es superior que las de la población normal. La esperanza de vida es inferior a la del resto de las personas, entre otros motivos por el riesgo de suicidio y la falta de atención médico-psiquiátrica.

    4. Clasificación

      1. Tipo desorganizado de esquizofrenia

        Se caracteriza por la incoherencia e insulsez, así como por realizar actividades desorganizadas, sin que se presenten ideas delirantes sistematizadas aunque pueden presentarse ideas delirantes fragmentadas y alucionaciones.

        Presenta sintomatología asociada como muecas, hipocondría, retraimiento social y otras actitudes extrañas. Hay deterioro social extremo con curso crónico sin remisiones significativas.(7)

        Este tipo de patología es el que presenta menor problema jurídico penal, dado que bajo esta modalidad se producen pocas manifestaciones delicitivas.

        El tratamiento jurídico penal, al igual que en los otros tipos de esquizofrenia, debe encauzarse, a nuestro entender, mediante la apreciación de la eximente de EM, en su forma completa en la mayoría de las ocasiones.(8)

        Dado que, como es sabido, no es misión de este trabajo el estudio de las patologías mentales que no dan lugar a trastornos mentales de tipo transitorio, referenciamos tan sólo lo expresado en aras a la concreción de nuestro estudio.

      2. Esquizofrenia catatónica

        La alteración se centra en la psicomotricidad que da lugar a estupor, negativismo, rigidez y excitación, con estereotipias.(9)

        En los brotes el sujeto precisa de atenciones para evitarse lesiones a sí mismo o a los demás.

        Bajo la patología descrita pueden producirse hechos ilícitos graves, tanto en las fases de psicomotricidad incontrolada, como en otras bajo control pero afectadas por la perturbación mental, es decir, se pueden cometer delitos de lesiones contra las personas cuando se trata de controlar un brote, caracterizado por alteraciones motoras, y en otros periodos en los que el sujeto actúa con su consciencia y voluntad perturbadas por efecto de la enfermedad.

        En ambos casos la eximente que hay que apreciar será la de EM, siendo claramente la de forma completa en el primer supuesto, mientras que en el segundo habrá que atender al nivel de conciencia que se mantenía cuando se produjo el delito. No obstante la medida de seguridad consistente en tratamiento médico, ya sea ambulatorio o de hospitalización, es la más adecuada.

        Por idénticos motivos que los expresados en el apartado anterior renunciamos a extendernos sobre esta cuestión dado que se aparta del objeto del trabajo.

      3. Esquizofrenia paranoide

        Es la más peligrosa de las enumeradas, por las alucinaciones que se presentan y las relaciones que se suscitan respecto a terceras personas.

        Las ideas de persecución, grandeza y celos, unidas a la ansiedad, ira, discusiones y violencia (10) presentan resultados delictivos con frecuencia.

        El deterioro es en ocasiones mínimo de no existir delitos, dado que es excepcional la desorganización total de la conducta.

        La...

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