La prisión como un eje de la política neoliberal. Reflexiones sobre el papel del trabajo social penitenciario en México

AutorBerenice Pérez Ramírez
Páginas75-87

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Introducción

La "caída del Muro de Berlín" en 1989 representó el triunfo de Estados Unidos sobre la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), a partir de este momento se inició lo que ahora conocemos como el proceso de transición a la demo-cracia, tanto de Europa del Este como del "sur global" (Held, 1992: 15). En estos años fermentaron contradicciones que dieron lugar a la desregulación progresiva

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del sistema de relaciones internacionales, que se había puesto en práctica al término de la Segunda Guerra; los desórdenes financieros, la inl ación y la desocupación crecientes desde finales de los años 70, fueron las manifestaciones más llamativas de estas contradicciones, que devinieron en lo que conocemos como neoliberalismo.

La prioridad en el régimen neoliberal es el capital, en un contexto especulativo de globalización financiera y de gran competencia a nivel global. Entre las medidas más significativas que se toman, están el tipo de cambio l otante, los intereses financieros elevados, las privatizaciones, la desregulación, el ataque a los salarios de los trabajadores y al Estado de bienestar (De la Garza, 2002: 2-3). De acuerdo con Harvey (2005: 161), la acumulación por desposesión, comprende cuatro aspectos: la privatización y la mercacianización, la financiación, el manejo y la manipulación de la crisis y las redistribuciones estatales. Estas características muestran el papel protagónico que tiene el Estado en el proceso, retomaré dos de ellas, en tanto explican su desplazamiento y me darán pie para el siguiente apartado:

1) Privatización y mercancianización, es decir, la privatización de las provisiones de servicios sociales y públicos, las instituciones públicas, la cooptación de recursos naturales comunes, la mercancianización de formas culturales, historias y creatividad intelectual a través del turismo, el retroceso de las regulaciones creadas para la protección del trabajo, la eliminación de los derechos de la propiedad comunal, "todos estos procesos equivalen a la transferencia de los bienes de los reinos públicos y populares a los dominios privados y de la clase privilegiada" (Harvey, 2005: 161).

2) Redistribuciones estatales. El Estado en el neoliberalismo se convierte en el principal agente de las políticas redistributivas, primero a través de esquemas de privatización y recortes en los gastos estatales; y después, mediante la redistribución de la riqueza y el ingreso a través de revisiones en la política tributaria, buscando beneficiar la rentabilidad de la inversión y no así los ingresos y los salarios (Harvey, 2005: 163-164).

1. Las políticas del estado neoliberal y el giro punitivo

El neoliberalismo ha significado una coni guración, una ideología y una práctica gubernamental de alto impacto, a través de nociones como la preeminencia del mercado en todas las esferas de la vida; la presunta disolución de conl ictos sociales anteponiendo la diversidad y pluralidad; la fragmentación política bajo un discurso de diferencias culturales e identitarias; entre otras cuestiones. El Estado neoliberal figura de manera destacada en la privatización, la mercancianización

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del interés público y las redistribuciones estatales, aumentando el número de personas pobres y profundizando sus dificultades y necesidades1, relegando a sectores históricamente marginados y generando pobreza en sectores que han adquirido notoriedad. Se puede afirmar que en el neoliberalismo, la política social sufrió un revés, especialmente las acciones dirigidas a aminorar o eliminar la pobreza, pero el asunto no termina ahí, hay quienes afirman que a la par de este hecho, el Estado neoliberal propulsó también un giro punitivo.

El aumento de la vigilancia y la policía y, en el caso de los EE.UU., el encarcelamiento de elementos "incorregibles" de la población, indica un giro más siniestro hacia un intenso control social. El complejo industrial de prisiones es un sector próspero (junto con los servicios de seguridad personal) en la economía estadounidense. En los países en desarrollo, donde la oposición a la acumulación por desposesión puede ser más fuerte, el papel del Estado neoliberal asume rápidamente la represión activa incluso hasta el punto de la guerra de baja intensidad contra los movimientos de oposición [...] a través de una mezcla de cooptación y marginación (Harvey, 2005: 165).

Tanto Wacquant (2010) como Soss et.al. (2011), afirman que esto ha sido a través de lo que denominan "paternalismo neoliberal". Por paternalismo entienden, la aproximación directiva y supervisora del gobierno para gestionar la pobreza, este no es un logro político sino visto como una innovación, un cambio en el manejo que se da a la pobreza. Cabe mencionar que los autores coinciden que el encarcelamiento y el castigo han adquirido un rol protagónico en la política neoliberal contra la pobreza, atravesada por un fuerte componente de racialización, es decir, señalan que las comunidades de color y étnicas son las principales afectadas, considerando como caso emblemático los E.U.A.

[El aparato] policial y correccional ha llegado a ser la herramientas más prominente del control social, las lógicas criminales de violación y penalidad han sido importadas dentro de los programas de bienestar. Juntos [...] han dado lugar a una "doble regulación de los pobres" (Soss et. al., 2011: 6).

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Para Wacquant (2002), el debilitamiento del estado social y el fortalecimiento y glorificación del estado penal funciona como una fórmula que nos permite comprender la transformación del Estado en las sociedades. Las distintas manifestaciones del primer punto (precariedad del trabajo, un empresariado fortalecido, la profunda remodelación de lo público, abandono de la seguridad social, etc.) y el resurgimiento del segundo, del Estado punitivo, son dos caras de una misma moneda (2002: 7). Para este autor, el papel central que ha adquirido la prisión en las sociedades avanzadas, es una respuesta política no a un aumento de la inseguridad criminal sino de la inseguridad social causada por la fragmentación del trabajo asalariado y la reorganización de la jerarquía étnica y racial. En sus pala-bras, la dupla del Estado neoliberal es un workfare restrictivo junto a un prisonfare expansivo (2010: 198). Y un factor clave para este autor es la noción cultural de responsabilidad individual.

Para Waquant (2010) y Soss et.al. (2011), el Estado en el neoliberalismo, más que desmantelado, fue transformado y en él interactúan ambas vertientes con la misma fuerza: la faceta social o sus funciones sociales ("mano izquierda") y la faceta punitiva o estado carcelario ("mano derecha"). Desde este enfoque, entienden que el Estado neoliberal no es algo distinto sino reestructurado, que ante sus compromisos económicos cada vez más ambiciosos, expanden los programas sociales que dirigen a los pobres y estrechan relaciones con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs)2al mismo tiempo que fortalecen la vigilancia policial y el aumento de cárceles. De tal modo, que el declive de las funciones sociales no lo consideran como una falla sino como el éxito económico del sistema, que requiere el giro punitivo para los sectores de clase baja e identificados racial y étnicamente "en desventaja", haciendo énfasis que es una cuestión de responsabilidad...

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