Políticas públicas y violencia de género en México
| Autor | Julia del Carmen Chávez Carapia |
| Páginas | 103-116 |
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El siglo XX ha sido un siglo de guerras y revoluciones, de luchas por las libertades democráticas, un siglo de alta violencia estructural, de discriminaciones, de desigualdades, de intolerancias, de inequidad y de manera contradictoria y antagónica también ha sido calificado como el siglo de las mujeres. Las mujeres y los hombres como sujetos sociales han estado involucrados en estos eventos y espacios pero que al definirse y conformarse con el movimiento feminista conjugaron acciones diferentes que lograron abrir nuevas dimensiones en el mundo de lo público como fueron el ámbito laboral, el educativo, el político, el económico, el sexual, el familiar. Las mujeres se constituyeron como ciudadanas, como trabajadoras, como estudiantes, como científicas, como políticas, en dimensiones que estaban vedadas para ellas hasta casi la mitad de ese siglo. En ese momento histórico, en el proceso de cambio, se presentaron situaciones contradictorias algunas mujeres se
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incorporaron al ámbito público y otras continuaron en sus papeles tradicionales como madres, esposas y amas de casa, en el ámbito privado.
Analizar las condiciones sociales de las mujeres en el siglo XXI es comprender el papel de las mujeres en el siglo XX y es también identificar los logros del movimiento feminista internacional y nacional, como un movimiento social que ha incidido en la sociedad de manera importante aunque aún no de modo integral ya que se ha enfrentado a los problemas estructurales de poder capitalista y del sistema patriarcal que obstaculiza la lucha de las mujeres, su incorporación al mundo público, sus derechos sociales y humanos, y su esencia como sujeto social.
La política internacional que por un lado apoya el poder económico y financiero de ciertos grupos, el poder político de los gobiernos y estados poderosos y por otro lado el poder de las organizaciones mundiales financieras y para el desarrollo. Las acciones de poder político van generando políticas internacionales e indicadores de desarrollo, donde la cuestión de género, la equidad y la democracia se convierten en elementos indispensables para el acceso a las políticas crediticias internacionales y para los campos de la política internacional, se manejan también como indicadores que el poder maneja para identificar los tipos de sociedad y sus niveles de desarrollo.
La violencia de género como parte de la violencia estructural se convierte en un eje fundamental de las formas de control y de poder de los grupos económica y políticamente poderosos y al mismo tiempo es un elemento de control tradicional de la sociedad patriarcal, en sus relaciones culturales cotidianas.
La condición social de la mayoría de las mujeres a finales del siglo XX e inicios del siglo XXI, a nivel nacional e internacional, las sigue ubicando en los grupos con mayor vulnerabilidad por lo cual se convierten en un eje prioritario de estudio y atención de las políticas sociales emitidas por los organismos internacionales como la ONU Mujeres y la OCDE. El siglo XXI, se presenta con grandes contradicciones, crisis estructurales, drásticas diferencias sociales y económicas, que acentúan aún más la exclusión de las mujeres al desarrollo social. La globalización y el neoliberalismo entraron en una nueva crisis, al manifestar situaciones de desigualdad tanto estructural como social que se rel ejan en el caso de la Comunidad Europea principalmente, aunque son un eje de la globalización en todo el mundo occidental. Estos procesos mundiales dejan ver las limitaciones para lograr un desarrollo incluyente. El aumento de la violencia estructural marca claramente esta situación.
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La violencia estructural es el resultado del sistema social y económico en que se encuentran los individuos y en el cual no todos tienen las mismas oportunidades, como lo indica Joseph Stiglitz1cuando señala la desigualdad como una situación que origina crisis y desequilibrios económicos y sociales; a esto se suman situaciones de inequidad, de desigualdad, de discriminación.
Esta violencia global, cubre todas las esferas de la actividad humana, rompe las fronteras y no respeta la soberanía de las naciones ni de la cultura. La violencia estructural es encubierta e invisible y los individuos la viven, la afrontan en su vida cotidiana, se va integrando al sujeto y a la población, en este sentido se transforma en una violencia que se lleva al mundo privado, a los integrantes de la familia y a los más vulnerables las mujeres, los niños y las niñas.
Las manifestaciones de la violencia estructural se encuentran en la violencia endógena y la exógena, la del mundo de lo privado y la del mundo de lo público. Se utilizan como mecanismos de defensa, sobrevivencia, formas de poder, formas de control. El poder está implícito en la violencia ya que sitúa en posición de inferioridad o de subordinación.
La violencia es una forma extrema de agresión intencionalmente destructiva hacia otros, se dirige hacia las personas u objetos que representan un valor para la víctima, o bien la imposición mediante el empleo de la fuerza física, económica o psicológica para realizar actos gravemente contrarios a la propia voluntad. Ello implica una interrelación de poder-mandato, subordinación, aceptación del mandato, obediencia. Una forma de relación que implica el arriba y abajo, que se adoptan en la forma de roles, padre-hijo, hombre-mujer, maestro-alumno, patrón-empleado, sacerdote-feligrés.
En este ámbito macrosocial se presentan otros tipos de violencia como la violencia de género. En este aspecto se considera la violencia extrema hacia las mujeres, situación que presenta características particulares por la vulnerabilidad de las mujeres dentro de una cultura patriarcal y por sus situaciones sociales de desigualdad, inequidad y marginación.
Dentro de la violencia de género se comprende el feminicidio, como una de las manifestaciones de mayor trascendencia pues implica la muerte de la mujer por el hecho de ser mujer. Los feminicidios se presentan en el ámbito público y en el privado con características diferentes y como resultado de la violencia exógena y la endógena. En lo privado se presenta como violencia familiar y se justifica como una situación individual basada en la cultura, en las tradiciones, en los mitos, en las costumbres, en las creencias religiosas sin considerarlo como un problema de
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carácter estructural, social, jurídico y político. Otras formas de violencia de género es la trata de personas o sea la trata de mujeres, la prostitución. Todas estas formas de expresión de violencia hacia las mujeres se encuentran desde la delincuencia organizada hasta las relaciones familiares, en una sociedad que lo permite, lo justifica y lo considera como "natural" dentro de su cultura patriarcal en donde la mujer se encuentra supeditada al hombre.
La violencia de género se empieza a visibilizar en los años setentas con la violencia familiar y después a finales de los noventas se integran los elementos de comprensión de la violencia de género, gracias al movimiento feminista nacional e internacional y a la construcción teórica metodológica de género que se va realizando en la vida científica y en la académica.
La violencia se ha considerado como una manifestación inherente a la existencia del ser humano, que le ha permitido evolucionar y desarrollarse socialmente constituyendo un mecanismo de sobrevivencia. En este sentido la violencia se establece como un complejo sistema...
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