El plan de ordenación de los recursos minerales de Andalucía (2010-2013)

AutorMª Remedios Zamora Roselló
CargoDoctora en Derecho. Doctorado Europeo, Profesora de Derecho Administrativo, Departamento de Derecho Público, Facultad de Derecho, Universidad de Málaga
Páginas10-28

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I -Introducción

Andalucía es una de las Comunidades Autónomas con mayor potencial de recursos mineros, y ha suministrado este tipo de recursos a la industria nacional, así como a otros Estados. Los primeros yacimientos descubiertos han puesto de relieve la existencia de explotaciones mineras desde la etapa prehistórica, si bien sería en la época romana cuando la minería andaluza alcanza un mayor esplendor, que se ha mantenido con irregularidad hasta nuestros días. Según los datos del año 2007, existen en la Comunidad Autónoma andaluza más de 800 explotaciones activas1, con un claro predominio de las rocas ornamentales en Almería y la presencia de explotaciones de rocas industriales, principalmente áridos, en todas las provincias andaluzas.

Este contexto, unido a la creciente demanda de materias primas básicas para la construcción y la fabricación, y las oscilaciones de precios de los últimos años han convertido a la industria minera en un factor estratégico; y por tanto en un objetivo prioritario de la política autonómica.

El Plan andaluz realiza un estudio en detalle de la realidad minera en esta Comunidad y toma como punto de partida la existencia de importantes recursos minerales en su territorio, destacando dos sectores: la roca ornamental y las arcillas2. La fortaleza de este sector ha llamado la atención más allá de nuestras fronteras, lo que se desprende de la capacidad del sector transformador para atraer inversión extranjera, y de la buena acogida de los

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productos derivados del subsector de la roca ornamental en el mercado internacional.

Desde el punto de vista de los medios personales y materiales esta Comunidad ha tenido una importante tradición minera, que se traduce en un alto grado de presencia de este sector en la sociedad y en la experiencia acumulada. En el mismo sentido, nos encontramos con profesionales cualificados que ejercen sus funciones en el sector minero y que disponen de la capacitación necesaria para asumir los riesgos de estas actividades3.

El territorio andaluz dispone de infraestructuras de transportes, comunicaciones y energéticas que pueden ayudar al fomento y desarrollo de la actividad minera. Además, existen apoyos públicos para financiar la innovación y modernización de este sector, por lo que el panorama es alentador desde esta perspectiva. El resultado de estas medidas ya se ha comprobado con el avance significativo de la productividad del trabajo en el sector minero entre los años 2000 y 2007, según los datos facilitados en el Plan andaluz.

En los últimos años se ha producido un resurgir del sector de la minería metálica en Andalucía. Son numerosos los proyectos, en su mayoría de empresas de capital extranjero, que aspiran a explotar los recursos minerales de esta Comunidad Autónoma. Un ejemplo sería la explotación de cobre "Las Cruces", que en el año 2011 alcanzó el récord de producción desde el inicio de su actividad en 2009, con un total de 4.500 toneladas de cátodos de cobre. El aumento en la demanda de cobre, y en consecuencia de su precio, se encuentra detrás del interés en este yacimiento explotado por el grupo canadiense Inmet Mining. Sin embargo, esta explotación no se encuentra exenta de polémica, ya que la Consejería de Medio Ambiente ha abierto cuatro expedientes a la mina, y también continúa abierto un proceso judicial por la perforación no autorizada de varios pozos4.

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En el año 2010 se presentó el proyecto de reapertura de la mina de Riotinto, y después de un dilatado proceso de tramitación parece que podrá reiniciar su actividad a fines de 2012. La Consejería de Medio Ambiente también ha abierto un expediente a las tres sociedades propietarias de las minas de Riotinto por la deficitaria gestión de las balsas en las que se acumulan los residuos mineros.

El actual contexto, del que se han mostrado dos ejemplos paradigmáticos, pone de relieve la relevancia del sector minero y la indispensable vinculación entre desarrollo y conservación ambiental. Equilibrar el interés para el desarrollo económico y social de las explotaciones de recursos minerales y los riesgos ambientales asociados a estas actividades suponen un desafío para las autoridades competentes.

II -El plan Andaluz: contexto y significado

La Comunidad Autónoma de Andalucía ostenta competencias compartidas para la regulación y control de las minas y de los recursos mineros, así como las actividades extractivas5; esta competencia debe analizarse junto a la garantía al derecho al medio ambiente a través de una adecuada protección de la diversidad biológica y los procesos ecológicos, el patrimonio natural, el paisaje, el agua, el aire y los recursos naturales. Asimismo, existe un mandato expreso para que las políticas públicas se orienten hacia el respeto del medio ambiente, y se reconoce la competencia autonómica sobre regulación, ordenación y gestión integral de los espacios naturales protegidos6.

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En este marco, la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía promovió, mediante Acuerdo del Consejo de Gobierno de 2 de noviembre de 20057, la formulación y redacción del Plan de Ordenación de los Recursos Minerales de Andalucía (PORMIAN), como un "instrumento de ordenación y planificación que oriente normativa y espacialmente las actividades mineras de forma coordinada y compatible con la planificación existente en la Comunidad Autónoma en sus aspectos medioambientales, paisajísticos, territoriales, urbanísticos y culturales, para un correcto y compatible desarrollo del sector a medio y largo plazo".

El PORMIAN se plantea como meta poner en valor el sector de la minería y destacar las potencialidades existentes que son objeto de aprovechamiento. Para alcanzar este fin se proponen objetivos que ponen de relieve los ámbitos sobre los que la política andaluza ha optado por incidir en los próximos años: competitividad y productividad, empleo y seguridad, integración ambiental y territorial, gestión administrativa e investigación.

Desde la perspectiva de la competitividad y la productividad, se trata de implantar procesos innovadores e impulsar la incorporación del conocimiento; en definitiva, la modernización del sector minero andaluz. Sin duda, este objetivo se encuentra estrechamente vinculado con el desarrollo de la investigación, es decir, fomentar el estudio del sector minero desde diferentes enfoques como el socioeconómico, el jurídico y el ambiental. La mejora de la información también se trata de impulsar a través de un mayor conocimiento geológico-minero, como instrumento para que la iniciativa privada y el sector público dispongan de una base de datos suficiente para elaborar sus modelos de estrategia y de planificación.

Empleo y seguridad constituyen un binomio indisoluble, por un lado la necesidad de potenciar el diseño de nuevos productos y aplicaciones como medida para desarrollar y afianzar el sector minero-industrial; y de otro, la formación, cualificación y seguridad en el sector minero para consolidar la industria y prevenir los riesgos laborales asociados a estas explotaciones. Como colofón, la gestión administrativa como vehículo para el desarrollo del sector minero, en lugar de obstaculizar la actividad minera en Andalucía. La simplificación y agilización de los procedimientos administrativos, y la mejora de la coordinación interadministrativa como requisitos para alcanzar la eficiencia de los servicios administrativos.

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En este conjunto de objetivos cabe destacar la relación entre el territorio y la minería. El impacto ambiental y territorial de la actividad minera es una realidad que debe integrarse en los proyectos de explotación. La dependencia de nuestro modelo productivo del abastecimiento de materias primas minerales obliga a perfeccionar la gestión de los riesgos ambientales y territoriales. Este objetivo está inexorablemente vinculado con el cumplimiento de los fines anteriores, en especial con la mejora de la gestión administrativa y el desarrollo de la investigación8.

III -Las limitaciones a la minería en los espacios protegidos

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el desarrollo del sector minero en el territorio andaluz es el alto grado de coincidencia territorial de las áreas mineras de interés potencialmente útiles y la superficie protegida por criterios medioambientales9; asimismo, cabe poner de relieve la variedad de figuras con la que nos encontramos para la protección del medio ambiente. Con el fin de seguir los enunciados del propio Plan andaluz, conviene distinguir entre los espacios incluidos en la Red Natura 2000 y los

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parques naturales andaluces, para centrarnos en las dos figuras más significativas de protección.

La Red Natura 2000 afecta a más del 29% del territorio andaluz, por lo que resulta clave conocer cuál es el modelo de compatibilidad entre la inclusión de una zona en la Red Natura 2000 y las explotaciones mineras10.

Estas actividades no están excluidas por completo en los espacios pertenecientes a la red, la regulación comunitaria se remite al estudio de las consecuencias de esa actividad, para lo que será necesario evaluar el grado de repercusión del proyecto. Incluso la Directiva sobre hábitats admite que se continúe un plan o proyecto aún cuando vaya a producir efectos negativos en el lugar. El carácter excepcional de esta previsión se confirma por la exigencia de dos requisitos, que el plan o proyecto deba ejecutarse por razones imperiosas de interés público de primer orden y que no existan soluciones alternativas11.

Para conocer el impacto del proyecto se emplea la "evaluación adecuada", con el fin de...

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