Personalidad, motivación y juicio deportivo

AutorDolores Cabrera Suárez/Guillermo Ruiz Llamas/Gonzalo Marrero Rodríguez
Páginas109-132

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1. Personalidad y motivación

La personalidad y la motivación son de los términos más importantes que se manejan en el estudio del comportamiento humano. Por esta razón hacemos una introducción general de ambos conceptos para poder entender, aunque sea a modo de resumen, la importancia que el estudio de ambos ha tenido y tiene en un marco global y, en especial, en el contexto deportivo.

El término personalidad suele utilizarse en el lenguaje cotidiano con mucha frecuencia y da a entender que alguien es de una u otra "forma de ser", siendo su aplicación muy flexible y poco definida. La motivación parece referirse a aquello que inicia, mantiene, dirige e interrumpe la conducta. Sin embargo, aunque estos términos tienen elementos comunes son difíciles de incorporar en una sola definición.

1.1. Concepto de Personalidad

Definir personalidad ha sido y es una tarea de difícil solución. De hecho, no existe una definición de "personalidad" que sea comúnmente aceptada por quienes, dentro de la Psicología científica, se han dedicado y dedican a su estudio. Las razones por las que se explica esta falta de entendimiento son muchas. Las más importantes podrían resumirse en los siguientes aspectos:

  1. El estudio de la personalidad ha desempeñado, con mucha frecuencia, un papel disidente en el desarrollo de la Psicología. Esta especie de desarraigo, aunque ha permitido cierta libertad de acción, crítica y cuestionamiento de los cauces oficiales por donde discurría la ciencia psicológica, ha conducido al estado actual en que se encuentran los múltiples acercamientos teóricos existentes, casi todos ellos construidos al margen de las normas y sistemática del legado científico.

  2. El estudio de la personalidad se ha venido caracterizando por un estilo y preocupación eminentemente funcional, apegado a los problemas diarios. Tal es así, que las teorías principales de la personalidad han partido desde las obser-

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    vaciones clínicas, que, si bien han dado una especie de aureola de vitalismo-humanismo-popularidad a tales teorías, han dificultado el intento de establecer un armazón conceptual claramente definido, comúnmente aceptado y vinculado a los procedimientos que emanan de la lógica del pensamiento científico.

  3. Junto a este carácter funcional hay que destacar la importancia concedida en el estudio de la personalidad a los procesos motivacionales que han sido las variables más atacadas durante mucho tiempo, llegando incluso a tener un valor nulo para los experimentalistas.

  4. Por último, la amplitud de sus fines, holistas e integradores, ha abierto camino a numerosos enfoques; cada uno de los cuales ha comportado una definición de la personalidad acorde con el contexto teórico en que se enmarca.

    Pero no es sólo en el ámbito de la Psicología donde se da el problema de la definición de personalidad. También en sus acepciones más cotidianas e incluso históricas, la ambigüedad existe. Así, Cicerón dio cuatro líneas maestras de la acepción del término personalidad:

    1. Personalidad es lo que uno aparenta ante los demás; es la apariencia exterior; es la máscara que uno lleva puesta, acorde con el contexto en que se sitúa. En cierto modo, esta significación hace referencia a algo superficial, externo, aditivo, que no es uno mismo y que se utiliza para dar una determinada imagen ante los demás.

    2. La segunda acepción hace referencia no ya a la máscara del actor, sino más bien al papel que dicho actor representa en la obra. En este sentido, el actor deja de ser considerado como alguien con características propias, independientes del papel que representa.

    3. Un tercer significado se refiere al actor en sí mismo, entendido como individuo constituido por un conjunto de cualidades y características personales. El actor, en este contexto, tiene una verdadera entidad, un auténtico Yo, una distintiva personalidad que es independiente del papel que está representando y de los artificios de que se sirve para tal fin.

    4. Por último, se habla de "persona" aplicándole connotaciones de prestigio y dignidad; características que sonaron con fuerza, y que siguen estando presentes en contextos jurídicos, como en el código romano donde se define la "persona" como "todo individuo que goza de estado legal" o sociológicos, donde se le define como "el aspecto subjetivo de la cultura", como "la eficacia social" o como la "partícula final del grupo humano".

      En cualquier caso, la acepción con mayor importancia del término personalidad es aquella que hace referencia al actor mismo, en cuanto poseedor de cualidades y propiedades que le definen con independencia de la categorización que de él y su comportamiento hacen los demás.

      Además, podríamos sacar algunas notas definitorias generales que, aunque no son propiamente una definición, podemos tomarlas como punto de partida para entender posteriormente la importancia que ha tenido el concepto de personalidad en el contexto

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      deportivo y en el ámbito del juicio deportivo en particular. Estas notas podrían resumirse en seis apartados:

    5. La personalidad abarca tanto la conducta manifiesta como la experiencia privada.

    6. La personalidad implica ciertas connotaciones de generalidad. Desde un extremo se ha intentado minimizar las diferencias situacionales que el comportamiento de un individuo puede presentar, acentuando el carácter de generalidad, duración y permanencia de las características de la personalidad; explicándose las inconsistencias como errores o excepciones. En el polo opuesto (generalidad-especificidad), donde obviamente no cabría hablar de personalidad, la inconsistencia de la conducta no sería la excepción sino la regla. Una postura intermedia, más actual, abogaría por un entendimiento de la personalidad como un conjunto de características relativamente estables que el individuo lleva a la situación. El comportamiento viene a ser el resultado de la modulación e interacción de características del individuo y parámetros de la situación.

    7. El concepto personalidad hace referencia a la estructuración única de un conjunto de elementos del individuo. Es decir; aunque la afloración puntual de la organización en el individuo es única, los elementos que integran la organización son generales o generalizabas.

    8. Cualquier definición nos permite la posibilidad de predecir, controlar y entender la conducta de un individuo concreto; siendo, tal vez, la que incorpora "entender" la más dada a connotaciones subjetivistas.

    9. La personalidad es algo "inferido", carece de realidad en sí misma. Es una abstracción que inferimos de la conducta de un individuo.

    10. El término personalidad debe emplearse sólo cuando es útil para describir, explicar, predecir y controlar el comportamiento del sujeto.

      Estas perspectivas hacen que a lo largo de la historia se hayan aportado distintas definiciones de personalidad. Un breve repaso histórico nos permite incorporar, a modo de ejemplo, las siguientes:

      En el siglo XVIII, Christian Wolff en su obra "Psychologia Rationalis" (1734; citado por Delay y Pichot, 1988, 329) personalidad es lo que conserva la memoria de sí mismo, es decir, lo que hace recordar haber sido otras veces, al igual que ahora, una y la misma cosa. Para Myers (1988, 463) la personalidad consiste en pautas duraderas de respuesta, del individuo enfrentado a gran variedad de situaciones. Fuentenebro y Vázquez (1990) entienden la personalidad como la forma en que las personas interactúan consigo mismas y con el medio. Y, Fierro (1996, 53) utiliza la personalidad para referirse a un campo empírico vasto y complejo, en el que se pueden identificar tanto subconjun-tos determinados o clases de conductas -autorreferidas, de presentación social, de auto-protección-, cuanto atributos que caracterizan a toda conducta: peculiaridad e idiosincrasia individual, estabilidad, procedencia de un sujeto agente, en verdad activo y no sólo reactivo, idéntico a sí mismo a través del tiempo.

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      En resumen, nosotros consideramos que la personalidad puede ser conceptualizada como la organización de las características estructurales y funcionales (innatas y adquiridas) que conforman el equipo de conducta con que el sujeto afronta las diferentes situaciones (Bermúdez, 1985). Esta definición nos pone de manifiesto la interacción persona-situación que consideramos decisiva para entender la toma de decisiones de las jueces .

1.2. Definición de Motivación

Las razones dadas para plantear la problemática conceptual del término personalidad son, aunque con algunas matizaciones, igualmente válidas a la hora de definir qué es motivación. A pesar de ello, la definición conceptual del término motivación es actualmente mucho más consensuada. En general, podemos entender motivación como el conjunto de procesos impulsores y orientadores que resultan determinantes para la elección y para la intensidad de la actualización de...

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