Opinión acerca de la identidad
| Autor | Pierre Bidart |
| Páginas | 51-52 |
Universidad de Bordeaux II. Palabras pronunicadas en el doctorado honoris causa de la Universidad de Burdeos (2002). Pierre Bidart murió en el año 2010.
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Para hablar de nuestro amigo y colega, el profesor Carmelo Lisón Tolosana, yo he escogido la obra Las mascaras de la identidad por dos razones bien diferentes, pero sin embargo convergentes.
La primera razón es de orden científico, porque el concepto de identidad podría formar parte de los «conceptos gigantescos» de los cuales habla Bruno Latour. Yo iré más lejos sobre este punto.
La segunda razón es más bien de orden psicológico y yo quisiera desarrollar este argumento, contenido de la naturaleza misma de la ceremonia que nos reúne hoy día. Yo encuentro que esta obra nos informa -puede ser que a su manera- sobre el autor mismo, sobre su biografía, su itinerario intelectual.
He aquí en efecto un joven aragonés, que se va a formar en Antropología en Oxford, en Inglaterra, yendo a casarse con una inglesa cuya delicada presencia explica su duda de «yo no sé qué» británico que le distingue, que le va a conducir a escribir sobre Galicia dos obras (una sobre la brujería, otra sobre la Santa Compaña), las cuales hacen honor a la antropología española y mundial, que va a contribuir a la creación en Madrid de un Departamento de Antropología de notoriedad nacional, y todo aquello multiplicando los cambios, los contactos universitarios internacionales y en particular con Francia.
He aquí una magnífica traducción de esta identidad que el autor define en su obra como collage cultural.
Yo estoy tentado de ver en esta obra una doble lección: antropológica e intelectual. Por la primera, el pensamiento antropológico se nutre él mismo de las elaboraciones más abstractas, que le venga o no de herencia, es decir de la experiencia de sus recuerdos, de sus sentimientos, etc., que funde aún una subjetividad (y aquélla del sabio). Sería en efecto desolador en el nombre de un positivismo naïf, evacuar esta experiencia considerándola inútil incluso parasitaria para el análisis.
Para la segunda lección, pensar una sociedad, constituye un acto altamente político, sobre todo cuando el investigador se interesa en las formulaciones o las representaciones por las cuales se presentan estas sociedades: nación, etnia, Estado-nación, región.
Vemos ahora otra razón que me ha incitado a presentar esta obra. En la diversidad de capítulos que la componen, el hilo conductor es el nacionalismo y la etnicidad, dos temas...
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