La oferta cultural de las ciudades seleccionadas: Madrid y Valencia

AutorJavier de Esteban Curiel
Cargo del AutorProfesor Titular Universidad Rey Juan Carlos
Páginas263-294

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“No seguimos estando dependiendo de lo que diga Nueva York, París, Roma o Los Ángeles acerca de la cultura y el arte. Nos hemos convertido en más internacionales y regionales al mismo tiempo”

Linda Blondheim-Pintora Americana

5. 1 Introducción

El uso de los estudios de caso ha sido muy extendido en las investigaciones sociales, sobre todo en aquellas que son consideradas de pequeña escala. Descombe (2003: 30) señala que “cuando los investigadores optan por la técnica del estudio de caso, ellos se están introduciendo en un juego de ideas y preferencias relacionadas entre sí, que cuando se combinan, dan a esta técnica, su mejor y más genuino carácter”. Veal (1997: 75) añade que un estudio de caso implica la particularización mediante un ejemplo -un caso- del fenómeno que estamos analizando, con el propósito de poder dimensionarlo y entenderlo mejor.

Así, el objetivo de este capítulo es dar al lector una información general sobre la importancia del turismo cultural en España, en particular aquél interesado en la cultura contemporánea, mediante la utilización de dos estudios de casos, como son Madrid y Valencia, ciudades dinámicas en cuanto a manifestaciones culturales contemporáneas. En efecto, el investigador considera, en este punto, que no es necesario profundizar en la importancia que tiene el turismo cultural en cada ComunidadPage 264 Autónoma de España, con datos que así lo atestigüen, sino más bien, se trata de realizar una introducción generalizada del país en términos de turismo cultural, para luego dimensionar este fenómeno turístico con la selección de las ciudades de Madrid y Valencia. Además, con el propósito de dar una mayor y mejor comprensión del estudio de caso, se establecen las diferencias entre turismo urbano y turismo cultural (el cuál, como hemos visto en los dos capítulos anteriores, es mayoritariamente urbano). Asimismo, se presenta un inventario de las atracciones culturales contemporáneas más representativas e importantes de las ciudades de Madrid y Valencia, para finalizar con una breve descripción del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) y del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), espacios que han sido elegidos para llevar a cabo el trabajo de campo de esta investigación en las ciudades de Madrid y Valencia respectivamente.

5. 2 El turismo cultural en España

Como bien es sabido, España es un destino muy reconocido a nivel turístico. Sin embargo, el hecho de identificarlo como un producto casi exclusivamente de “sol y playa” ha conducido a problemas de estacionalidad y concentración geográfica (Boniface y Cooper, 2001). Esto ha provocado que las autoridades turísticas españolas hayan reaccionado, y que en estos momentos el turismo español apueste por la diversificación y la creación de nuevos productos turísticos. Para alcanzar estos propósitos, se han desarrollado diversos planes estratégicos para mejorar la calidad de los destinos, tanto maduros como emergentes, a través de los “Planes de Excelencia” y los “Planes de Dinamización”, respectivamente. Dentro de los objetivos de estos planes, el turismo cultural es, sin duda, una apuesta prioritaria para el futuro (Güemes, 2001). Cabe recordar, que España es el país con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y que posee más de 7500 espacios declarados de interés histórico (conocidos como BIC: “Bien de Interés Cultural”) (Marchena, 1998). De hecho, la cuota mundial de mercado de España, respecto al turismo cultural fue en el 2001 del 8,2%; en otras palabras, España recibió 8,5 millones de turistas culturales esa fecha, de los cuáles el 60% eran extranjeros. Estos últimos representaron el 12% del total de los ingresos turísticos en España, y el 7,7% de ingresos por cambio de divisas (Instituto de Estudios Turísticos, 2001).

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A pesar de esta aparente riqueza en recursos, España no tiene la imagen de ser un destino turístico cultural de primer orden, como sí sucede en los casos de Francia o Italia. Según Serra Cabado y Pujol Marco (2001), esto puede ser atribuido a dos razones básicamente: por un lado, la fuerte imagen de España como destino “sol y playa”, y por otro lado, la poca existencia de productos patrimoniales-culturales (si bien el recurso existe). Por tanto, los actuales esfuerzos de los organismos públicos están centrados en la implantación de un plan (“Plan de Impulso al Turismo Cultural e Idiomático”) que incluya, entre sus medidas, el desarrollo del turismo cultural así como un mayor uso y promoción de lo propio [cultura] (Güemes, 2001).

En este contexto, y siguiendo a la profesora Moreré (1999), “por destino cultural se puede entender lo siguiente: museos, sitios arqueológicos, monumentos, cascos antiguos de ciudades, artes visuales, artes aplicadas, grandes exposiciones, música, danza, festivales religiosos, peregrinaciones, rutas o itinerarios culturales, folklore, etc., de ahí que sea el núcleo urbano el motor inicial del desarrollo turístico cultural, puesto que comprende unas estructuras ya existentes, que con pocas innovaciones o intervenciones, se puedan convertir en atracciones turístico culturales”. En este sentido, muchas ciudades españolas cuentan con un amplio elenco de ofertas culturales que, según Díaz y Martínez (2002), pueden ser divididas de manera práctica en ocho grandes grupos:

(1) Oferta de Bienes Patrimonio de la Humanidad: se crea en 1972, como espacios protegidos que convierten al bien patrimonial en un potencial de riqueza, mediante la asignación de fondos económicos. Esta terminología se ha adjudicado a monumentos, zonas arqueológicas con alto valor paisajístico (Las Médulas de León) o, núcleos urbanos y ciudades como es el caso de Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia, Toledo, Alcalá de Henares, Ibiza y San Cristóbal de la Laguna.

(2) Oferta de rutas culturales turísticas: en la que destacan dos grandes rutas en España. Por un lado, El Camino de Santiago, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 y considerado el Primer Itinerario Cultural Europeo. Y Por otro lado, la ruta Vía de la Plata, con origen en Sevilla y destino en Gijón, pasando por localidades como Mérida o Salamanca que poseen un rico patrimonio cultural y natural, consiguiendo así la promoción dePage 266 diversas regiones al mismo tiempo. Aparte de estas dos rutas principales, también habría que mencionar las siguientes: la Ruta de los Castillos, la Ruta Colombina en bicicleta, la Ruta del Arte Románico, la Ruta de la España Musulmana, la Ruta de las Catedrales Góticas, la Ruta de los Parques Nacionales, la Ruta de la España Verde, la Ruta de los Pantanos en Extremadura o la Ruta de los Pueblos Blancos.

(3) Oferta del Legado Andalusí: hace referencia a la convivencia durante varios siglos de la cultura cristiana y musulmana en Andalucía, por lo que se ha elaborado un proyecto cultural para proteger, conservar y difundir los legados de cada civilización. La vertiente turística de este proyecto se complementa con un programa destinado a crear pequeños alojamientos rurales y a restaurar parte del patrimonio rural no monumental.

(4) Oferta del Patrimonio Industrial: se cristaliza tras la industrialización que se produce en la Península Ibérica durante el siglo XIX, y que dejó notables muestras en instalaciones que se construyeron a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Hoy en día, estas instalaciones son utilizadas como un excelente recurso turístico para dinamizar algunas regiones como Asturias, País Vasco, Cataluña o Andalucía.

(5) Oferta del Patrimonio Etnográfico, los ecomuseos: consisten en la conservación y divulgación de las tradiciones populares para que no se pierdan con el tiempo. Tratan temas como las prácticas artesanales locales, los trajes, las comidas tradicionales, etc.

(6) Oferta de Recursos Culturales emergentes: por ejemplo, el Canal de Castilla declarado Bien de Interés Cultural en 1991, y que es una obra de ingeniería hidráulica que cruza la provincia de Palencia (de manera parcial las de Valladolid y Burgos), ofreciendo al visitante un extraordinario recorrido para admirar, entre otras cosas, los puentes y acueductos que se construyeron par tal efecto entre los siglos XVIII y XIX.

(7) Oferta de las Fiestas en España: en ocasiones, dado el contenido religioso de muchas de ellas, se entremezclan dos modalidades de turismo cultural: por un lado, un turismo cultural en sí,Page 267 encabezado por aquellas personas que desean conocer las costumbres y tradiciones del lugar de destino y, por otro lado, un turismo religioso, protagonizado por aquellos peregrinos cuyo fervor y creencia religiosa les lleva a rendir tributo al santo/a por el cuál se celebra la fiesta. Por ejemplo, San Fermín en Pamplona, los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife, la Semana Santa de Sevilla, el Rocío de Huelva, las Fallas de Valencia, San Isidro en Madrid, o El Pilar de Zaragoza entre otros muchos.

(8) Oferta de la Arqueología: se trata de iniciativas que combinan de manera armoniosa el turismo con la arqueología. Este tipo de iniciativas tienen su origen en los años setenta, pero no es hasta la década de los noventa cuando se hacen más conocidas, turísticamente hablando. Para ello, se confeccionan una serie de emplazamientos...

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