Una nota sobre deporte y autonomía en la universidad española

AutorJosé María Baño León
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Administrativo Universidad de Valencia
Páginas29-34

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1. El deporte en la universidad la oscura disposición adicional 17ª. de la L.O.U

El deporte universitario ha sido en nuestra tradición una «rara avis», aún cuando la Institución Libre de Enseñanza insistiera sin mucho éxito en la ligazón entre formación física e intelectual. Hoy en día, sin embargo, la oferta deportiva de nuestras Universidades en instalaciones y servicios ha adquirido notable importancia. Y eso explica el relieve orgánico que el deporte ha encontrado entre los cometidos de la Universidad.

El modesto objeto de esta breve intervención es esbozar las grandes líneas maestras del tratamiento jurídico que nuestro ordenamiento da a nuestras Universidades que, como argumentaré más tarde, ha dado lugar a la marginación jurídica del deporte como actividad de la Universidad bien acorde con la concepción tradicional del deporte como una actividad extraescolar.

La Disposición Adicional 17.ª L.O.U. en línea con su predecesora, la L.R.U., se limita a decir enigmáticamente lo siguiente: «El Gobierno, a propuesta del Consejo de coordinación universitaria, dictará las disposiciones necesarias para coordinar las actividades deportivas de las Universidades con el fin de asegurar su proyección nacional e internacional y articular fórmulas para compatibilizar los estudios de deportistas de alto nivel». Salvo la referencia a los deportistas profesionales o paraprofesionales, que nada tienen que ver con el deporte universitario, lo que propiamente atañe a este último se despacha con una remisión a la po-Page 30testad de coordinación del Gobierno que parece tener que ver exclusivamente con la organización de las pruebas nacionales e internacionales (Universiada) de ya larga tradición. Así que bien puede decirse que la ley universitaria no dedica un solo renglón al deporte universitario, entendida ésta como la actividad física que desarrollan en competiciones los estudiantes universitarios o más simplemente como la regulación de la oferta deportiva de la Universidad.

Resulta interesante notar cierta contradicción entre el escaso interés despertado por el deporte en el legislador universitario y la concepción moderna de la autonomía universitaria que, como he expuesto en otro lugar, está mucho más cerca de la autonomía organizativa concedida a un servicio público que de la concepción clásica de la autonomía como manifestación institucional de la libertad de...

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