No vivas en la dirección indicada

AutorYamina El Djoudi
Páginas187-196

* Publicado en Archives & Documents situationnistes, n.º 5, Otoño de 2005, pp. 55-72, con el título «N’habite pas à l’adresse indiquée». Traducido del francés por Alfonso Serrano.

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Un programa anecdótico en Arte, la cadena cultural francoalemana que ocupa el quinto canal herziano, un jueves por la noche: «Los nuevos piratas». El invitado recurrente de este programa, figura emblemática de esta subversiva rompedora, es Hakim Bey, cuya obra TAZ, Temporary Autonomous Zone, es ya innecesario presentar. Esta emisión, «Tracks», ilustra sus propósitos a través de aquello que le parece concordar con el creador de esas «taz», ya sean las acciones de los Black Block de Copenhague o del colectivo A-31 en los Estados Unidos. Su descripción de las «zonas de autonomía temporal» y las acciones que pretenden ejemplificarlas, no deja de recordarnos -fórmula ampliamente eufémica- la idea de «creación de situación» que dio nombre al grupo que la formula, la Internacional Situacionista. Sin embargo, ni palabra de ello en ese programa. No pretendemos sugerir en absoluto que pudiera tratarse de una disimulación, ya que no es el caso, y las cuestiones que derivan de ello son de un cariz muy diferente.

Los intercambios intelectuales son interrumpidos y se aceleran gracias a los nuevos útiles de comunicación. Esta celeridad induce a veces una pérdida del escalón de origen, suponiendo que exista en una unicidad. Sin embargo, algunos de esos intercambios pueden trazarse gracias a los contactos aseverados y atestiguados que en ocasiones se pueden revelar. También se pueden señalar pérdidas o transformaciones de la información primordial, como en el boca a boca, en donde unas informaciones se pierden y otras se transforman mientras algunas permanecen intactas... hasta la próxima transmisión. A escala internacional, entrarán en juego fenómenos más amplios de ecos culturales propios de cada territorio.

Éste es uno de esos intercambios culturales, de esos movimientos de saberes, que vamos a interrogar a través de un haz, de una trayectoria: la difusión de las tesis situacionistas en el mundo anglosajón. Una elección semejante, aplicada al fenómeno situacionista, permite asignar a ese aspecto de la investigación el lugar que le es debido. Así, lejos de ser un mero hecho lingüístico, la lectura anglonorteamericana de la IS manifiesta una relación diferente con la cultura situacionista. Este punto de vista particular parece directamente derivado de su propia historia situacionista a través de las secciones inglesa y norteamericana del movimiento; además, sus tesis se desarrollan en el seno de una cultura intelectual referencial; y por último, se sitúan como referentes ineludibles obras anglófonas centrales respecto a las que el resto de autores deben posicionarse. Y por todo ello, la visión anglosajona del hecho situacionista podrá, a su vez, hallar repercusiones y un público en Francia.

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Mientras que las sucesivas direcciones inscritas en el seno del boletín de la IS (como el «32, rue de la Montagne-Saint-Geneviève, Paris, 5e») se referían a domicilios parisinos, podemos ahora preguntarnos si las referencias francesas a la IS en el mundo cultura residen exclusivamente en las posiciones iniciales del grupo o si se impregnan de criterios anglo-americanos.

Las secciones anglo-norteamericanas de la IS

Desde su acto de nacimiento en julio de 1957, la que se llamará Internacional Situacionista inscribe una tendencia inglesa a través del Comité Psicogeográfico de Londres del singular Ralph Rumney. Estas premisas serán de corta duración, ya que el inglés se verá excluido pocos meses después por razones tan explícitas como oscuras y que relata el primer número del boletín de la IS:1«Venecia ha vencido a Ralph Rumney». A continuación, y a través de sus secciones nacionales, otros ingleses y americanos pertenecerán al movimiento. Antes de regresar a ellos, detengámonos un instante con la estructura interna de la IS, que convoca secciones y/o consejo central. Para comprender estas remodelaciones nos basta con referirnos a la cuarta y sexta conferencias del grupo, cuyos informes se hallan en la revista del movimiento. Así, en septiembre de 1960, la IV Conferencia «decidió remodelar la organización de la IS instituyendo un Consejo Central que se reunirá en las diferentes ciudades de Europa con intervalos que puedan variar de seis a ocho semanas. Todo miembro de la IS podrá participar en los trabajos de este Consejo que, tras cada reunión, deberá comunicar a todos inmediatamente las informaciones reunidas y las decisiones tomadas. Pero el rasgo esencial de esta institución es que bastará con una decisión de la mayoría de sus miembros -nombrados por cada conferencia- para implicar a toda la IS: en consecuencia, la concepción federativa de la IS fundada sobra la autonomía nacional, que se había impuesto desde el principio por la influencia de la sección italiana en Cosio d’Arroscia, es abandonada».2De hecho, aunque las secciones nacionales conserven su integridad, el Consejo detenta la autoridad suprema. La Conferencia de Amberes (noviembre de 1962) desembocará por su parte en la supresión de las secciones nacionales para ser «considerada como un único centro unido».3Sin embargo, la conferencia anima a que se formen grupos locales que desarrollen una actividad específica y editen un órgano de difusión propio. Es en el seno de ese orden donde van a integrarse los miembros ingleses y americanos de la IS, ya sea como individuos -como fue el caso de Alexander Trocchi- o como secciones propiamente dichas. Los trabajos de estos situacionistas, a diferencia de Rumney, conocerán un desarrollo posterior en sus respectivos países.

Aunque no integrara ninguna sección particular, el británico Alexandre Trocchi no deja de ser uno de los primeros situacionistas. Trocchi, afín a la Internacional Letrista, se contará entre los miembros de esta nueva internacional a pesar de marcharse a Estados Unidos en 1955. De hecho, en el octavo número del boletín situacionista (enero de

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1963) puede leerse un artículo4firmado por el escocés, «Técnica del golpe de mundo». En él proyecta y desarrolla la idea de una «universidad de la praxis», una «action-university»: «el tiempo está maduro para ello. El mundo está terriblemente cerca del borde del abismo, y los sabios, los artistas, los hombres creadores, los profesores de buena voluntad de todos sitios están en la incertidumbre. Esperan. Recordando que es esa capa de la sociedad quien produce, aunque no las controle, las redes de la expresión, no tendremos ninguna dificultad en reconocer la universidad espontánea como detonador posible de la insurrección invisible».5Tras haber sido redactor en París de la revista anglosajona de vanguardia Merlin durante los años cincuenta, la publicación de una novela, El libro de Caín, en los años sesenta le hará aún más conocido en el medio de la contracultura inglesa. Es dentro de ellos donde fomentará el proyecto «Sigma», que conducirá a su exclusión de la IS, aunque el grupo reconozca el interés y la exigencia de un proyecto semejante.6Al incluir en su declaración de intenciones tesis situacionistas, así como la primera traducción en inglés del Manifiesto situacionista publicado en junio de 1960, vemos en él, siguiendo a George Robertson, «la primera diseminación directa de los materiales de la IS en Gran Bretaña».7Aunque el proyecto de Trocchi apenas impulsara ninguna concretización, fue capaz de enraizar el discurso situacionista en el medio underground emergente -aunque éste no lo reconociera.

Mientras Ralph Rumney y Alexander Trocchi no representan propiamente una sección británica, en 1966 ven la luz una sección inglesa y luego una norteamericana. Charles Radcliffe, Timothy Clarke, Christopher Gray y Donald Nicholson-Smith componen la sección inglesa. Animadores de la revista Heatwave desde 1966, habían entrado en contacto con la IS a través de ella y por la traducción de las Banalidades de base de Raoul Vaneigem y del panfleto Sobre la miseria en el medio estudiantil.8Sin embargo, esta rama situacionista será efímera: enseguida aparecerán disensiones entre sus miembros nuevamente entronizados y el resto de situacionistas. Radcliffe dimite en noviembre de 1967 y los otros tres son excluidos al mes siguiente cuando se disponían a publicar una nueva revista situacionista en Inglaterra. El boletín situacionista explica las causas de ello en su duodécimo volumen: para forjar relaciones con los Estados Unidos, Vaneigem viaja allí con el acuerdo de la organización, pero se niega a encontrarse con Ben Morea, editor de Black Mask, dudando sobre su integridad (dudas emitidas por los situacionistas norteamericanos, según el artículo). Este último se quejará de ello a sus amigos ingleses. Éstos, después de varias cartas e intercambios, al no desear cortar toda relación con «el tramposo y su místi-

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ca», como les recomendaba la IS, se ven excluidos de ella. Robertson discierne en ello principalmente la señal de un conflicto con la línea «oficial» de la IS, «porque habían desarrollado sus posiciones al margen de la IS y no habían tomado parte en ningún debate teórico o táctico».9Robert Chasse, Bruce Elwell, Jon Horelick y Tony Verlaan componen la sección norteamericana. En julio de 1968 sacará el primer -y único- número de Situationnist International en Nueva York. La sección será totalmente desmantelada durante la depuración final y fatal de la IS en 1970.

Los británicos y los norteamericanos que estuvieron a bordo de la aventura situacionista apenas desarrollaron textos propios en su seno. Por otro lado, tal y como constata justamente Laurent Chollet, el internacionalismo de la IS no deja de ser discutible pese a su gestión por secciones. Serán sobre todo las conmociones de Mayo del 68 y luego el fenómeno de los «pro-situs»10«lo que dará en...

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