El misterioso caso de la STS de 9 de Junio de 2000

AutorMaite Nolla Sancho

La mencionada sentencia tiene su antecedente a principios de los años 90. Por aquel entonces la segunda cadena de radio de España en términos de audiencia, la Cadena Ser, decide comprar a la primera, que a la sazón era Antena 3 de radio. La Cadena Ser desmantela Antena 3 de radio, la cierra, durante un tiempo emite música clásica por sus frecuencias, y finalmente pasa a emitir su programación, tanto la de la Cadena Ser, como la de otras emisoras dependientes, como los 40 principales o M-80, por los postes de Antena 3 de radio. El gobierno mediante acuerdo de 20 de mayo de 1994, decide no oponerse a dicha concentración, poniendo ciertas condiciones para llevar a cabo dicha operación, y contra dicho acuerdo se interpuso en su momento recurso contencioso-administrativo.

El procedimiento ante el Tribunal Supremo finaliza mediante sentencia de 9 de junio de 2000, en la que se declara anulable dicho acuerdo y , básicamente, se declara que el gobierno debía haberse opuesto a dicha concentración, ya que la misma vulneraba la normativa vigente sobre telecomunicaciones y defensa de la competencia. Ello, en la práctica, supone que la Cadena Ser, y sus diferentes marcas, no pueden seguir emitiendo su programación por los postes de la extinta Antena 3 de radio. Sin embargo, cinco años más tarde la sentencia no ha sido ejecutada y no es muy aventurado pensar que jamás se ejecutará. Ciertamente, dicha falta de ejecución no es imputable al Tribunal Supremo que, como veremos, ha dictado una serie de autos pidiendo al gobierno que, por favor, por la gloria de su madre, haga el favor de ejecutar la sentencia. Hay que recordar que el Tribunal Constitucional vino a ratificar la sentencia del supremo en resolución de abril de 2001.

El caso tiene su antecedente en la creación de una nueva empresa llamada Unión Radio, a la cual tanto Antena 3 de radio como la Cadena Ser se obligaban a ceder sus derechos de emisión, si bien en práctica, como dice la sentencia, se desmantelaba Antena 3 de radio, para dar salida por sus postes a la programación de la Cadena Ser. En la creación de Unión Radio se implicaron tanto el Grupo Prisa como el grupo Godó. La cuestión es que la sentencia declara que el control de dicha empresa era del Grupo Prisa, no sólo por la participación directa, sino por un entramado de empresas que a través de la participación indirecta le otorgaban el control de todas las emisoras, hecho ratificado en la práctica por la unificación en la gestión...

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